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Por qué tanta gente sigue creyendo en las brujas

Suzanne Cords
12 de diciembre de 2022

La creencia en la brujería sigue existiendo en pleno siglo XXI. Y los que creen no son solo unos pocos, según un estudio.

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Hexe liest Zauberspruch über Topf
Imagen: NomadSoul/Panthermedia/IMAGO

"Soy una bruja moderna, lo admito", dice Bárbara. En épocas pasadas, por decir eso podría haber ido a dar a la hoguera. Bárbara no es la única que cree todavía en la brujería. Lo hace un notable 40 por ciento de la población de 95 países, en promedio, según un estudio del economista Boris Gershman, de la American University de Washington. En Túnez, son cerca de un 90 por ciento. En Alemania, un 13 por ciento. Los autores incluyeron en el sondeo a quienes creen, por ejemplo, en el mal de ojo o en las maldiciones.

Entre los años 1500 y 1750, muchas personas, sobre todo mujeres, fueron víctimas de la caza de brujas. Se las culpaba de malas cosechas, enfermedades y otras desgracias. Y algo parecido ocurre aún en algunos países, según explica a DW la etnóloga Iris Gareis. "Desgraciadamente, desde hace décadas son asesinadas brutalmente personas que se considera brujas o brujos, en muchas partes del mundo”, dice.

Mientras en Tanzania o Ghana las mujeres acusadas de brujería deben buscar refugio para escapar de la muerte, en el hemisferio norte hay gente que la practica abiertamente. Justin, por ejemplo, es integrante del movimiento neorreligioso Wicca. Quiere poner magia en su vida y la de otros, con la ayuda de seres espirituales y rituales.

Un mundo paralelo

Bárbara es seguidora de las religiones naturalistas. Habla con árboles y toca un tambor para entrar en trance y tomar contacto con espíritus. Lo aprendió de un chamán. ”El universo de los brujos es rico y colorido. Uno vive un poco aquí y un poco en un mundo paralelo”, dice.

Muchas brujas modernas leen los naipes, pero Bárbara prefiere utilizar runas como oráculo. "Cuando planteo una pregunta, de seguro llega la respuesta”, afirma. También tiene siempre extractos de plantas en su casa. "Eso es lo que antiguamente era la brujería: conocer las hierbas y sanar a la gente”, cuenta.

Una mujer contempla naipes sobre una mesa, en la que hay una bola de cristal.
Averiguar lo que depara el futuro es un muy antiguo deseo humano.Imagen: Lori Martin/Zoonar/picture alliance

La imagen de la bruja como mujer sabia, poseedora de conocimientos especiales como curandera o partera, no es más que un estereotipo, desde el punto de vista histórico, según la etnóloga Gareis. "Las mujeres perseguidas por brujería no eran siempre magníficas especialistas en hierbas, sino, en su mayoría, personas comunes”, explica.

Un símbolo para las feministas

El fenómeno de las brujas modernas está muy ligado al movimiento feminista de la década de 1970, que se rebeló contra el dominio masculino. "Naturalmente, esas feministas no eran investigadoras de la brujería. Eran simplemente mujeres normales, también mujeres intelectuales, que se apropiaron de esa imagen de la mujer oprimida”, indica. En los años 80 se sumó a ello un aspecto espiritual. Según la etnóloga, especialmente mujeres urbanitas se sintieron atraídas por las religiones naturalistas.

Mientras las brujas modernas de las metrópolis no suelen pertenecer a grupos, los Wicca están organizados en círculos definidos. Este culto surgió a mediados de la década de 1950 en Gran Bretaña, y entretanto es reconocido como religión allí y en Estados Unidos.

Magia negra y magia blanca

Justin hizo hace ya ocho años su ritual de iniciación. Asegura que de ninguna manera quiere hacerle daño a alguien. Pero está convencido de que también existen brujos con malas intenciones. También Bárbara lo cree: "Hay magos que aplican maldiciones y conjuros, con los que, de una forma u otra, pueden surtir algún efecto”.

La creencia en la brujería está menos extendida entre las personas con más educación y mayor seguridad económica, según el estudio mencionado al comienzo. Pero Iris Gareis no está tan segura al respecto: "En vista de las modernas teorías de conspiración que se propagaron especialmente durante la pandemia en estados Unidos, o también en Alemania, cabe dudarlo”. Para ella, es increíble que personas cultas crean, por ejemplo, que hay entre nosotros reptiloides que intentan manejar lo que ocurre en la política o la economía.

Justin previene de dedicarse a la brujería si no se tienen los dos pies bien puestos en la tierra: "Las personas psíquicamente inestables deberían mantenerse lejos de la magia. Si no tienen su vida bajo control, tampoco encontrarán el equilibrio en la brujería o con los Wicca”.

(ers/cp)