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¿Perdió brillo la Alianza del Pacífico?

Emilia Rojas Sasse
9 de diciembre de 2022

La Alianza del Pacífico no solo se ve afectada por la reciente crisis peruana. Hasta ahora, no ha podido cumplir las expectativas de acercamiento al Asia.

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Logo de la Alianza del Pacífico.
¿Qué rumbo tomará este mecanismo de integración regional?

El primer impacto internacional concreto de la crisis peruana, que terminó con la destitución de Pedro Castillo y la juramentación de Dina Boluarte como nueva presidenta de Perú, lo sintió la Alianza del Pacífico.

Las convulsiones de este país ya habían obligado a aplazar una cumbre prevista inicialmente para fines de noviembre de 2022 en México. Y la que se planeó realizar en su lugar la segunda semana de diciembre en Lima tuvo que ser suspendida. Tampoco esta alianza, planteada como un conglomerado pragmático, con fines principalmente comerciales, logra escapar de las turbulencias políticas. Pero, aparte de la coyuntura, ¿cómo ha avanzado esta iniciativa que en su momento fue considerada una estrella de la integración regional?

Dinamismo en la gestión

La Alianza del Pacífico nació en 2011 en una constelación muy diferente. Sus cuatro integrantes -Chile, Colombia, México y Perú- ahora gobernados por la izquierda, enfatizaban entonces su apuesta por el libre mercado. "En primer lugar, se trata de un bloque que fue creado como respuesta al auge de las iniciativas post-neoliberales, de los proyectos de integración de la izquierda en América Latina”, dijo a DW Vladimir Rouvinski, director del Programa de Estudios de la Alianza del Pacífico (PEAP) de la Universidad ICESI, de Cali, Colombia.

"El mecanismo, cuando fue creado, tenía estructuras más ligeras que otros procesos de integración regional. El diseño de la Alianza del Pacífico, en principio, la hace ser mucho más dinámica en la gestión. Es una estructura orientada básicamente al comercio”, apuntó, por su parte, Michel Levi Coral, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Este es uno de los países que se propone ingresar a la alianza que, con cerca de 225 millones de habitantes, atrae el 45 por ciento de la inversión extranjera directa, según sus propios datos.

¿Y el Asia-Pacífico?

El dinamismo se reflejó, por ejemplo, en que, ya en febrero de 2014, se logró consenso para liberar de aranceles el 92 por ciento del comercio entre los socios. Pero no se registraron, en cambio, mayores avances en otro objetivo clave de esta iniciativa, que era fomentar el comercio en la cuenca del Pacífico, mirando sobre todo al Asia.

"El único punto que se ha logrado es un acuerdo de asociación con Singapur”, indicó el académico ecuatoriano, titular de una cátedra de la Organización Mundial de Comercio. "La alianza ya cumplió 10 años. Y lo que vemos, 10 años después, es que se ha centrado mucho en consolidar los vínculos entre los Estados parte, lo que es muy importante, de manera que se pueda generar cadenas de valor, que les permita ser competitivos. Pero vemos muy poca interacción con el Asia Pacífico”, agregó.

Manfred Wilhelmy, profesor de la Universidad Católica de Valparaíso y del Instituto de Estudios internacionales de la Universidad de Chile, cree que no se han cumplido las expectativas iniciales. "Las relaciones con Asia fueron una idea programática, pero ninguno de los cuatro gobiernos ha visto sus relaciones económicas con Asia en función de la Alianza del Pacífico”, dijo el académico, exdirector de la Fundación Chilena del Pacífico.

Y también planteó dudas en cuanto a la estrategia de sumar insumos locales para la producción de bienes más competitivos en el mercado exterior. "Eso se estableció, pero yo no sé cuánto importa, en el sentido de que el sector privado reaccione y diga: entonces vamos a operar a escala de la alianza, y no solo a escala de cada país”, observa.

El atractivo de la alianza

El panorama político de los integrantes de la Alianza del Pacífico también ha tenido impacto, a juicio de Wilhelmy: "No tengo un año preciso, pero creo que los sucesivos cambios de gobierno han ido debilitando la alianza”. Por su parte, Vladimir Rouvinski estima que "posiblemente veamos una transformación de la Alianza del Pacífico” en una "herramienta política”.

Pero está convencido de que "la alianza está viva. Hay foros que se están realizando, hay más de 20 grupos de trabajo, se están haciendo avances interesantes sobre ciertos aspectos”. Además, destaca su atractivo, reflejado en que cuenta con 63 países observadores y varios ya han manifestado interés en estrechar sus lazos, como Australia o Canadá.

Por eso, subraya que "la Alianza del Pacífico no ha acabado. Hay ciertas tensiones dentro, hay muchos debates, pero todo indica que nadie tiene intenciones de abandonarla”. Una de sus virtudes, la ausencia de una estructura burocrática, puede jugarle sin embargo en contra, como reconoció Rouvinski ya antes de que se precipitaran los acontecimientos en Lima: "Como la alianza no tiene sus propias instituciones, estas situaciones, como la crisis en Perú, pueden causar muchas dificultades”.

*Las entrevistas fueron realizadas antes del cambio de gobierno en Perú.

(ms)