Magdeburg - ciudad junto al Elba

Quien sea presa de la nostalgia en Magdeburgo debería acercarse a la orilla del río Elba, que atraviesa orondo la ciudad y está lleno de actividad, ofreciendo una vista que cuando no consuela por lo menos entretiene. Allí se pueden contemplar los coloridos barcos portacontenedores procedentes de todo el mundo, que inspiran a soñar con los lugares de dónde se viene o a dónde se quiere ir. Los verdes y anchos prados del Elba constituyen un maravilloso paisaje, adornado con caminos, parques históricos y, de vez en cuando, hasta con cervecerías al aire libre que invitan a relajarse.

El discreto encanto del socialismo

El trayecto desde las orillas del Elba hasta el corazón de Magdeburgo dura sólo unos minutos. El centro urbano tiene rincones modernos, producto de las restauraciones que tuvieron lugar en los últimos años, pero tiene otros en donde los muros se desmoronan. La Segunda Guerra Mundial golpeó con fuerza a la antigua ciudad hanseática. Pocos edificios históricos de estilo barroco y modernista quedaron ilesos en el centro; entre los que contaron con suerte figuran la famosa catedral y las construcciones en donde hoy tienen sus sedes el ayuntamiento y el Gobierno del Estado federado. A su alrededor se agrupan algunas obras en las que el ojo puede regoderase estéticamente, como la fascinante "Hundertwasserhaus" o los edificios de cemento que, aunque parcialmente renovados, conservan la estampa de la arquitectura europea socialista. El campus de la Universidad Otto von Guericke queda al norte de la ciudad, a tiro de piedra del Elba y del centro urbano.

Nodo entre este y oeste

Magdeburgo tiene más de 1.200 años de historia, pero tiene zonas cargadas de un dinamismo agradable. Es, además, una ciudad muy verde. Ella dispone de más de una docena de parques, de los cuales el más hermoso es el Elbauenpark. Allí se levanta la "Jahrtausendturm", la Torre del Milenio, una construcción de madera de 60 metros de altura, en cuyo interior se encuentra una exposición única sobre las conquistas científicas de la Humanidad en los últimos 6.000 años. Magdeburgo es hoy un nodo entre este y oeste, norte y sur. Quien pretenda explorar Alemania desde esta urbe habrá tomado la decisión idónea. Da igual si el destino es Hamburgo, Berlín o Dresde, en menos de tres horas se puede llegar a casi cualquier rincón del país.

Autor: Ronny Arnold

Editor: José Ospina Valencia