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Pakistán: balance de cinco años de Gobierno democrático

Altaf Khan/ Cristina Papaleo15 de marzo de 2013

Es la primera vez que un Gobierno pakistaní concluye regularmente su período legislativo, un triunfo de la democracia. Pero, según expertos, la situación es inestable, y el próximo gobierno pakistaní se verá debilitado.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Desde la fundación del Estado de Pakistán, en 1947, la democracia en ese país siempre fue extremadamente frágil. Desde entonces hubo cuatro gobiernos militares. Por eso, el hecho de que el Gobierno civil del Partido Popular de Pakistán (PPP) termine su período legislativo sin inconvenientes el 16 de marzo es algo que vale la pena resaltar. En 2008, Yusuf Raza Gilani juró como primer ministro de Pakistán. Gilani fue el primer jefe de Gobierno bajo cuyo gobierno se aporbaron cinco proyectos de presupuesto estatales en el Parlamento, pero asumió durante una fase muy compleja en el escenario político pakistaní. El aumento del costo de vida, así como las fallas en el abastecimiento eléctrico en el país y el empeoramiento constante de la seguridad pública afectaron a la población y, por ende, también a la economía, una situación que no ha mejorado hasta el momento.

Gilani: “Pakistán hizo enormes sacrificios”

Con el asesinato de Benazir Bhutto, a fines de 2007, el PPP quedó acéfalo. En la provincia de Beluchistán se produjo un fortalecimiento de las corrientes separatistas luego de que el líder militar de los beluchistanos, Nawab Akbar Bugti, fuera asesinado por el Ejército. Al noroeste del país, la región fronteriza de Khyber Pakhtunkwa estaba fácticamente en manos de fundamentalistas, y el prestigio del Gobierno llegó en ese contexto a su punto más bajo. En su lucha contra el terrorismo, las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad pakistaníes llevaban adelante, de hecho, una guerra contra la población. La Justicia luchaba además, en otro frente, por seguir subsistiendo como institución independiente, una batalla en la que muchos jueces terminaron en prisión.

Yusuf Raza Gilani, ex primer ministro de Pakistán.
Yusuf Raza Gilani, ex primer ministro de Pakistán.Imagen: picture-alliance/dpa

Gilani, que en abril de 2012 fue juzgado y destituido del cargo por desacato a la Corte Suprema, hace, con todo, un balance positivo de su gobierno, que terminó un año antes del fin del período legislativo. Lo remplazó en el cargo Raja Pervez Ashraf, también del PPP. “El mayor logro del PPP consiste en haber conducido por primera vez a un gobierno democrático hasta el fin del período legislativo”, dijo el ex primer ministro Gilani en entrevista con DW. Ahora, el mundo aguarda con expectación que la transición se realice de manera pacífica y democrática.

Gilani recordó también los “enormes sacrificios” que hizo Pakistán en su lucha contra el terrorismo y el extremismo durante el gobierno del PPP. Y no solo eso: ya 90 días después de haber asumido el gobierno se pusieron en marcha medidas para la reintegración de cientos de miles de desplazados internos que huyeron de los combates entre las fuerzas de seguridad y los fundamentalistas en el valle de Swat, en el noroeste del país.

Su Gobierno, dijo Gilani, también mejoró el abastecimiento de alimentos de la población a través de ayudas financieras directas para los grupos más pobres, el programa “Benazir Income Support Program”. “Ofrecimos a los más necesitados muchos estímulos para mejorar su situación”, aseguró Gilani a DW.

Iniciativas legislativas no son suficientes

Britta Petersen, directora del despacho de la Fundación Heinrich Böll en Islamabad, tiene una opinión algo diferente acerca de los últimos cinco años de Gobierno del PPP. Si bien ella también resalta el logro democrático que significa haber completado un período legislativo y también los avances en cuanto a derechos de la mujer, política climática y abastecimiento alimentario, el problema continúa siendo, según dijo Petersen a DW, “que aún hay cientos de páginas de proyectos de ley que esperan ser aplicados en forma concreta”.

Señal de esperanza: jovencitas de camino al Festival Literario de Lahore.
Señal de esperanza: jovencitas de camino al Festival Literario de Lahore.Imagen: DW/T. Shahzad

La experta opina, asimismo, que la situación en cuanto a seguridad ha empeorado en Pakistán, y cita un informe del Instituto Pakistaní de Estudios para la Paz (PIPS, por sus siglas en inglés), según el cual la violencia entre los diferentes grupos religiosos ha aumentado en 2012 en más de un 50 por ciento. Y, a pesar de las conquistas citadas por Gilani, su partido no es visto con buenos ojos por la población. En un sondeo reciente, llevado a cabo por el Instituto de Políticas de Desarrollo Sostenible y la Fundación Heinrich Böll, “un 56 por ciento de los encuestados considera al PPP el partido más corrupto del país”, subrayó Britta Petersen. A pesar de eso, agregó, sigue siendo el partido más popular en Pakistán, como lo demuestra la mencionada encuesta.

Atentado a un barrio chiíta de Karachi. (Archivo).
Atentado a un barrio chiíta de Karachi. (Archivo).Imagen: Getty Images

Perspectivas de inestabilidad

El PPP podría, según la encuesta, ir a la cabeza de las próximas elecciones con cerca de un 30 por ciento de los votos, seguido por la Liga Musulmana, partido conservador del ex primer ministro Nawaz Sharif y por el Movimiento para la Justicia (Tehreek-e-Insaf), de corte reformista, liderado por la ex estrella del cricket Imran Khan. Sea como fuere el resultado de los comicios, “el próximo Gobierno pakistaní será un gobierno débil”, afirma Britta Petersen, ya que se verá sometido a la presión de buscar socios de coalición que, más que cooperar, perseguirían sus propios objetivos.

Autor: Altaf Khan/ Cristina Papaleo

Editora: Emilia Rojas-Sasse