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Valientes sirios

14 de noviembre de 2011

Editorialistas analizan la exclusión de Siria de la Liga Árabe, así como los homicidios a alemanes de origen turco, de presunta autoría neonazi.

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Manifestación contra el régimen en Siria.
Manifestación contra el régimen en Siria.Imagen: dapd


“Nobel de la Paz al pueblo sirio”

Liberation, de París: “Esta decisión histórica de la Liga Árabe de excluir a Siria demuestra a las claras que la primavera árabe ha cambiado al mundo. Los gobernantes de Túnez, El Cairo y Trípoli ya no aceptan que el dictador de un país hermano dispare contra los manifestantes – sus propios compatriotas- y que ordene detenciones en masa o tortura en las cárceles. Aunque no se debe descartar que detrás de eso haya intereses regionales, y que una sola golondrina no hace verano, este ‘frente de rechazo' merece, al menos, reconocimiento. Es una clara señal de apoyo a la población siria, que da muestras de un coraje increíble impulsada por la esperanza de poder dejar atrás por fin la dictadura. A ese pueblo heroico se le debería otorgar el Premio Nobel de la Paz.”

“Terminar de una vez con el baño de sangre”

The Times, de Londres: “La Liga Árabe se merece un claro reconocimiento por su posición, en la que probablemente no ceda. La decisión de excluir a Siria es incluso más valerosa aún que la demanda de un bloqueo aéreo sobre Libia en marzo pasado. Siria es mucho más grande, y es un país mucho más importante, que mantiene estrechas relaciones con Irán, con el Líbano y con Hamás. Y que está cada vez más aislado dentro de la comunidad internacional. En el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, las sanciones contra Siria fracasaron en octubre debido al veto de Rusia y China. Esta clara señal de la Liga Árabe podría resultar en que esos dos países cambien de actitud. Y Assad debería tener presente los destinos de Muamar al Gadafi y Hosni Mubarak y preguntarse cuál de los dos preferiría correr. Para que no le suceda lo que a ellos, debe terminar de una vez con el baño de sangre.”

"Se subestima la dimensión de la extrema derecha"

Tagesspiegel, de Berlín: “En Alemania se sigue menospreciando hasta el día de hoy la dimensión de la violencia de extrema derecha, y eso ni siquiera cambia con la ola de indignación que surge de vez en cuando como respuesta a los cruentos ataques y a las descaradas provocaciones del Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD). Otro tema conflictivo es la forma en que maneja la Autoridad de Protección a la Constitución a sus informantes en el NPD. El Gobierno alemán, el Parlamento y la Cámara Alta pasaron por uno de sus momentos más vergonzosos cuando, en 2003, el Tribunal Constitucional alemán tuvo que suspender un proceso de proscripción al NPD debido a problemas jurídicos insolucionables con los espías, que son financiados por el Estado alemán. Claro que se puede atribuir a los jueces falta de comprensión por la labor del servicio de inteligencia. Sin embargo, el rol de estos informantes –y no sólo en la escena de extrema derecha- sigue siendo un tema delicado.”

“¿No se ha querido reconocer un patrón común?”

Die Welt, de Berlín: “Desde que aumentaron los ataques xenófobos en Alemania, en los años que siguieron a la reunificación alemana, se podría pensar que la sociedad alemana –en su gran mayoría- es inmune a los radicales de derecha, y que se levantaría decididamente en contra de la extrema derecha si se produjese un incidente. Pero los alemanes no parecen estar ciegos de un ojo. Es increíble que se haya entregado ahora una de las presuntas fundadoras del movimiento Clandestinidad Nacionalsocialista, de Zwickau, cuyos dos cómplices fueron hallados muertos en 1998. Pero es pura casualidad que ahora se comiencen a relacionar estos hechos con los homicidios cometidos en las casas de comida turca (döner). Si lo que se ha dado a conocer hasta ahora resulta cierto, el escándalo consiste, y no en última instancia, en que los responsables de las investigaciones – y también la opinión pública- no hayan sido capaces de reconocer que en ambos delitos había un patrón en común. O tal vez no han querido reconocerlo.”

Autora: CP/ dpa
Editor: José Ospina Valencia