1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Pedagogía de la integración

14 de septiembre de 2010

A más tardar desde la publicación del discutido libro de Thilo Sarrazin, el tema de la integración está en el orden del día en Alemania. Muchos proyectos sociales llevan ya con menos ruido la integración a la práctica.

https://p.dw.com/p/PAtx
Un alumno durante una clase particularImagen: FIB

Mientras los políticos en Alemania discuten sobre los problemas de integración de los inmigrantes en el país, en la sociedad surgen numerosos proyectos que acometen los problemas prácticamente.

Esos proyectos reflejan la voluntad de la población de integrar a los extranjeros. Por otra parte, también muchos de los inmigrantes manifiestan gran interés por esas ayudas, participando con gran entusiasmo en los programas que se les ofrecen.

Uno de esos proyectos es el Foro Estudiantil para Integración y Educación (FIB, por su nombre en alemán). El FIB fue fundado en 2009 por estudiantes de las universidades de Bonn y Colonia con el objetivo de, a través de clases particulares, ayudar a los escolares extranjeros a obtener buenas notas.

La base del proyecto es el trabajo voluntario de estudiantes. “Los estudiantes dan clases particulares una vez por semana a grupos de dos a tres alumnos, en matemáticas, alemán e inglés”, dice Sebastian Kummetz, uno de los fundadores del FIB.

Unos 25 estudiantes dan actualmente clases como tutores, acompañando a unos 50 niños de seis escuelas.

“El comienzo del proyecto no fue fácil”, agrega Kummetz, “fue mucho trabajo ganar escuelas socias para el proyecto y convencer a promotores de la idea”.

Pero el trabajo ha valido la pena. Hoy, a casi un año después del comienzo del proyecto, éste adquiere una dinámica propia. El crecimiento ha sido exponencial, explica Kummetz. En el ínterin, el FIB está integrado en la Universidad de Colonia. El próximo semestre, estudiantes de magisterio pueden validar en sus estudios su cooperación con el proyecto.

Sebastian Kummetz, uno de los fundadores del FIB
Sebastian Kummetz, uno de los fundadores del FIBImagen: FIB

Dime si terminas la escuela...

Como consecuencia del acelerado desarrollo, el FIB ha fundado también un equipo de gestión, compuesto por diez estudiantes, sin el cual las crecidas tareas organizativas ya no podrían llevarse a cabo.

La mayoría de los alumnos que asisten a las clases del FIB proviene de familias con trasfondo migratorio. Justamente esos niños necesitan un apoyo especial, ya que muchas veces los propios padres no los pueden ayudar en las tareas escolares.

Datos de la Oficina Federal de Estadística confirman que aún existen grandes diferencias en los niveles educativos de escolares alemanes y aquellos con un trasfondo migratorio: un 6,5 % de los niños de familias inmigrantes no termina la escuela, mientras que entre los alemanes, es sólo del 1,5 %.

En muchos casos son los déficits en los conocimientos de alemán los que impiden que los escolares de familias inmigrantes tengan dificultades en la escuela. También en esos casos apoya el FIB: “A los niños les resulta difícil mantener su motivación durante las clases de alemán en la escuela, porque no ven éxitos rápidos”, resalta Kummetz.

Entre motivación y rendimiento

La motivación es un importante criterio para participar en el proyecto FIB. Para llegar a los niños que realmente poseen la voluntad y las condiciones para participar a largo plazo en las clases de ayuda, a todos los interesados se les exige que expliquen por qué quieren asistir a las clases extras y que presenten una carta con la conformidad de los padres. “En la mayoría de los casos puede constatarse así quién está realmente dispuesto a trabajar para mejorar su rendimiento escolar”, agrega Kummetz.

Las experiencias del FIB indican que la idea funciona. A pesar de la relativamente corta existencia del proyecto, ya varios niños lograron terminar la escuela gracias a la ayuda: participantes que ya se habían resignado y cuyos profesores en la escuela dudaban también de que pudieran lograrlo.

Pero no sólo los alumnos se benefician del FIB, sino también los estudiantes. Éstos realizan singulares experiencias en muchas áreas: aprenden a guiar a un grupo, organizarlo e imponer su autoridad.

Además, para los escolares son a menudo más que asistentes en las tareas, sino también modelos, que les ofrecen nuevas perspectivas y posibilidades para su propio futuro.

Con proyectos como éstos, ambas partes puede aprender mutuamente: el ideal de una buena integración, en la que tanto se da como se recibe.

Autora: Sandra Georg

Editor: Pablo Kummetz