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China y Alemania, un complicado acto de equilibrio

Matthias von Hein
24 de agosto de 2021

Alemania está atrapada entre dos frentes. Su aliado más poderoso y su socio comercial más importante, Estados Unidos y China, respectivamente, están enfrentados por liderar el mundo, y no solo tecnológicamente.

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Symbolbild Deutschland und chinesisch-amerikanische Rivalität
Imagen: picture-alliance/C. Ohde/M. Cui

La relación entre Alemania y China es la historia de un acto de equilibrio entre valores e intereses, sobre todo económicos. China es el socio comercial más importante de Alemania desde 2015. Las 30 empresas incluidas en el índice bursátil alemán DAX generan una media del 15 por ciento de sus ventas en China.

En los 16 años como canciller de Angela Merkel, Pekín y Berlín se acercaron políticamente y formaron una "asociación estratégica integral", también porque ninguno de los grandes problemas de la humanidad -desde el cambio climático hasta el desarme- puede resolverse sin el país oriental. Durante diez años, han tenido lugar consultas gubernamentales conjuntas. Las últimas solo virtuales. Después de años de negociaciones, la UE concluyó el acuerdo de protección recíproca de inversiones (CAI) el pasado mes de diciembre, bajo la presidencia alemana del Consejo de la UE.

Sin embargo, los conflictos con China van en aumento, por la persecución masiva de la minoría uigur en Xinjiang, la represión del movimiento democrático en Hong Kong, la postura agresiva de Pekín en el Mar de China Meridional y los gestos amenazantes contra Taiwán. En marzo, la UE impuso sanciones a China por primera vez desde 1989 por violar los derechos humanos de los uigures. A cambio, China impuso sanciones a científicos y miembros del Parlamento de la UE. El Parlamento Europeo respondió a este intento de intimidación en mayo, congelando la ratificación del acuerdo de protección de inversiones.

Angela Merkel y Xi Jinping
Angela Merkel y Xi Jinping: las relaciones comerciales han mejorado entre ambos países.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

Autocracia exitosa

Durante mucho tiempo se dio por sentado en Occidente que solo las democracias y las economías de mercado pueden crear prosperidad para una gran parte de la población. Pero en China se puede ver cómo cientos de millones de personas pasaron a formar parte de la clase media en una autocracia comunista.

"Por eso China parece muy atractiva como modelo para muchos autócratas del mundo", analizó Heinrich Kreft en una entrevista con DW. El diplomático es director del Centro de Diplomacia de la Universidad Andrássy de Budapest.

Reglas propias

Como actor global, China ya no se adapta simplemente a las reglas establecidas por Occidente, observó el experto en China de Berlín Eberhard Sandschneider: "Los chinos crean sus propias reglas. Xi Jinping es responsable de su propio país y de su ambición política, pero no de las expectativas de los estadounidenses o europeos".

Sin embargo, según Heinrich Kreft, China no rechaza por completo el orden internacional: "China intenta, por ejemplo, aplicar la política de asignación de cargos de manera muy estratégica en organizaciones internacionales. Como resultado, a algunos les resulta muy difícil criticar a China. Donde no pueden salirse con la suya con su política de personal, como con el Banco Mundial o el FMI, entonces crean sus propias instituciones como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, AIIB".

El presidente y líder del PC chino, Xi Jinping, proyecta que para el centenario de la fundación de la República Popular China en 2049, el país sea una potencia socialista madura, moderna, que establezca reglas y se coloque en la cima mundial tecnológica y económicamente. Según dijo Sebastian Heilmann, investigador y especialista en China, en una entrevista con DW, "esto, por supuesto, está en conflicto con la hasta ahora potencia hegemónica, Estados Unidos".

Conflicto de poder entre EE. UU. y China

Y Berlín se halla ante un dilema: la competencia se desarrolla entre su aliado más poderoso y su socio económico más importante. Alemania podría quedarse atrapada entre dos frentes. Especialmente cuando se trata de tecnología. "Estados Unidos quiere hacer todo lo que esté a su alcance para evitar que China lo supere en áreas tecnológicas clave", dijo el experto estadounidense Josef Braml a DW. "Estados Unidos ahora quiere obstaculizar la modernización económica y militar de China. Por eso están confiando en una estrategia de desacoplamiento económico, sin preocuparse por los costos (que supone) para Europa".

Y Alemania tiene que encontrar una respuesta ante esta nueva situación.

(rmr/ers)

¿Socios comerciales o rivales?