OTAN: Turquía y Francia en guerra de palabras
2 de julio de 2020La canciller alemana, Angela Merkel, calificó el enfrentamiento entre una fragata francesa y un buque de guerra turco frente a la costa libia como un "incidente muy grave". Y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que las acciones de Turquía fueron "inaceptables": "Ahora necesitamos una aclaración de la política turca en Libia porque es una amenaza para África y una amenaza para Europa".
¿Que pasó?
El 10 de junio, la fragata francesa "Courbet" se había acercado a un convoy en el Mediterráneo, formado por tres buques de guerra turcos y un buque civil con bandera de Tanzania. El "Courbet" era parte de la misión del Sea Guardian de la OTAN para prevenir el contrabando de armas en Libia. Los turcos habrían dirigido su radar de control de tiro a la fragata francesa, lo cual normalmente marca un ataque planificado. Esa fue la versión francesa.
Desde entonces, hay una guerra de palabras entre París y Ankara, y la OTAN se ha visto involucrada en la disputa. En la reunión de los ministros de defensa de la OTAN en junio, la jefa del departamento francés, Florence Parly, pidió una aclaración urgente. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, prometió que "se investigará el incidente y se arrojará luz sobre el asunto".
El martes, Francia suspendió temporalmente su participación en la misión Sea Guardian de Libia. Mientras tanto, la OTAN ha confirmado que hubo una investigación y los resultados se discutirán pronto en el comité militar. Sin embargo, está sujeto a secreto. Mientras tanto, la Operación Sea Guardian seguirá cumpliendo sus tareas. Hasta ahora, Turquía, España, Grecia, Italia, Alemania y, hasta su retiro, Francia han participado en la misión.
La OTAN entre dos miembros
Francia acusa a Turquía de un doble juego: Ankara estaría participando sistemáticamente en el transporte de armas a Libia, a pesar de que el Gobierno turco aceptó monitorear el embargo de armas dentro de la OTAN y encontrar una solución negociada. El periódico francés "Le Figaro" citó a un portavoz del Ministerio de Defensa galo diciendo que esta se trata de una "misión contra el contrabando de armas llevada a cabo con contrabandistas de armas". El ministerio también afirmó que la ruptura del embargo por parte de Turquía no es un incidente aislado. Hay una serie de violaciones similares en las que barcos turcos que se dirigían a la costa libia han ocultado sus nombres.
El trasfondo del conflicto es que Turquía, con la aprobación de EE.UU., está prestando apoyo militar al primer ministro libio, Fajis al-Sarradsch. Desde entonces su posición ha mejorado. Francia, por otro lado, se ha puesto del lado del general de la milicia Jalifa Hafter, quien a su vez es respaldado por Rusia con mercenarios y armas.
El ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, aprovechó su visita a Berlín el jueves pasado para lanzar un fuerte golpe contra París: "Francia no ha dicho la verdad a la UE y a la OTAN. Dijo que Turquía lo había demostrado con informes y documentos ante el Comité Militar de la OTAN. "En lugar de permitirse actividades antiturcas, Francia debería hacer una confesión. Esperamos que se disculpen por difundir información incorrecta".
¿Casualidad o provocación?
"Parece más bien un acontecimiento involuntario o podría haber sido exagerado por parte de los franceses", cree Tarek Megerisi, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Megerisi sospecha que detrás de esto hay hostilidad del presidente francés hacia el Gobierno turco. La aversión personal de Macron estaría poniendo en peligro la buena estrategia y la unidad dentro de la OTAN. "Este es un comportamiento inmaduro", señaló Megerisi.
Por otro lado, Turquía estaría transportando grandes cantidades de armas a Libia. Ankara disfruta del apoyo de Washington en ese sentido. Estados Unidos no quiere participar directamente en los combates en Libia y estaría satisfecho si el Gobierno turco trata de poner fin al conflicto en favor del primer ministro Sarradsch.
El objetivo principal de EE.UU. sería evitar que Rusia, como defensor del general Haftar, tenga la oportunidad de establecer posiciones de defensa aérea en Libia, que se encuentran a solo unos cientos de kilómetros de las bases estadounidenses en Sicilia, Italia. Francia vio en Hafter al nuevo hombre fuerte de Libia, por lo que París quiso establecer buenos contactos con él e involucrar a las empresas francesas en el negocio del petróleo. Sin embargo, el Gobierno de Macron probablemente apostó por el hombre equivocado en este póquer geoestratégico, según Megerisi.
Y la propia Francia estaría, al parecer, involucrada en el contrabando de armas a Libia: se encontraron misiles antiaéreos de fabricación americana en bases abandonadas por el general Haftar. Los números de serie mostraron que eran de propiedad francesa, como informó el diario estadounidense "The New York Times" en 2019.
(ct/vt)
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