"Nuestro objetivo sigue siendo presentar estadios llenos en Sudáfrica"

Horst R. Schmidt tiene hoy 68 años. Por primera vez se ocupó de las finanzas de un Mundial de Fútbol en 1974, cuando la competición se celebró sobre suelo alemán. Desde entonces, es un hombre muy demandado. Schmidt está considerado un verdadero experto en su campo. Con vistas a Sudáfrica, ha vuelto a recibir una llamada de la FIFA. Deutsche Welle lo entrevistó.

El Mundial de Fútbol se acerca y eso significa que su trabajo como asesor de la FIFA llega a su fin, ¿qué balance saca?

Estoy satisfecho con el modo en que han ido evolucionando las cosas. Es normal que aún nos quede mucho por hacer- hay que fijar las medidas temporales en los estadios, que por cierto ya están terminados, y todavía tenemos entradas, así que la venta de tickets aún nos ocupa. El objetivo sigue siendo presentar estadios llenos. Y en cuanto a la seguridad, hemos alcanzado un punto en el que se puede decir que se ha hecho todo lo humanamente posible por garantizarle una estancia segura a quienes vengan al Mundial.

¿Por qué están teniendo problemas para vender las entradas?

En esto hay varios factores a tener en cuenta. Por un lado está la crisis económica, que ha echado atrás a mucha gente: el viaje a Sudáfrica desde Europa u otros continentes no es precisamente barato. Y ya sabemos que las posibilidades económicas de muchos de los fans más fieles son limitadas.

El debate en torno a la seguridad ha contribuido seguramente a que algunos indecisos al final prefirieran ver el Mundial desde casa. En cuanto al precio de las entradas: creo que ha sido un obstáculo más a nivel local que para quienes debían venir de fuera. La gente aquí no está acostumbra a pagar tanto. Además, hay algunos estadios en regiones alejadas, como los de Nelspruit o Polokwane en el norte del país, a los que no se llega tan fácilmente.

Pero no tiramos la toalla: nuestro objetivo es llenar todos los estadios.

También se habla de problemas a la hora de desplazarse, ¿cómo van a llegar los espectadores a los estadios?

En el ámbito del transporte se han hecho grandes avances. El transporte público en las ciudades sedes ha mejorado mucho. Las conexiones de los trenes de cercanías se han intensificado y se han abierto estaciones en los mismos estadios de fútbol, como por ejemplo en el de Johannesburgo. También se ha invertido en la calidad de los vagones y los trenes, cosa que a primera vista quedaba claro que era necesaria.

Pero en Sudáfrica no existe una red de tren que una las diferentes ciudades como la hay en Europa, y eso es una gran desventaja: no queda más remedio que ir en taxi o, si el viaje es de Johannesburgo a Ciudad del Cabo, coger un avión.

Y el costo del alojamiento debe haberse disparado…

Sí, desde luego. Aunque he de decir que es algo completamente normal. La FIFA intenta comprometer a los hoteleros por medio de contratos a que mantengan los precios por debajo de un cierto nivel, pero está claro que no todos aceptan- es una economía libre y nadie les puede decir cuánto tienen que cobrar. Es normal que muchos intenten aprovechar el hecho de que se celebre un Mundial. Lo único importante es encontrar cierto equilibrio.

¿Qué se piensa allí de la selección alemana? ¿Puede contar con el apoyo del público?

Me da la impresión que el fútbol alemán no es tan popular en Sudáfrica como por ejemplo el inglés. Allí, todo el mundo ve la Premier League, la gente conoce los equipos y los nombres de los jugadores, cosa que no sucede con la Bundesliga. Aún así, muchos sudafricanos saben algo sobre nuestro equipo y su historia. Estoy convencido de que la selección alemana, si presenta el juego que de ella se espera, podrá contar con el apoyo de los espectadores.

Haciendo repaso a su trabajo como asesor, ¿hay algo que le haya sorprendido especialmente?

En realidad, me había preparado muy bien antes de enfrentarme a esta tarea y por eso no he vivido grandes decepciones. Pero, desde el punto de vista futbolístico, hay que decir que el punto de partida es totalmente diferente. Nosotros vivimos en países en los que el fútbol es muy popular y ostenta la categoría de deporte nacional número uno. En Sudáfrica eso no es así. El rugby es por lo menos igual de importante, y también el cricket juega su papel. El interés está más repartido y se nota a la hora de vender entradas. Eso no me lo hubiera imaginado.

Autor: Arnulf Neu

Editora: Emilia Rojas