Protegidos del polvo, las estanterías de Reinhard Steiniger albergan 5000 modelos de vehículos en miniatura. Estos bólidos de plástico de la marca Winking son un objeto de culto, especialmente aquellos hechos a mano, a mediados del siglo pasado. Los autobuses berlineses de dos plantas y los VW bochos son sus piezas más preciadas.