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Los tesoros del reino de Neptuno

Emilia Rojas Sasse20 de julio de 2006

Alemania recupera el interés por las materias primas del fondo del mar. Y obtuvo una licencia sobre un área situada entre México y Hawai, donde investigará las posibilidades que ofrecen los nódulos polimetálicos.

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Grandes cantidades de nódulos polimetálicos yacen en el fondo del Pacífico.
Mit einem Kastengreifer ausgestochenes Stück (50x50 cm) Meeresboden mit Manganknollen im Originalzustand
Los nódulos contienen mayormente manganeso, pero también cobre y otros metales.Imagen: presse

Los tesoros que albergan los océanos no son inagotables, pero sí inmensos. Entre ellos se cuentan los nódulos polimetálicos, que yacen a una profundidad de entre 3.000 y 6.000 metros. Estos nódulos, descubiertos hace más de cien años por una expedición dirigida por el británico Sir C. W Thompson, (entre 1872 y 1876) asemejan tubérculos disecados y siguen encerrando misterios acerca de su formación. No obstante, su composición ya es conocida y bastante atractiva: contienen cerca de un 25% de manganeso y también, en proporción inferior, metales como níquel, cobalto y cobre.

Nuevo boom de precios

Ya en los años 70, diversas potencias industrializadas mostraron interés por tales recursos que descansan en los fondos abisales y pusieron en marcha prospecciones. La crisis del petróleo y las inquietantes predicciones del Club de Roma, según las cuales las materias primas escasearían y sus precios se irían a las nubes, incentivaron la búsqueda de fuentes alternativas a la minería tradicional. No obstante, tales previsiones no se cumplieron en el corto plazo y, por el contrario, los precios de dichas materias sufrieron una notable baja. En consecuencia, la exploración de los nódulos polimetálicos quedó postergada.

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La industria del acero china devora enormes cantidades de materias primas.Imagen: AP

Hoy, en cambio, la situación parece revertirse. La avidez por materias primas, ligada en buena medida al despegue económico de China que las consunme con voracidad, ha vuelto a elevar notablemente su valor. En tales circunstancias, una vez más cobra atractivo el tesoro sumergido, sobre todo por su contenido de cobre, níquel y cobalto. Todavía no resulta rentable su extracción, pero la última palabra aún no se ha dicho. Todo dependerá de la evolución de los precios.

Previsión germana

Una mirada a largo plazo aconseja no perder de vista los recursos encerrados en los mencionados nódulos, abundantes sobre todo en la cuenca de Perú, frente a las costas de Sudamérica, en la zona del Pacífico que se extiende entre México y Hawai y en el Océano Índico. Si bien se estima que las reservas existentes sobre la superficie terrestre alcanzan para cubrir las necesidades de los próximos 30 o 40 años, incluyendo las de manganeso que actualmente devora la industria china del acero, en el futuro el abastecimiento bien podría depender de los nódulos del fondo del mar. De acuerdo con el Departamento germano federal de Ciencias Geológicas y Materias Primas (BGR), los metales que contienen podrían satisfacer la demanda durante todo el siglo XXI.

Alemania, que no posee grandes fuentes de materias primas, ha resuelto en consecuencia apostar por la investigación de estos recursos minerales. Por ello firmó un acuerdo con la Autoridad Nacional de los Fondos Marinos -organismo dependiente de la ONU-, que le asegurará los derechos sobre un área de 75.000 kilómetros cuadrados de fondo marino entre México y Hawai. "La reanudación de las investigaciones es una medida de previsión estratégica para el futuro", aseguró Bernhard Stribrny, presidente del BGR, añadiendo que la prospección oportuna de nuevas fuentes de materias primas es muy importante para asegurar el futuro abastecimiento del país.