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Protección del medio ambiente sólo sobre el papel

14 de diciembre de 2010

Turquía lleva negociando desde hace tiempo su adhesión a la Unión Europea. En ello juega también un buen papel la protección medioambiental. La presión viene de Bruselas. Hay progresos, dice. Pero no los suficientes.

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Presa de Atatürk en el río Eúfrates, la primera y más grande de las 22 presas del “Proyecto Anatolia del Sur”.Imagen: CC/Magnolia Five

Las directrices para la calidad del agua o de protección contra la radiación en Turquía son todavía insuficientes, critica la Comisión Europea. Y también en el campo de la protección de la naturaleza se observan pocas mejoras. De hecho, el desarrollo parece estarse dando en la dirección contraria: unas leyes recientemente aprobadas en Turquía a favor de la minería y el turismo han causado “daños significativos en el medio ambiente”.

Las asociaciones medioambientales se quejan

Gülcan Nitsch comparte las preocupaciones. Es miembro de “Yeşil Çember”, el grupo de habla turca de la asociación medioambiental alemana BUND. En noviembre de 2010, Nitsch viajó con una delegación alemana a Estambul para reunirse con representantes de organizaciones naturistas turcas. “La protección del medioambiente en Turquía apenas está en sus primeras fases. Nosotros ofrecemos para la zona un trabajo de desarrollo en este campo”, informa la portavoz germano-turca.

Anti-Atom-Demo in Istanbul - TEMA
Tentativas protestas de organizaciones medioambientales locales.Imagen: CC/anirvan

Organizaciones como TEMA, Bugay o Greenpeace Turquía no tienen todavía condiciones de trabajo comparables a las alemanas, según Nitsch. Lo más difícil para ella son las colaboraciones con el Gobierno. La protección de la naturaleza sólo existe en papel; a pesar de que se han creado leyes al respecto, su cumplimiento apenas se controla. Empresas constructoras incluso han conseguido permisos para construir en zonas protegidas.

El Gobierno turco y la energía nuclear

Turquía prefiere adornarse con sus logros técnicos, como la firma del contrato con Rusia para la construcción de su primera planta nuclear, según Nitsch. Una instalación que cuesta nada menos que 20.000 millones de dólares, y que se establecerá en Akuuyu, al sur del país. Según lo planeado, los reactores nucleares se pondrán en marcha para el año 2017 con una potencia de 4.800 megawatios.

Respecto a ello, los defensores del medio ambiente han hecho sonar las alarmas: la ciudad de Akkuyu se sitúa sobre una zona con peligro de terremotos. Las protestas ya se han extendido a los habitantes de la localidad, y varios de ellos han optado por trasladarse a otros sitios. Aunque no sólo ésa es la razón por la cual mucha gente está abandonando sus hogares, dice la experta de BUND, haciendo referencia diversos proyectos de construcción. Entre ellos se encuentra el llamado “Proyecto de Anatolia del Sur”, que incluye 22 presas y 19 centrales hidroeléctricas a lo largo de los ríos Éufrates y Tigris. A ellas pertenecen las presas de Atatürk y Ilisu.

Demasiada agua – demasiada poca agua

erosion due to destruction of the mangroves – Vietnam
La sequía de los Humedales se libera el gas contaminante CO2.Imagen: Manuela Kasper-Claridge

Aunque en ellas el agua se almacena para la generación de electricidad y el riego de los cultivos, tienen como consecuencia la sequía de los humedales... Con devastadoras consecuencias. Porque los pantanos y lagos no sólo son el hogar de muchas especies animales y vegetales, son también reservas esenciales del gas de efecto invernadero CO2. El peligro está ya, al menos, reconocido. En dos humedales, Yenicaga y Akgol, se encuentran expertos realizando estudios sobre el estado de la zona. Los resultados obtenidos se quieren utilizar no sólo para contrarrestar estos procesos de sequía, sino también para sensibilizar a la población.

La gente de Turquía ha reconocido que la protección medioambiental es importante, afirma Gülcan Nitsch, de BUND. La experta espera que el tema alcance también por primera vez la esfera gubernamental. Junto con asociaciones medioambientales alemanas y turcas, la bióloga lucha por una mayor aceptación de la protección de la naturaleza en Turquía. “Queremos que las asociaciones naturistas reciban un mayor reconocimiento, pero todavía queda un largo camino”, confiesa.

Europa debe intervenir

Luftverschmutzung in Istanbul
Aire contaminado.Imagen: CC/quinn.anya

Según la experta germano-turca, los políticos europeos deben prestar su ayuda y influir en el Gobierno turco. La embajada debe llevar a cabo tantas acciones como sea necesario. Rebecca Harms, representante de los Verdes en el Europarlamento, lo confirma: “Europa no ha atacado lo suficiente hasta ahora”.

Turquía está experimentando un enorme y rápido crecimiento, impulsado por muchas inversiones. “Es el momento ideal para abordar las cuestiones medioambientales,  pero a pesar de ello se está haciendo todo mal”, dice Harms. El Gobierno evita las críticas y no escucha. Y no se trata sólo de un tema medioambiental, sino también de patrimonios culturales que se perderán si estos proyectos de construcción siguen adelante, critica la portavoz de los Verdes.

Según ella, hubo una etapa durante tres o cuatro años que fue mejor. Durante las primeras negociaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea, el Gobierno estuvo más abierto a las críticas. Pero hoy, eso ha cambiado. Harms lo expresa claramente: “Mientras no haya una verdadera perspectiva europea para Turquía, seguiremos estancados.”

Pero la política del partido de los Verdes en el Europarlamento no tiene intenciones de rendirse, y pone su confianza, al igual que Gülkan Nitsch, en el poder de los grupos medioambientales locales. En la primavera de 2011, Harms viajará de nuevo a Turquía para reunirse con representantes de estas organizaciones. Además, el ministro europeo turco Egemen Bagis ha planteado las preguntas de su fracción política. “Ciertamente ha demostrado su compromiso”, afirma Rebecca Harms.

Autor: Po Keung Cheung / Lydia Aranda Barandiain

Editor: José Ospina-Valencia