Los padres más cariñosos del reino animal
En muchas especies, la crianza de la prole es cosa de las hembras, pero no en todas. Lo que sirve a la conservación de la especie es lo que cuenta. Y algunas veces, los que mejor cuidan a los retoños son los padres.
Gestación masculina
Los hipocampos cambiaron radicalmente los roles de género: es en el vientre del macho donde tiene lugar la gestación. Luego de una larga danza de apareamiento, las colas del macho y la hembra quedan enlazadas, y la hembra eyacula de 150 a 2.000 huevos en la bolsa incubadora del macho, que aporta allí su semen. Luego de 10 a 12 días, nacen los pequeños caballitos de mar.
Una pesada carga
Las chinches acuáticas saben lo que significa llevar la cría sobre sus espaldas. La hembra de este insecto deposita unos 100 óvulos sobre la espalda del macho, y desaparece. Él siente en el peso de la futura cría, y ya no puede volar, porque los huevos también se pegan a sus alas. Pero pronto llega la liberación: las larvas nacen después de una semana y se las arreglan muy bien sin mamá.
Los hijos, primero que nada
De la hembra, el pez espinoso lo único que quiere son los huevos. Es él quien se ocupa de armar el nido, fecundar los huevos y cuidar a los pequeños. Luego de 7 a 12 días, los pececitos nacen, pero se quedan un tiempo en el nido. Para papá espinoso, eso significa mucho trabajo, ya que a menudo tiene que defenderlos de sus agresores, y traer de regreso a los que salen a pasear.
El macho educa a los ñandúes
El ñandú cuida con alma y vida a sus descendientes. Claro que tiene toda una familia a su disposición, pero prefiere críar él mismo a los polluelos. Construye el nido en el que las señoras ñandúes ponen sus huevos, para marcharse después. El macho los incuba, los ayuda a salir del cascarón, y puede ponerse agresivo al defenderlos. Incluso, mantiene a las madres alejadas de los pequeños.
Padre, a vida o muerte
El pingüino emperador conoce bien del enorme esfuerzo que representa criar hijos. Mientras mamá pingüino sale hacia el mar a cazar, luego de depositar un único huevo, es papá quien lo alberga bajo su vientre y lo protege del frío antártico. El pequeño sale del huevo 64 días después, y papá lo sigue cuidando hasta que mamá vuelve con alimento para todos. El macho pierde así un 25 % de su peso.
Un papá muy cariñoso
También los flamencos se ocupan en pareja de la cría. Ambos sexos alimentan a los pichones con la leche de buche, una secreción especial de las células epiteliares, y se la dan a los pequeños directamente en el pico.
El apoyo es importante para las madres
Pero en la mayoría de las especies de mamíferos, los roles están divididos de manera clásica: los monos, por ejemplo, no siempre juegan un papel activo en la crianza de los pequeños. Sin embargo, los monos tití tienen suerte: el papá se ocupa de sus hijos, pone el hombro y los lleva a pasear. Con su apoyo, la hembra puede quedar preñada nuevamente para que más monitos vengan al mundo.