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¿Por qué nadie quiere entrenar al Bayern Múnich?

Enrique López Magallón
3 de mayo de 2024

Con Xabi Alonso, Julian Nagelsmann y Ralf Rangnick, Bayern Múnich agotó su lista de candidatos ideales a suceder a Thomas Tuchel. A primera vista los desaires sorprenden. En el análisis, no tanto.

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Julian Nagelsmann (der.) vivió en carne propia lo que es enfrentarse al poder de jugadores como Manuel Neuer dentro del Bayern Múnich
Julian Nagelsmann (der.) vivió en carne propia lo que es enfrentarse al poder de jugadores como Manuel Neuer dentro del Bayern MúnichImagen: Ulrich Wagner/imago images

Habría que comenzar repitiendo lo escrito por Günter Grass en el comienzo de su novela El tambor de hojalata: "Pues sí”: es cierto que, aun después de la negativa de prominentes entrenadores como Xabi Alonso, Julian Nagelsmann o Ralf Rangnick a tomar la estafeta de Thomas Tuchel, eso de que "nadie quiere entrenar al Bayern Múnich” es una figura forzada.

Pero también es cierto que las expectativas del Bayern se van cerrando cada vez más, lo cual sorprende en una institución de conocida prosapia deportiva: 38 títulos de liga alemana (entre Meisterschaft y Bundesliga), tres veces ganador de la Champions League y dos campeonatos mundiales de clubes, en apretado resumen de un nutrido palmarés.

Así que, después de todo, la pregunta cabe: ¿cómo es que le cuesta tanto trabajo al Bayern Múnich encontrar a su nuevo entrenador? Para responderla hay que escarbar en la historia del club.

Guardiola y la excepción absoluta

En tres años como técnico del Bayern Múnich, y armado de poderes insólitos dentro de la institución, Pep Guardiola no logró alzar el trofeo de Champions League. Sin embargo, solo se fue cuando él mismo quiso irse. Esta paciencia con el técnico catalán, así como el margen de su autonomía, fueron una excepción absoluta en la relación del club con sus entrenadores.

Pep Guardiola gozó de poderes insólitos dentro del Bayern Múnich, y se fue solo cuando él quiso
Pep Guardiola gozó de poderes insólitos dentro del Bayern Múnich, y se fue solo cuando él quisoImagen: Stefan Matzke/sampics/picture alliance

Hasta antes de Guardiola, los técnicos del Bayern eran celosamente escoltados al banquillo en todos y cada uno de los partidos por Uli Hoeness, el patriarca de la institución. Este férreo control, al cual estuvieron sometidos lo mismo Jürgen Klinsmann que Felix Magath y otros muchos entrenadores, era visto, aceptado y hasta festejado por el mundillo futbolístico de Alemania.

Pero aunque Hoeness dejó de supervisar personalmente el banquillo del Bayern a partir de la gestión de Guardiola, nunca dejó el afán de control. Directamente, o a través de interpósitas personas, el presidente honorario del Bayern sigue poniendo y quitando piezas. Así, un factor que en esta era del fútbol hace poco atractivo al Bayern para un entrenador es esta constante interferencia tanto de Hoeness como de otros directivos. Pero no es la única trampa que hoy por hoy aleja a los candidatos ideales.

El motín contra Ancelotti

A Carlo Ancelotti, sucesor de Guardiola, no lo sacó Uli Hoeness, sino un motín de jugadores encabezados por Arjen Robben, Mats Hummels y Jerome Boateng, entre otros. "Mi hijo entrena más que nosotros”, se quejaba el neerlandés según el recuento que hace poco publicó "Marca”.

Carlo Ancelotti (izq.), poco antes de que fuera cesado por un motín de algunos jugadores. Xabi Alonso (der.) no participó.
Carlo Ancelotti (izq.), poco antes de que fuera cesado por un motín de algunos jugadores. Xabi Alonso (der.) no participó.Imagen: Fabian Simons/augenklick/firo Sportphoto/picture alliance

En el Bayern, el vestidor cuenta con una gran cuota de poder, a veces en colusión con directivos propicios a la intriga. Aquí también el técnico es el que lleva las de perder. Como ejemplo está el propio Julian Nagelsmann, que pagó caro el haber cesado a Toni Tapalovic, exentrenador de porteros del Bayern y aliado muy cercano a Manuel Neuer.

Thomas Müller, el invencible

Y por si esto fuera poco, hay otros poderes fácticos dentro del Bayern Múnich, que en los últimos años han hecho imposible una permanencia de los técnicos en el banquillo bávaro. De nuevo, el cese de Ancelotti da las claves.

Entre los jugadores que se amotinaron en septiembre de 2017 contra Ancelotti faltó mencionar al principal: Thomas Müller. Este icono del fútbol alemán es por sí mismo un poder fáctico dentro del Bayern. Capaz de movilizar él solo a un vestidor lleno de millonarios, Müller demostró su poder al impulsar también el cese de Nico Kovac, en cuya época Müller fue defenestrado y estuvo a un paso de irse al fútbol italiano. No es el único cruce en el que Müller se ha revelado como intocable.

El entrenador que se enfrente a Thomas Müller en el Bayern, sabe que lleva las de perder
El entrenador que se enfrente a Thomas Müller en el Bayern, sabe que lleva las de perderImagen: Frank Hoermann/SVEN SIMON/picture alliance

Un entorno imposible

En resumen, e independientemente de los resultados deportivos, el banquillo del Bayern Múnich ha sido un infierno para casi todos los siete entrenadores que han pasado por el club luego de la salida de Guardiola: Carlo Ancelotti, Willy Sagnol (interino), Jupp Heynckes (el único de toda la confianza de Hoeness), Kovac, Hansi Flick (al cual ni el sextete lo salvó de las intrigas dentro del club), Julian Nagelsmann, y ahora Tuchel.

Ser técnico de un club de máximo nivel, ciertamente, es navegar contra la corriente. Pero en el caso del Bayern Múnich, la exigencia de resultados contundentes e inmediatos impide la construcción de un proyecto. Junto con todas las interferencias mencionadas, el resultismo deriva en un entorno complicado para técnicos con raigambre bávara (Nagelsmann y Tuchel), e imposible para entrenadores importados. Las circunstancias actuales dejan en claro este dilema histórico, cuya resolución implica cimbrar la esencia misma de la robusta institución que para el resto del mundo es la cara más visible del balompié alemán. A ver qué valiente capitán se mete a navegar en un oleaje tan extremo.

(aa)