¿Se puede vivir sin cajeros automáticos?
Hace 50 años fueron instalados los primeros dispensadores de dinero. Hoy es imposible imaginar la vida sin ellos. Y han sabido evolucionar tanto estética como "intelectualmente".
Ceremonia inaugural
El escocés John Shepherd-Barron inventó el cajero automático hace 50 años. Sin embargo, solo después de que la creación tuvo éxito en Estados Unidos pudo finalmente expandirse al resto de los países industrializados de Occidente. En la foto, el director del Capital National Bank of Miami, Theodore Davis, inaugura un dispensador en el vestíbulo de una sucursal, el 5 de septiembre de 1968.
Una máquina sin fronteras
En los años 70, los cajeros automáticos se volvieron más populares en Europa. También los habitantes de la antigua Alemania Federal empezaron a familiarizarse con estos aparatos. En la Alemania Democrática, en cambio, eran más bien un espectáculo inusual. Pero los hubo, como este ejemplar que hoy se expone en el museo de la DDR en Radebeul.
No siempre están llenos
Mientras en Alemania los casi 60.000 cajeros automáticos difícilmente pasen zozobras por falta de dinero, los usuarios de países en problemas conocen las limitaciones en su uso. Como en Grecia, donde solo era posible sacar 60 euros por cliente cuando la crisis económica empeoró. Además, los bancos estuvieron cerrados por una semana.
India en shock
Una experiencia similar vivieron los usuarios en India, luego de que el premier Narendra Modi tomara una decisión de la noche a la mañana: en el otoño de 2016, la autoridad declaró que los billetes más usados por la ciudadanía perderían su validez, generando largas filas frente a los cajeros en las principales ciudades del país.
Una máquina que aprende
Con el tiempo, los cajeros han aprendido nuevas funciones. Ahora no solo pueden entregar dinero, sino a menudo también realizar depósitos. En este aparato ubicado en la cárcel del condado de St. Lucie, en Florida (EE. UU.), hasta se puede pagar la fianza de los detenidos.
Poder explosivo
Este cajero ubicado en Berlín-Charlottenburg ha tenido la mala experiencia de conocer el lado criminal de la ciudad. Desde hace algunos años la escena criminal alemana sabe que los billetes de los cajeros germanos no se manchan con tinta cuando son robados a la fuerza. Por eso, no pasa semana en que, en alguna parte del país, un cajero sea destruido con explosivos.
R2-D2, dame dinero
En la capital de Croacia, Zagreb, los fanáticos de "La guerra de las galaxias" llegan en masa hasta este cajero. El conocido robot R2-D2 no es solo una atracción para los clientes ansiosos de dinero fresco, sino que también ofrece otras ventajas: por ejemplo, ¿qué clase de criminal sería capaz de hacerlo volar por los aires?