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No hacerse ilusiones

DW/pk (lbm)23 de enero de 2009

Los editorialistas comentan hoy la directiva de Barack Obama por la que dispone el cierre de la cárcel de Guantánamo.

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Barack Obama firma la orden ejecutiva por la que se cierra el campo de prisioneros de Guantánamo.Imagen: picture alliance / landov

Washington exigirá más

"Ouest-France", de Rennes: “No hay que hacerse ilusiones. El nuevo gobierno estadounidense cambiará las formas, tratará con más respeto a sus aliados, pero no mostrará debilidades. Por el contrario, Washington exigirá más de sus socios. Y si no quiere quedar al margen, Europa tendrá que cerrar filas con EE. UU. (…) A comienzos de abril será la hora de la verdad, con el segundo encuentro del G-20 sobre reformas en el capitalismo, que tendrá lugar en Londres. Y luego viene la cumbre de la OTAN, en Estrasburgo.”

Una enorme madeja de problemas

“La Repubblica”, Roma: “Las primeras decisiones de Barack Obama alegrarán seguramente a todos quienes creen en la democracia y el respeto de los derechos humanos. El nuevo presidente de EE. UU. deberá desenrollar ahora esa enorme madeja repleta de problemas prácticos y jurídicos que le legó su predecesor, George W. Bush. Obama necesitará mucho tiempo para ello. (…) Felizmente hemos retornado a la política de respeto de los derechos humanos. La imagen de EE. UU. en el mundo, que tanto sufrió en los últimos años, puede volver a ser la de una democracia basada en el imperio del derecho. Es de desear, ya que sólo así podrán cambiar las cosas”.

Cumplió con importante promesa electoral

“Aftonbladet”, Estocolmo: “En su segundo día de trabajo, Barack Obama firmó la disposición para el cierre del campo de prisioneros de Guantánamo. Con ello cumplió con una importante promesa electoral. Su decisión tiene también un gran valor simbólico. Ningún otro lugar del mundo se halla tan estrechamente relacionado con la “guerra” de EE. UU. contra el terrorismo y los abusos relacionados con ella. Los prisioneros con sus overoles color naranja encerrados en jaulas simbolizan hasta qué punto EE. UU. renunció a derechos humanos fundamentales en su “caza” de terroristas. Fue la imagen por antonomasia del derecho del más fuerte y de la disolución del Estado de derecho. (…) Pero los resultados de las violaciones del derecho no desaparecerán sencillamente con la ida del último prisionero de Guantánamo. Deberá seguirse bregando por los derechos humanos y la seguridad legal. No obstante, el cierre del campo de prisioneros tiene una enorme importancia, como símbolo del deseo de crear un orden mundial mejor.”