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Macron tiene que volver a unir a Francia

25 de abril de 2022

La victoria de Emmanuel Macron contra Marine Le Pen fue más ajustada que hace cinco años. Si quiere evitar que la ultraderecha siga creciendo, el presidente tiene que adaptar su programa y sus actitudes, dice Lisa Louis.

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Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte Macron, tras la victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia.
Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte Macron, tras la victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia.Imagen: THOMAS COEX/AFP

Francia ha reelegido a Emmanuel Macron como presidente, pero la carrera fue más ajustada que hace cinco años, cuando los mismos dos candidatos, Macron y la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, llegaron a la segunda vuelta.

Ahora Macron tendrá que cambiar sus políticas y sus actitudes, de lo contrario, la extrema derecha francesa bien podría encontrarse en el Elíseo algún día. Cuando subió al escenario el domingo por la noche, no solo dio una impresión de alegría y alivio, sino también de humildad.

“La cólera y la desavenencia que les ha llevado a votar por ese proyecto [el de Le Pen] debe encontrar una respuesta. Es mi responsabilidad dársela”, dijo.

Muchos votaron a Macron a pesar de su estilo y su programa

Muchos franceses votaron por Emmanuel Macron a pesar de sus reformas orientadas al mercado, a las que se oponen muchos en Francia, como la liberalización del mercado laboral y la reforma de la compañía ferroviaria pública SNCF.

Fue reelegido a pesar de no haber abordado con la suficiente rapidez la profunda ira los "chalecos amarillos", ni haber encontrado la manera de calmar su ansiedad. Esos manifestantes bloquearon las calles y rotondas de Francia durante meses, exigiendo más justicia social.

Lisa Louis, corresponsal de DW.
Lisa Louis, corresponsal de DW.Imagen: Sandy Palenzuela

Macron se salió con la suya al encargar primero, y desechar más tarde, un plan de 48.000 millones de euros para mejorar las condiciones de vida de quienes habitan en los suburbios de Francia, y también al incluir mejor a los ciudadanos franceses de origen inmigrante.

Los votantes le han dado una segunda oportunidad, a pesar de no haber hecho más para luchar contra el calentamiento global, a pesar de su promesa de 2017 de "hacer nuestro planeta grande de nuevo", cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país abandonaría el Acuerdo de París de 2015. Desde entonces, varios tribunales de Francia han condenado al Gobierno francés por no abordar adecuadamente el cambio climático y por no alcanzar sus objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El frente republicano ha comenzado a desmoronarse

Pero Macron pagó un precio por todas esas decisiones. El llamado "frente republicano" de Francia -partidos democráticos y votantes unidos para impedir que la extrema derecha llegue al poder- ha empezado a desmoronarse. En una manifestación contra el racismo entre las dos rondas de votaciones, los manifestantes protestaron contra el hecho de que, una vez más, Le Pen llegara a la segunda vuelta. También les horrorizó que tuvieran que votar una vez más a un candidato que no los convence.

"Marine Le Pen amenaza nuestro Estado de Derecho, pero eso no significa que vaya a dar mi voto a Macron: él solo aplica políticas de derechas", dijo un manifestante veinteañero, explicando que los franceses ya votaron de mala gana a Macron en 2017. Añadió que el actual presidente no había hecho nada por los jóvenes: Macron redujo, por ejemplo, las ayudas al alquiler de viviendas.

Muchos de los manifestantes eran partidarios de Jean-Luc Mélenchon, el candidato de izquierda que obtuvo el 22 por ciento de los votos en la primera vuelta. Esos eran votos que Macron necesitaba desesperadamente para ganar la segunda vuelta.

Macron tiene que cambiar si quiere frenar el ascenso de la ultraderecha

Macron logró convencer a un número suficiente de votantes de Mélenchon para mantenerse en el poder, o más bien, para mantener a Le Pen fuera del poder. Pero muchos franceses lamentaron tener que apoyar a Macron. Lo ven como un político altivo y arrogante, que está desconectado de las preocupaciones cotidianas de los franceses.

Por ello, algunos incluso optaron por abstenerse, o votaron a Le Pen, porque les resultó primordial bloquear la permanencia de Macron en el poder. No es nada seguro que, ante el mismo escenario dentro de cinco años, los partidarios de Mélenchon que votaron por Macron lo harían de nuevo.

Por eso, el presidente reelecto de Francia necesita empezar a implementar urgentemente más medidas de izquierda y a favor del medioambiente. Macron debe cambiar su forma de actuar y debe demostrar que comprende el sufrimiento de aquellos que se sienten abandonados, para dar a los votantes de izquierda la sensación de que él es una alternativa aceptable. El presidente indicó en su discurso que haría todo eso. Ahora tiene que llevarlo a cabo.

Si no lo hace, eso podría conducir, o al menos contribuir, a un mayor fortalecimiento de la extrema derecha. Lo que decidan los ciudadanos en las próximas elecciones presidenciales francesas podría ser entonces "cualquiera que no sea Macron", en lugar de "cualquiera menos Le Pen".

(gg/cp)