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Opinión: Igualdad de género a paso de caracol

Bettina Burkart
8 de marzo de 2017

El artículo 3 de la Constitución alemana dice que los hombres y las mujeres son iguales. Sin embargo, aún sigue habiendo discriminación que, aparentemente, solo es posible acabar con la ley, cree Bettina Burkart.

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Im Labor des Instituts für Mikrobiologie
Imagen: Barbara Frommann/Uni Bonn

Es estremecedor. En el Día Internacional de la Mujer veo que millones de mis congéneres luchan por sobrevivir, por vivir una vida sin miedo a la violencia masculina. Luchan por una existencia independiente y para que sean respetas en sus sociedades, al igual que los hombres. Aunque en muchas regiones del mundo no tienen posibilidades reales de éxito.

¿Me puedo yo, como alemana, quejar en el Día Internacional de la Mujer? En mi país a la niñas no solo les es permitido ir a la escuela, sino que están obligadas a hacerlo, igual que sus hermanos hombres. Las chicas logran, entretanto, mejores calificaciones y diplomas, desempeñan la profesión que quieran y pueden llegar incluso a ser canciller. 

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Las mujeres siguen ganando menos

Solo que ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres. Alemania se ubica así a la cola de los 28 países de la UE. ¿Por qué? Debido a que las mujeres aquí todavía se dedican, principalmente, a criar los niños, al hogar o a cuidar de los mayores.

Si las mujeres reducen sus horas de trabajo por atender a la familia, se reducen también las posibilidades de éxito en sus carreras o solo se reintegran a la vida laboral en puestos mal remunerados. Además, las "típicas profesiones femeninas” son, por lo general, mal pagadas.

Pero también las mujeres en altos cargos ganan, a menudo, menos que sus contrapartes masculinas que hacen lo mismo. Y luego, cuando se quejan, algunos hombres les reprochan que deberían haber negociado un sueldo mejor.

En enero de 2017 el gobierno de Merkel aprobó un proyecto de ley sobre "transparencia de tarifas", que busca, en el futuro, obligar a las empresas con más de 200 empleados a revelar los montos de los salarios que paga. Muchos empresarios arguyen empero que sería muy caro equiparar los honorarios. ¡Vaya cinismo! ¿Qué clase de equidad salarial es esa que cuesta demasiado si los hombres y las mujeres reciben el mismo dinero por el mismo trabajo?

Burkart Bettina, periodista de DW.
Burkart Bettina, periodista de DW.

La economía ha jugado durante muchos años un vergonzante papel cuando se trata de equidad de género. El tal "marketing de género" busca inducir a niñas y niños a los añejos roles de la década de 1950.

Casi no hay juguetes neutrales que no dividan el mundo de bebés y niños en rosa y azul. Mientras las "princesitas” de las portadas de historietas cocinan para sus amados y acarician un caballo rosado, el joven lee un libro de aventuras sobre intrépidos astronautas, piratas o policías. Publicaciones de renombradas editoriales.

Antiguos modelos, aún en uso

Las empresas se encogen de hombros y apuntan que su objetivo es la maximización de las ganancias. Eso lleva a que la familia tenga que comprar dos libros diferentes, en vez de uno que pueda ser intercambiado entre hermana y hermano. Una postura que ignora lo que la ciencia ya ha demostrado: que la tipificación temprana entre dulce niña y chico intrépido tiene un impacto en la vida de los adolescentes. Y explica por qué a veces se tiene la sensación de que la sociedad alemana, aún cultiva los modelos del siglo pasado con una capa muy delgada de igualdad.

Sí, me quejo, de la desigualdad de género, a pesar de estar en Alemania. Pero es aquí es donde la vivo. No puedo evitar pensar que gran parte de los hombres solo "toleran" la igualdad y no están convencidos de su necesidad. De lo contrario, no se necesitarían leyes, como la Ley Federal de Igualdad de Oportunidades o la futura ley de Transparencia Salarial, para que se den pequeños pasos en la equidad entre hombres y mujeres.