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Muere una leyenda

14 de agosto de 2003

La muerte de Helmut Rahn, quien deparó a Alemania su primer título de campeón mundial de fútbol, no sólo estremece al ámbito deportivo. También los políticos y los inmunes al fútbol recuerdan al "Héroe de Berna".

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Rahn alza los brazos (al centro) en la final del Mundial del 54, en Berna.Imagen: AP

Sus compañeros de equipo le llamaban "el jefe". Sin él, la final del Campeonato Mundial de Fútbol de 1954 no se habría convertido en el "milagro de Berna", un hito tan importante en la historia de la postguerra alemana que hasta ha servido de tema a una película recién estrenada en el festival de Locarno. El gol que marcó en el minuto 84 del partido, selló la primera victoria de Alemania en un mundial, catapultándolo a la fama y convirtiéndolo en modelo para toda una generación: la generación del canciller Gerhard Schröder, quien fue uno de los primeros en enviar sus condolencias a la familia de Helmut Rahn.

Franz Beckenbauer, ídolo deportivo convertido hoy en ejecutivo y organizador del Mundial 2006, lo calificó de "una de las últimas leyendas del fútbol alemán". Las loas no suelen escasear cuando muere una figura famosa; pero, en este caso, el país entero vuelve a recordar la emoción de aquellos años de postguerra, en que el gol de la victoria contra Hungría devolvió la alegría y la confianza en sí misma a una nación que aún removía los escombros de la devastación bélica y la dictadura nazi.

Otros tiempos

Helmut Rahn, quien vivió sus últimos años alejado de los escaparates públicos, fue un héroe popular. Su fama puede compararse a la que hoy disfrutan personajes como Ronaldo o Beckham, por lo menos en Alemania. Sólo que en el estilo de la década del 50. La emoción, que hacía estremecerse a los hinchas y a aquellos que sólo lo son ocasionalmente, cuando los equipos llevan en la cancha la camiseta nacional, sigue siendo la misma. Pero, por ese entonces, no llovían los contratos millonarios ni las suculentas ofertas de la industria publicitaria.

Los héroes alemanes del Mundial de Suiza recibieron los aplausos y laureles del caso. En cambio, su recompensa monetaria por la hazaña de derrotar al favorito parece hoy una broma: 2.500 marcos, es decir, unos 1.250 euros. Además el premio incluía un juego de sillones, lo que al parecer representaba todo un símbolo del milagro económico que empezaba a percibirse en Alemania. Ese era el mundo de Helmut Rahn, convertido en leyenda ya en su juventud. Poco antes de cumplir 74 años, la muerte vuelve a colocarlo en la primera plana de la memoria colectiva. La película "El milagro de Berna", del cineasta Sönke Wortmann, que se estrenará en Alemania el 16 de octubre, de seguro servirá para rendirle homenaje.