Sigmund Jähn, un héroe alemán
Nacido en la pequeña comunidad minera de Morgenröthe-Rautenkranz, Sigmund Jähn se hizo célebre en la RDA el 26 de agosto de 1978 al convertirse en el primer alemán en salir al espacio. Murió a los 82 años.
Primer alemán en el espacio
Sigmund Jähn salió al espacio el 26 de agosto de 1978 a bordo de la nave Soyuz 31, junto a su colega soviético Valeri Bykovski. Ambos pasaron siete días y casi veintiún horas fuera del planeta. En la estación espacial soviética Salyut 6, Jähn se dedicó a investigar las propiedades de los cristales.
Aterrizaje accidentado
El aterrizaje en las estepas de Kazajistán no se desarrolló como se tenía planeado. El paracaídas no se abrió inmediatamente y terminó enredándose alrededor de la cápsula espacial. Durante la caída tierra, Jähn sufrió lesiones en la espalda que lo acompañarían el resto de su vida.
Emotiva bienvenida
De regreso en la República Democrática Alemana, sus compatriotas celebraron a Sigmund Jähn como un héroe: él fue el primer cosmonauta alemán en salir al espacio. El Gobierno aprovechó la popularidad de Jähn para enviar una señal a Occidente: “¡Tómennos en serio!”. En lo que respecta a la astronáutica, la RDA estaba mucho más adelantada que la República Federal de Alemania.
Embajador en Occidente
Jähn se convirtió en mascarón de proa de la República Democrática Alemana. El Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) lo envió como emisario a la República Federal de Alemania para suavizar las relaciones diplomáticas con Occidente. En esta imagen de 1982, el cosmonauta aparece reunido en Düsseldorf con representantes de la organización juvenil comunista SDAJ.
La astronaútica, eterna fascinación
El Centro de Cosmonáutica de Chemnitz – otrora conocida como la Ciudad de Karl Marx– ya existía antes de que Jähn saliera al espacio. Ese museo científico fue fundado en 1964 en honor al primer ser humano en abandonar la atmósfera terrestre, el astronauta soviético Yuri Gagarin (12.4.1961). Hoy día, esa institución lleva el nombre del pionero alemán.
Objeto de veneración
Un año después de haber salido al espacio, su ciudad natal abrió la exposición permanente “Exhibición del Primer Vuelo Espacial Conjunto Unión Soviética-República Democrática Alemana”. Más tarde, esta muestra fue rebautizada como “Exposición de la Navegación Espacial Alemana”. Esa institución siempre contó con la presencia de Jähn como invitado de honor y orador. En la foto, en una visita de 2015.
Galería de cosmonautas
En 2013, todos los alemanes con experiencia en el espacio se reunieron para una foto de grupo durante la inauguración del centro de investigación para la medicina aeroespacial Envihab, adscrito al Centro Aeroespacial Alemán (DLR). Jähn siempre se esforzó por propiciar la amistad entre los cosmonautas; él fue el fundador de la Federación Internacional de Cosmonautas.
Por amor al arte
En esta imagen, tomada en 2013, Sigmund Jähn y el cosmonauta ruso Anatoli Soloviov sostienen una pieza conmemorativa dedicada a Vladímir Vysotski, un cantautor ruso estimado más allá de las fronteras de su país. En los tiempos de la Unión Soviética, Vysotski era uno de los pocos artistas que se pronunciaba críticamente sobre temas de índole social.
El valor de la familia
Tras la caída del Muro de Berlín, Jähn siguió comprometido con la formación de nuevos astronautas. Jähn trabajó para el Centro Aeroespacial Alemán y para la Agencia Espacial Europea como asesor en pueblo al noreste de Moscú donde los cosmonautas rusos se entrenan en el Centro Gagarin (CGEC). Al jubilarse, Jähn le dedicó mucho más tiempo a su nieto Jakob.
Mediador entre dos mundos
Sigmund Jähn siempre se puso a la orden de jóvenes astronautas para darles consejos. De sus experiencias –sobre todo en la navegación aeroespacial rusa– sacaron provecho principalmente quienes volaban desde el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, hacia la Estación Espacial Internacional (ISS). En esta imagen de 2018 se aprecia a Jähn preparando el vuelo del astronauta alemán Alexander Gerst.