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Nobel de Medicina por descifrar el enigma del olfato

Eva Usi4 de octubre de 2004

El Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2004 fue otorgado a los científicos estadounidenses Richard Axel y Linda B. Buck, por sus investigaciones para desentrañar el misterio del sentido del olfato.

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Richard Axel y Linda B. Buck, comparten el Nobel de Medicina.Imagen: dpa

¿Cómo recordamos el aroma de un perfume y cómo distinguimos una fruta fermentada de otra que no lo está? El ser humano es capaz de recordar olores mucho tiempo después de haberlos percibido gracias a uno de los sentidos más complejos: el olfato. Los investigadores estadounidenses Richard Axel y Linda Buck fueron distinguidos con el máximo galardón internacional de la medicina en reconocimiento a su labor pionera al descifrar el enigma del olfato y aclarar cómo un ser humano es capaz de distinguir entre diez mil distintos olores y recordarlos después.

Un sólo olor puede evocar la infancia de una persona, puede provocar recuerdos positivos o negativos cargados de emoción. “Hasta que Axel y Buck realizaron sus estudios, el olfato era un misterio”, señaló el comité del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Receptores altamente especializados

Genmanipulierter Maus und ein normaler Maus
Ratones de laboratorio.Imagen: AP

Mientras que los peces cuentan con un centenar de receptores olfativos, los ratones, objeto de estudio de los investigadores, poseen más de mil. Los seres humanos tienen menos receptores olfativos que los ratones pues buena parte se ha perdido a lo largo de la evolución humana. Los investigadores descubrieron que alrededor de mil genes, un 3% del genoma humano, son responsables de la configuración de dichos receptores altamente especializados. Éstos son capaces de reconocer y memorizar unas 10.000 sustancias odoríficas.

Cuando un olor activa uno de estos receptores, éste produce un impulso eléctrico que llega al cerebro a través del sistema nervioso. Cada neurona receptora se vincula con una llamada 'proteína G', que a su vez estimula la creación de moléculas olfativas que se anclan a la membrana celular y la atraviesan siete veces. Decir que olemos con la nariz, es como decir que escuchamos con los lóbulos de las orejas, pues la nariz sirve tan sólo para tomar y conducir el aire que contiene las moléculas olorosas.

Eglifilet
Filetes de pescado.

Los olores marcan el comportamiento

La mayoría de los olores están conformados por numerosas moléculas olorosas, sin embargo cada una de estas moléculas activa a un receptor individual. Así se crean patrones olfativos comparables con los colores de un mosaico o un caleidoscopio. Los investigadores también descifraron la estructura bajo la cual el cerebro almacena y reconoce los olores, de manera que un solo marisco echado a perder puede marcar el comportamiento alimenticio de una persona y provocar que evite todo platillo preparado con mariscos incluso mucho tiempo después.

Hasta que Axel y Buck presentaron los resultados de sus investigaciones en 1991, el olfato era uno de los sentidos más enigmáticos. Iniciaron sus estudios en equipo cuando ella era investigadora pos doctoral en el grupo de Axel en la Universidad de Columbia, y decidieron estudiar los genes responsables de dar información a las proteínas receptoras de olores. Su descubrimiento sirvió de base para reconocer los genes y las proteínas receptoras de otras especies.

Nobelpreis: Linda B. Buck
La investigadora estadounidense, Linda B. Buck.Imagen: AP

Después de publicar su estudio conjunto, los galardonados con el Nobel continuaron sus trabajos por separado. Richard Axel, de 58 años, es profesor de patología y bioquímica y ejerce en el Instituto Médico Howard Hughes, en la Universidad de Columbia en Nueva York, mientras que Linda B. Buck, un año más joven que su colega, es profesora de microbiología e inmunología y ejerce en el departamento de neurobiología de Harvard, en Boston.