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Medio Oriente: callejón sin salida militar

DW-WORLD21 de julio de 2006

La prensa europea se muestra pesimista en sus editoriales acerca de la confrontación en el Medio Oriente y duda de la eficacia del envío de tropas de la ONU al Líbano al igual que de la influencia que pueda tener Europa.

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Los llamados libaneses de ayuda siguen sin ser escuchados.Imagen: AP

El Berliner Zeitung, de la capital alemana, opina: "No hay salida de esta empantanada situación. (...) Por comprensible que sea el reflejo de querer interponerse entre las partes, no tiene sentido hacerlo con armas. Los militares no pueden resolver este conflicto. A lo sumo pueden combatir. Las tropas de la ONU sólo pueden sufrir allí un fiasco. Completamente absurda resulta la idea de plantear la cuestión de una participación alemana en esta intervención que ojalá pueda evitarse. Washington, Moscú, Berlín y París deben ejercer presión sobre sus amigos. Más no pueden hacer."

Europa impotente

El periódico holandés Trouw apunta: "Israel y el resto del Medio Oriente no escuchan a Europa. Tampoco la idea que de enviar una tropa de paz tiene perspectivas de éxito. Primero tendría que imperar la paz, pero ella no se vislumbra. Enviar militares a pesar de ello implicaría recurrir a una tropa de intervención, que tendría que establecer un colchón amortiguador estable. Eso ya constituye un esfuerzo gigantesco en Irak y Afganistán, no se consigue en absoluto en el Congo y en Darfur y no tiene posibilidad alguna de lograrse en el Medio Oriente, porque todas las partes están en contra. (...) En Darfur mueren cada semana 1.000 personas víctimas de la violencia, en el Congo pierden la vida varios miles a diario, según algunas fuentes. La influencia sobre el Medio Oriente debe provenir de Estados Unidos, mientras Europa puede actuar mejor en esos conflictos en el plano diplomático, financiero y militar".

¿Dónde quedó la solidaridad con el Líbano?

Con respecto a la actitud estadounidense, The Independent, de Londres, comenta: "La operación militar israelí en el Líbano ha asestado un golpe devastador a ese país. Aproximadamente 500.000 personas huyen de la violencia y la infraestructura está destruida. Los pedidos de ayuda extranjera lanzados por el primer ministro libanés, Fuad Siniora, han sido ignorados hasta el momento. La actitud de Estados Unidos resulta especialmente desvergonzada. El presidente Bush recibió hace apenas tres meses a Siniora en la Casa Blanca. El presidente estadounidense alabó en ese entonces por todo lo alto al país, por sus éxitos en materia de democratización. Pero, ¿dónde ha quedado ahora la solidaridad con los libaneses? Estados Unidos se ha rehusado por ahora a demandar un alto el fuego. Los libaneses temen que con la partida de los últimos extranjeros se desvanezca también el interés en su situación. Nadie pone en duda la provocación llevada a cabo por Hezbolá. Pero esta no es una guerra entre iguales. Hezbolá es una organización terrorista, que se ha enquistado en el Líbano. Israel, en cambio, es un estado soberano. Los israelíes deberían apoyar al gobierno libanés y también debería hacerlo la comunidad internacional, comenzando por Estados Unidos.

Beneficios para Irán

Le Figaro, de París, analiza en su comentario el papel de Irán en el conflicto: "Gracias a la intervención estadounidense a favor de los chiítas, el régimen iraní ha sentado pie en Irak y ahora sólo puede beneficiarse de la guerra en los dos frentes israelíes: el Líbano y la franja de Gaza. El costo para la población civil no importa, porque ningún iraní perderá allí la vida. De todos modos, la república islámica parece ser el único Estado que osa desafiar a Israel. De este modo, Teherán puede pasar por alto ante la opinión pública el conflicto entre chiítas y sunitas - particularmente grave en vista de la ancestral rivalidad entre árabes y persas- y posicionarse como el único defensor del mundo árabe frente a Israel."