Santiago Sierra, provocación en Dusseldorf
27 de agosto de 2004
El Kultur-Forum de Renania del Norte-Westfalia acoge la exposición de la obra de uno de los artistas del mundo hispano más polémicos de nuestro tiempo. Santiago Sierra expone fotografías y videos tomados de sus performances en todo el mundo entre 1993 y 2004. Sierra, que recibió su formación artística en Madrid y Hamburgo, es conocido sobre todo por la crítica, el escándalo y la polémica, características de su obra.
Provocación antisistema
Como ejemplos de la obra de Sierra cabe destacar la acción realizada en Mexico D.F. El artista bloqueó con un camión durante cinco minutos una de las arterias principales de la gran metrópoli en hora punta. Debido a que tan realistas performances son imposibles de repetir, el artista tan sólo expondrá en Dusseldorf algunas de las fotografías y videos que tomó durante la preparación de los eventos, en el caso de Mexico, desde un helicóptero.
Otra de sus actuaciones memorables, quizás la que más resonancia tuvo en el mundo artístico, fue la presentada en el pabellón de España de la Bienal de Venecia. En esta ocasión presentó “Muro Cerrando un Espacio”. Sierra cerró el pabellón de España con un muro y obligó a los visitantes españoles a presentar su pasaporte para entrar al recinto. El arte de Sierra había sido elegido para representar a España y la obra se tornó una dura crítica a la política migratoria del Partido Popular. Nada de buen gusto para aquellos que acudieron y no portaban el documento, puesto que no pudieron entrar.
Falacias del capitalismo y la globalización
En otra de las actuaciones de Venecia, el artista tiñó de rubio el pelo de 200 personas de color, a cambio de un módico sueldo. La simbología de la performance era para el artista el mostrar como los inmigrantes hacen un trabajo totalmente improductivo y sin ninguna utilidad y reciben una compensación económica a cambio. Una crítica ácida contra nuestra realidad socioeconómica.
La pasión de Sierra por derribar nuestro mundo llega hasta extremos como pagar a 10 personas para que se masturben delante de la cámara o pagar a un indigente para que permanezca en un agujero bajo tierra durante dos semanas y tomarle fotografías. Los “biencomidos” con buena conciencia le califican de perverso. Pero según él mismo declara, la perversión no es suya sino que es esencial al capitalismo y se encuentra en el hecho de convertir cualquier cosa en mercancía: “Perverso no es masturbarse, teñirse o tatuarse la piel. La perversión está en el hecho de comprar cuerpos, voluntades, tiempo”.
Como artista, Sierra se muestra hijo de una pretendida globalización que derribó únicamente las barreras para el flujo de capitales, levantando por el contrario más barreras al libre movimiento de las personas.
En la obra de Sierra se encuentran acciones que podrían parecer absurdas simples y repetitivas. Destrucción y odio son constantes en la obra del español. Sentimientos que intenta transmitir al espectador para hacerle despertar de la anestesia que el poder socio económico impone al espectador con el arte-espectáculo.