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Sarkozy: triunfo con gusto a poco

Emilia Rojas Sasse17 de junio de 2007

Contraviniendo los pronósticos, el partido de Sarkozy no logró la mayoría de dos tercios en los comicios parlamentarios franceses. El viceprimer ministro, Alain Juppé, renunció tras perder su escaño en Burdeos.

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Sorpresas te da la vida.Imagen: picture-alliance/ dpa

La marea azul que esperaba en Francia resultó ser sólo una ola de dimensiones corrientes. Demasiado altas fueron las expectativas que generó la primera ronda de las elecciones parlamentarias francesas. Se decía que las huestes del presidente Nicolas Sarkozy arrasarían, que la mayoría de dos tercios estaba prácticamente asegurada y que incluso cabía la posibilidad de aspirar a copar tres cuartas partes de la Asamblea Nacional. Tales pronósticos, sin embargo, no eran tan realistas, según los expertos. Y la realidad terminó por imponerse este domingo, en la segunda vuelta: el bando gubernamental no barrió con los adversarios socialistas, pero mantuvo su mayoría absoluta. Una mayoría en todo caso bastante cómoda, con la que ya quisieran contar otros, como la canciller alemana, Angela Merkel, forzada a gobernar Alemania en coalición con los socialdemócratas.

Alivio socialista

Parlamentswahlen in Frankreich - letzte Runde
Ségolène Royal al salir de la cabina electoral.Imagen: AP

De todos modos, el balance sicológico de la jornada no fue favorable al gobierno. Tanto menos porque el viceprimer ministro, Alain Juppé, no consiguió imponerse a la socialista Michèle Delaunay en Burdeos, saldando el fracaso con su renuncia al gabinete. Por su parte los socialistas franceses, que temían un naufragio estrepitoso, respiran aliviados. No hubo hecatombe, pese a que la participación electoral no fue más entusiasta que el domingo anterior. También en eso erraron los analistas demoscópicos, según los cuales sólo una masiva concurrencia a las urnas podría rescatar del desastre a los seguidores de Ségolène Royal. De acuerdo a las proyecciones realizadas al término de la votación, el partido ocupará más de 200 escaños; un aumento considerable con respecto a los 149 que tenía hasta ahora.

Según Royal, los franceses votaron por una oposición fuerte y "desean la libertad democrática". También el jefe del partido socialista, Francois Hollande, comentó que los electores revirtieron la tendencia de la primera vuelta, configurando un contrapeso al gobierno. A su juicio, el resultado es también producto de la discusión en torno a los planes gubernamentales del aumentar el impuesto al valor agregado.

Con los pies en la tierra

Las causas precisas del resultado electoral de seguro serán analizadas exhaustivamente en los próximos días. Pero lo concreto, desde ya, es que se esfuma el escenario de una derecha omnipotente e irrefrenable que habían pintado algunos analistas, llegando a vislumbrar peligros para la democracia francesa: el partido de Sarkozy (UMP) incluso perdió escaños.

De todos modos, el presidente francés cuenta con un respaldo suficiente para llevar a cabo sus planes de reforma. Quizás el resultado electoral, tan modesto en comparación con lo que se esperaba, incluso termine resultándole de provecho. Por un lado, porque lo hará poner los pies en la tierra y, por otro, porque lo libera de la enorme presión que amenazaba con generarse entre los partidarios de rápidos y drásticos cambios en el sistema social. "Super-Sarko" vuelve a convertirse en Sarkozy, probablemente para bien de los franceses.