Políticos y deporte: ¿brillar con luz propia?
Merkel visitó la selección nacional de fútbol de Alemania. ¿Solo un acto de relaciones públicas? El hecho es que los políticos alemanes siempre se han deslumbrado con los mejores atletas. Lo que a veces no salió bien.
Tan emocional como nunca antes
No es nuevo que la canciller busque acercarse a los futbolistas favoritos de Alemania. En los Mundiales, es una invitada habitual de la tribuna, como en Brasil 2014. Ahí se vive la experiencia de una forma tan emocional como nunca antes. A veces hay también personas dudosas del fútbol, como el entonces controversial y ahora suspendido presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Medio desnudos con la canciller
Los vestuarios son sagrados para los futbolistas. No a todos les gusta cuando este espacio íntimo se usa para escenificar un acto. Visiblemente avergonzado, Mesut Özil le da la mano a la canciller, quien después de un partido en casa contra Turquía busca acercarse al jugador, nacido allí. No se sabe si le preguntaron a Özil si le gustaría ser promocionado como un excelente ejemplo de integración.
"Para mi presidente"
En 2018, aparecieron fotos muy controversiales de Özil e Ilkay Gündogan con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Gündogan incluso dedicó su camiseta a "mi presidente". Esto sucedió poco antes de las elecciones en Turquía. Ambos jugadores nacionales alemanes tenían que temer por su imagen y disculparse.
Su presidente soy yo.
Pocos días después, Gündogan y Özil fueron invitados a visitar en Berlín al presidente Frank-Walter Steinmeier. Parecía una penitencia. El mensaje político que envió Steinmeier fue claro: puede que los dos sean turcos de corazón, pero su presidente soy yo.
Abrazos de canciller
Fue el primero en descubrir a la selección nacional como medio de relaciones públicas. Inesperadamente, Helmut Kohl viajó a México para la final de la Copa del Mundo de 1986 que el equipo perdió 2-3 ante Argentina. El viaje de Kohl a expensas de los contribuyentes fue muy criticado y no todos los futbolistas querían abrazos del canciller.
De ave de mal agüero a muleto de buena suerte
Cuatro años más tarde, Kohl estaba en misión oficial en la final de la Copa del Mundo en Roma. A medida que avanzaba la unificación alemana, su índice de popularidad era más alto que nunca, por lo que esta vez no se escucharon críticas. Además, el Canciller trajo suerte esta vez: 1-0 marcó la revancha contra Argentina. Kohl felicitó al jefe del equipo Franz Beckenbauer por el título mundial.
No solamente fútbol
En 1985, se encuentra el presidente federal Richard von Weizsäcker con el tenista Boris Becker, quien se había convertido unos días en héroe nacional con su victoria en Wimbledon. Se puede dudar si Weizsäcker necesitaba beneficiarse del éxito de las estrellas: según las encuestas, él es el presidente más popular de la historia. Y probablemente no por Boris Becker.
¿Acusaciones de dopaje? Ciego y sordo
Hoy quizás se arrepiente de esta imagen. El político del SPD, Rudolf Scharping, se acercó a Jan Ullrich, ganador del Tour de Francia en 1997. Scharping se convirtió después en miembro de la federación de ciclismo e ignoró los rumores de dopaje que circulaban en ese entonces. Años más tarde, cuando "Ulle" y sus colegas finalmente fueron condenados, los políticos se habían ido hace mucho tiempo.
La "cara más bella del socialismo"
Incluso en el régimen de injusticia de la República Democrática Alemana (RDA), el deporte era importante. Para demostrar la supuesta superioridad sobre el Oeste, incluso se hizo política con él. La patinadora artística Katharina Witt, aquí con el jefe de Estado de la RDA, Erich Honecker, fue considerada una atleta modelo socialista y disfrutaba de privilegios. Es criticada hasta el día de hoy.
De la Cancillería a la Bundesliga
Gerhard Schröder, canciller federal entre 1998 y 2005, es un gran fanático del fútbol. El exdelantero realzó así su imagen de luchador. Hoy es el presidente del consejo de administración del club de la Bundesliga Hannover 96. Examinar críticamente el trabajo de la junta debe ser a veces difícil: Martin Kind, el jefe del club, es un buen amigo y compañero de tenis.
Políticos al micrófono
Para concluir, un ejemplo de cuán colorida puede ser la proximidad entre la política y el fútbol: Edmund Stoiber y Theo Waigel como comentaristas. Stoiber, entonces primer ministro bávaro y empedernido fanático del Bayern, y el entonces ministro de Finanzas, fanático del 1860 Múnich, se divirtieron visiblemente en el derbi local de Munich de los dos equipos en el estadio Olímpico.