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Mundial sin cerveza local

19 de abril de 2004

Aunque Alemania es el país de la cerveza por excelencia, durante el mundial de fútbol 2006 en los estadios no se venderá cerveza alemana, lo que podría provocar la ira de los aficionados locales.

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Nuevo estadio de Munich: Budweiser contra Baviera.Imagen: AP

El país acogió con agrado la elección como nación organizadora del Mundial de Fútbol 2006 pero las cosas empiezan a pintar de otro color para los aficionados alemanes. Sobre todo para los de Munich. La ciudad será el escenario del partido de inauguración del mundial pero sus habitantes se encontrarán con una sorpresa al acceder al estadio.

Tradición milenaria

Munich es tradicionalmente una ciudad cervecera. Ya desde antes de su fundación, los monjes residentes en la zona habían hecho de la cerveza un elemento básico en su dieta. En vista de la baja calidad de las cervezas originarias, el duque de Baviera Albrecht IV decretó la ley de pureza de la cerveza, que sigue vigente en la actualidad. Se consiguió así que la cerveza de Baviera fuera conocida en todo el mundo por su calidad.

Las diferentes clases de cervezas que se elaboran en la ciudad son el orgullo de la cultura bávara y las marcas de Munich exportan su exquisita cerveza de trigo a todo el mundo. Munich es también la capital mundial de la cerveza cuando se celebra el tradicional Oktoberfest o Festival de la cerveza, que cuenta con incondicionales que se acercan desde los cuatro puntos cardinales.

Globalización del mundial frente a tradición

Münchner Oktoberfest - Die Mass Bier soll Sieben Euro kosten
¿La cerveza local sin representación en el mundial?Imagen: AP

En 2006 las cosas cambiarán en Baviera. Todo el mundo se acercará a Munich para presenciar el encuentro inaugural. Pese a creer que podrán probar y degustar una de las cervezas más valoradas del planeta mientras disfrutan del encuentro, a lo máximo que podrán aspirar será a degustar una Budweiser. Esta cerveza la produce la cervecería estadounidense Anheuser-Busch, uno de los patrocinadores del Mundial. La empresa adquirió la exclusiva de los derechos de venta en el estadio con el contrato firmado por la FIFA, sin pensar en los deseos de los aficionados locales.

Los habitantes de Munich ya se han levantado en contra de la FIFA. No están de acuerdo en que visitantes de todo el mundo vengan a Munich para beber Budweiser y no conozcán la gran variedad de cerveza que Baviera ofrece. Además, para los originarios de Munich, orgullosos de su tradición, la Budweiser no sabe a nada. Pierde el aroma del lúpulo y la malta. Tras 500 años respetando la pureza de la cerveza, las marcas extranjeras colonizan Baviera con un simple contrato en exclusiva.

Las presiones llegaron incluso al parlamento regional. Miembros del partido de "Los Verdes" iniciaron ya la campaña anti-exclusiva y exigieron al presidente de Baviera, Edmund Stoiber, que tomase cartas en el asunto. La mayoría de los cerveceros muniqueses creen que los millones del patrocinador harán olvidar las antiguas tradiciones.

El padre del comunismo, Karl Marx, ya mencionó hace más de 150 años que la cerveza es el alimento básico de los bávaros. ¿Qué diría Marx si viese que la tradición cervecera de Munich ha sido vendida al sistema capitalista de los patrocinadores del Mundial?