"Los Muelles Flotantes" de Christo
Desde la década de los 70 del siglo pasado, el artista estadounidense Christo soñó con poder caminar sobre el agua. El proyecto de arte “Los Muelles Flotantes”, en el Lago de Iseo, en Italia, lo hace posible.
Sulzano: un museo temporal
Del 18 de junio al 3 de julio, se espera que cerca de 800.000 personas visiten la pequeña localidad de Sulzano, en el norte de Italia. El motivo de la peregrinación: ver el proyecto “Los Muelles Flotantes” (The Floating Piers), del artista estadounidense Christo. En el Lago de Iseo, embarcaderos de tres kilómetros de largo conectan la localidad de Sulzano con dos islas.
El bosquejo...
La instalación flotante se puede visitar gratuitamente. El objetivo de Christo es que todas las personas puedan ser partícipes de su arte. Puesto que no le interesa su comercialización, sus obras solo se pueden ver durante un tiempo limitado. A través de la venta de bosquejos y fotos, financia el proyecto que cuesta cerca de 13 mil millones. Así, Christo no depende de patrocinadores.
... y el original
El alcalde de la localidad italiana describió el proyecto de arte como un “milagro de Christo”. Los embarcaderos de 16 metros de ancho fueron elaborados con pontones flotantes, de modo que los visitantes puedan caminar de Sulzano a las islas de Monte Isola y San Paolo. El proyecto reemplaza temporalmente el ferry que normalmente transporta a los isleños a tierra firme.
Christo y Jeanne-Claude
Christo desarrolló el proyecto de “Los Muelles Flotantes” con su esposa Jeanne-Claude, que murió en 2009. Ya en la década de los 70 del siglo pasado, se le había ocurrido la idea de crear una instalación con la que se pudiera caminar sobre el agua. No obstante, en los lugares donde le hubiera gustado realizar el proyecto, en Argentina y Japón, no obtuvo permiso para ello.
Llamativo revestimiento
Tela hecha en Alemania: la fábrica de telas Setex, con sede en la ciudad de Hamminkeln, produjo las llamativas telas amarillas de nylon con las que están revestidos los embarcaderos. Sin embargo, los 90 kilómetros cuadrados de tela no solo cubren los muelles flotantes, sino también calles de Sulzano y pueblos aledaños.
Trabajar las telas
Durante un año, la empresa alemana “geo-Die Luftwerker” trabajó las lonas de cinco metros de ancho. El almacenamiento y transporte de las pacas de tela requirió de una sofisticada logística. Las telas fueron transportadas en bolsas especiales de un metro cúbico. 200 de ellas fueron llevadas a Sulzano en trenes y camiones.
Máquinas de coser
Puesto que las telas son tan pesadas, dos costureras tenían que trabajar en una máquina para coser las lonas. Con ayuda de un láser ultrasonido, las piezas fueron cortadas a medida. Y en los pontones flotantes, máquinas de coser especiales unieron los pedazos individuales.
Los cuerpos flotantes
La gigantesca instalación de Christo no solo es una impresionante obra de arte, sino también un reto logístico especial para todos los participantes. Christo mandó elaborar 220.000 cubos de polietileno. A base de estos cuerpos flotantes, se construyó un muelle de tres kilómetros de largo y con una superficie de cerca de 75.000 metros cuadrados. Al final, éste fue revestido con tela amarilla.
Christo prueba su obra
En octubre de 2015, Christo se cercioró de la estabilidad del muelle. Al artista estadounidense le gusta que se pueda sentir el movimiento de las olas debajo de los pontones.
Una nueva obra de arte pasajera
La instalación está lista, ahora solo faltan los visitantes. A partir del 18 de junio, se podrá caminar sobre el muelle flotante. Este aguanta hasta 20.000 personas. Eso sí, para poder disfrutar plenamente de esta nueva obra de arte tiene que hacer buen tiempo.