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Orban acepta su primer refugiado

Boris Georgievski
16 de noviembre de 2018

El primer ministro húngaro se burla de los valores de la UE protegiendo a un delincuente condenado, opina Boris Georgievski. Hungría debería entregar al ex primer ministro macedonio Gruevski.

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Nicola Gruevski y Viktor Orban
Nicola Gruevski y Viktor OrbanImagen: Getty Images/AFP/R. Atanasovski

Comenzando con la buena noticia: por fin Viktor Orban se rindió después de negarse durante dos años a acoger refugiados. Pero no bastaba con permitir la entrada a Hungría a un refugiado. es posible que incluso se haya involucrado personalmente en la organización de todo el proceso. Desde el transporte a Hungría, hasta el paso de la frontera sin los documentos necesarios. El primer ministro húngaro se pasó por alto además las propias leyes de asilo que tantas veces ha criticado, permitiendo al refugiado solicitar asilo en el centro de la capital húngara en lugar de hacerlo en uno de los centros de tránsito de la frontera.

La mala noticia es que solo ha aceptado a uno. Además, a alguien que no huye ni de la guerra ni de la pobreza, como tantos miles de personas a las que no se les permitió entrar en el país en los últimos tres años. Este refugiado se llama Nikola Gruevski y huye del poder judicial. El ex primer ministro y el ex líder del partido nacionalista VMRO- DPMNE gobernó Macedonia durante más de 10 años. Durante su mandato, supo arreglárselas para amasar una gran fortuna privada y ganarse la enemistad de Occidente.

Amigos con visiones similares

Su autoritario estilo de gobierno también le sirvió para ganarse algunos amigos. Tanto Viktor Orban como Nicola Gruevski comparten el objetivo de transformar sus respectivos países en “democracias iliberales”. Otra característica común es la profunda aversión al multimillonario judío estadounidense de origen húngaro George Soros. Ambos líderes apoyaron campañas de odio contra organizaciones financiada por el magnate.  

Sin embargo, mientras Orban puede trabajar tranquilamente para conseguir sus objetivos políticos, Gruevski tuvo que dedicarse a buscar buenos abogados desde que su partido perdió el poder en 2017. Entre otras cosas, se le acusa de corrupción, abuso de poder e incitación a la violencia.

Boris Georgievski, de DW.
Boris Georgievski, de DW.

La semana pasada, fue sentenciado a dos años de prisión, condena que debería haber comenzado a cumplir esta semana. Entre otras cosas, se le considera culpable de haber adquirido ilegalmente un auto Mercedes Benz valorado en 570.000 euros. Muchos ciudadanos de Macedonia que sufrieron su mandato esperaban con satisfacción las primeras imágenes del líder en prisión. Pero los planes de Gruevski eran muy diferentes. Mientras la policía buscaba al ex primer ministro, él anunció este martes en Facebook que estaba en Budapest, esperando recibir asilo político en Hungría.

Entretanto, la decepción en Macedonia es grande. El miércoles por la noche hubo protestas delante de la sede del Gobierno. Para muchos, Gruevski es símbolo del régimen corrupto que provocó la mayor crisis política en la historia de este pequeño Estado balcánico. Su encarcelamiento debería haber servido como terapia para que la sociedad macedonia restablezca su confianza en el poder judicial y el Estado de derecho. Podría ser que el Gobierno actual haya firmado un acuerdo con Gruevski, tal y como piensan algunos en Macedonia. Pero para explicar este escape exitoso, la razón más probable podría ser la incompetencia de las instituciones macedonias

Un dilema para Viktor Orban

Ahora, Viktor Orban tendrá que enfrentarse  a difíciles decisiones. ¿Debería poner en riesgo sus ya de por sí difíciles relaciones con la UE por lealtad a su amigo corrupto de los Balcanes? ¿O entregará a Gruevski a Macedonia para mejorar su maltratada imagen?  Muchos temas dependen de la posición que adopte el Partido Popular Europeo, grupo al que pertenecen tanto el partido de Orban como el de Gruevski.

Hungría es miembro de la UE, mientras Macedonia tiene el estatus de país candidato. Durante décadas, el  mantra oficial de Bruselas para los Balcanes consistía en tres demandas: mejorar el Estado de derecho, combatir la corrupción y fortalecer las instituciones democráticas. Protegiendo a un delincuente legalmente condenado como Gruevski, Orban muestra el verdadero carácter de su gobierno al mundo entero. Sin embargo, la carga más grande es la burla de los valores y principios que defiende la UE. Bruselas y los Estados miembros tienen muchas razones para preocuparse.

Las recientes acciones de Orban no solo muestran que su modelo autoritario avanza con éxito, debilitando las instituciones democráticas de Hungría y silenciando a los medios de comunicación. Sus logros van mucho más allá: hace mucho que está exportando su modelo a otros países de la región, apoyando a los que siguen su ejemplo. Sin embargo, todavía se ve un rayo de esperanza. El mundo sabe cada vez más cosas sobre el perfil de “refugiado” que Orban pretende acoger con los abrazos abiertos.

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Autor: Boris Georgievski (Jag/er)