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Oscar Arias: "Le devolveré la confianza a los costarricenses"

Steffen Leidel 14 de marzo de 2006

Sobre sus planes como nuevo "viejo" presidente de Costa Rica, el Tratado de Libre Comercio y los deseos de que Costa Rica salga victoriosa en el Mundial de Fútbol, Oscar Arias, habló con DW-WORLD.

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Oscar Arias, presidente de Costa Rica.Imagen: AP

DW-WORLD: Felicitaciones por su victoria. Existe exasperación en su país por el Tratado de Libre de Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos. ¿Cuál es su actitud en esta cuestión?

Una de las promesas de mi campaña fue la de apoyar el TLC. Sin el TLC con Estados Unidos nadie va a invertir un peso en Costa Rica. Europa se integró desde hace mucho tiempo y hoy día tiene hasta una moneda común; el comercio es libre en toda la Unión Europea. Aquí también tenemos un tratado de libre comercio entre los países de Centroamérica desde principios de los años 60.

Pero el mundo de hoy es diferente. Es un mundo globalizado, lo más globalizado son las telecomunicaciones, igual de globalizado es el comercio. Chile es el país con la mayor apertura comercial ante el mundo porque tiene un tratado de libre comercio con todo el hemisferio occidental, con la Unión Europea, con Singapur, con Corea del Sur; acaba de firmar un tratado de libre comercio con China, sólo le falta Japón. Y no es casual que Chile sea el país que más crece en América Latina, al 7% por anual en los últimos años.

¿Pero cree realmente que el libre comercio vaya a favorecer a los pobres de Costa Rica? Más de un 20% de la población vive en la pobreza.

La mejor manera de combatir la pobreza es poniendo a crecer esta economía, educando más a nuestra juventud. En América Latina la escolaridad promedio son seis años y medio. De tal manera que no hay que preguntarse de dónde viene la pobreza y la desigualdad en América Latina. Esa es la respuesta. Con seis años y medio nadie puede tener una vida digna, nadie puede encontrar un trabajo bien renumerado, de calidad.

Costa Rica es una excepción porque son diez años. La otra cosa es que para un país pequeño como el nuestro que produce lo que no consume y consume lo que no produce está obligado a ser comerciante, está obligado a exportar e importar. Alemania casualmente es un país con una economía muy abierta, mucho más abierta que la norteamericana y la alemana. El comercio representa el 95% del producto interno bruto de Costa Rica. La principal locomotora del desarrollo costarricense, como diría Helmut Schmidt, es casualmente el comercio.

Usted ya fue presidente entre 1986 y 1990. En aquella época Costa Rica era considerada como la Suiza de América Latina. Esta imagen está empañada ahora, también por los escándalos de corrupción hasta en las esferas políticas más altas. ¿Cómo quiere mejorar esa imagen?

Esa es una de las tareas más difíciles que tengo por delante. Los actos de corrupción enojaron al pueblo de Costa Rica, sobre todo enajenó a nuestra juventud y allí está la explicación de que un 35% del electorado no votara. Mi tarea es devolverle esa confianza a los costarricenses, con cero tolerancia frente a la corrupción y haciendo un gobierno transparente que le devuelva la confianza a los costarricenses en su liderazgo político.

¿Qué actitud va a tomar en la política de asuntos exteriores. Va a dar más importancia a Europa o va quedarse con el aliado tradicional, los Estados Unidos?

Hace 20 años Europa me ayudó mucho. Fue el principal aliado que yo tuve con el plan de paz para silenciar las armas en Centro América. Yo recuerdo mi visita a Bonn, mi conversación con Helmut Kohl, la ayuda que nos dio el canciller y el ministro de asuntos exteriores Genscher. Nunca he podido olvidar el papel importante que jugó Alemania y toda la UE en apoyar el plan de paz contra la voluntad de Ronald Reagan. Incluso la Sra. Thatcher, que estaba tan unida a la posición de Washington, estuvo con los europeos y no con el Presidente Reagan. Hoy el tema fundamental con Europa es comenzar la negociación de un Tratado de Libre Comercio con Centroamérica. No sólo Costa Rica, sino toda Centroamérica. Un tópico que, casualmente, se va a plantear en este mes de mayo en Viena, en donde la UE se reunirá con toda América Latina.

Si mira a otros países en Latinoamérica como Bolivia o Venezuela, ¿teme la gran popularidad que tienen hombres como Hugo Chávez o Evo Morales?

Evo Morales es el primer presidente indígena en un país eminentemente indígena. No es de extrañar que la democracia haya operado y que los indígenas se identificaran con alguien de su etnia. Hicieron muy bien en hacerlo presidente. Ahora, yo puedo discrepar en algunas cosas de lo que él está proponiendo para su país. Pero no es de sorprenderse que un indígena gane en un país como Bolivia. No es ninguna sorpresa.

En el caso de Venezuela, también puedo tener mis diferencias con el presidente Chávez, él es proteccionista, no cree en el comercio internacional, tiene la fortuna de tener un país en donde el petróleo es la principal fuente de ingreso. Eso le permite crecer económicamente porque mientras el barril valga 60 dólares estará muy bien. Pero no es ese el caso del resto de los países en América Latina.

Hablemos de un tema más ligero: el Mundial de Fútbol. ¿Qué significa la Copa para su país?

Tenemos la fortuna de haber participado ya en dos mundiales y vamos a Alemania. Yo no sé si tuvimos la buena o mala suerte de jugar con Alemania el partido inaugural. Digo buena o mala suerte, porque el fútbol alemán es muy bueno, es de los mejores del mundo y el nuestro no lo es. Allí estaré en Munich haciéndole barra a la selección costarricense. Pero hay que ser muy realista y darnos nos cuenta. Vamos a jugar con unos de los mejores equipos.

Sigue pensando, de verdad, que Alemania es uno de los mejores equipos del mundo. En Alemania se habla de una crisis de la selección nacional después de la derrota contra Italia. Qué apuesta?

En el fútbol uno se lleva sorpresas. No me atrevo a hacer vaticinios.

¿No había dicho que Costa Rica ganaría 8 a 0 contra Alemania?

Eso lo dije en broma a unos amigos alemanes que vinieron a visitarme aquí el otro día. Estuvo el viceministro de Cooperación y el representante del gobierno alemán ante el Banco Mundial y en broma les dije que le íbamos a meter 8 goles a Alemania. Volviendo a la realidad. Ojalá hagamos un papel digno como lo hicimos en Italia en 1990.

¿Le gusta mucho Alemania?

Costa Rica tiene pocos ciudadanos honorarios. Uno de ellos es Hans-Dietrich Genscher. Lo hicimos ciudadano costarricense y nos sentimos muy honrados de tenerlo como tal por aprobación del parlamento, gracias a su ayuda e identificación con nuestro país, además al propósito de conseguir la paz en Centroamérica en la mesa de negociación y no en las montañas. Además tengo una gran amistad con Helmut Schmidt como la tuve también con Willy Brandt hace muchos años. Pienso que Helmut Schmidt es quizás el estadista más grande que he conocido. Una persona tan culta como Helmut Schmidt no es común en el mundo.