Los animales y sus increíbles técnicas para escuchar
Los humanos no podemos oír frecuencias tan bajas como los elefantes o tan altas como los murciélagos, tampoco podemos mover las orejas como los gatos. Sin embargo, aprendimos a mejorar nuestras habilidades auditivas.
Los conejos pueden rotar sus orejas 270 grados
El movimiento de las orejas les ayuda a escapar de los depredadores, pero las orejas también hablan sobre el comportamiento. Las orejas rectas significan que están escuchando. Cuando tienen una oreja arriba y la otra abajo, escuchan pasivamente. Las orejas apoyadas en la espalda, indican un estado mental relajado, si se tocan. Pero si están separadas en la misma posición son señal de miedo.
Los gatos y los perros son muy atentos
Un perro reacciona incluso cuando parece que no hay nada. Los perros pueden diferenciar los pasos de su dueño de los de los extraños. Los oídos de los gatos son aún más sensibles. Los perros tienen 18 músculos en las orejas, mientras que los gatos tienen 30 y pueden incluso rotarlas 180 grados. Así que no intente acercarse sigilosamente a su gato, no tiene sentido.
Los murciélagos usan ondas ultrasónicas para oír
Los murciélagos envían ondas sonoras ultrasónicas desde sus bocas y luego el eco rebota en su cuerpo. Los murciélagos utilizan esta estrategia para determinar el tamaño y la ubicación de los objetos y para encontrar comida en total oscuridad. Además, los murciélagos tienen 20 músculos para cambiar la forma y la dirección de sus orejas, para afinar su recepción del eco.
El título de "mejor oído del mundo" es para un animal sin orejas
En la eterna lucha depredador-presa-depredador, las grandes polillas de cera han logrado escapar de la depredación de los murciélagos gracias a la evolución de los oídos sensibles a los ultrasonidos. Tienen la mayor sensibilidad de frecuencia registrada en el mundo animal y oyen 150 veces mejor que los humanos. Incluso pueden oír frecuencias 100 hertzios más altas que los murciélagos.
Otros insectos escuchan a sus depredadores
Cuando los escarabajos, grillos y polillas escuchan las ondas ultrasónicas de sus depredadores, huyen o vuelan en zigzag o en ondas. Algunos grillos y escarabajos producen chasquidos para ahuyentar a los depredadores.
Las ballenas son submarinos vivientes
Un submarino usa técnicas de ecolocalización similares a las de los murciélagos y que las ballenas emplean en las oscuras profundidades de los océanos. Se cree que los silbidos y chasquidos producidos por las ballenas les proporcionan una vista tridimensional del espacio, ty ambién son importantes en la comunicación entre los individuos.
Los delfines pueden escuchar a través de su mandíbula
Los delfines navegan gracias a un mecanismo similar a la ecolocalización de los murciélagos. Envían impulsos sónicos desde sus frentes que son reflejados por los alrededores y luego recibidos por los receptores de sonido en sus mandíbulas y dientes.
Los elefantes pueden pronosticar una tormenta eléctrica
Con sus enormes orejas, pueden oír el sonido de las nubes agrupándose antes de la lluvia. Los elefantes pueden captar las ondas infrasónicas, una baja frecuencia que los humanos no podemos oír. También pueden oír con sus pies, usando terminaciones nerviosas que detectan las vibraciones del suelo. Algunos animales tienen receptores que transmiten vibraciones y ondas de sonido al sistema nervioso.
Los búhos son la cámara de vigilancia de la naturaleza
Los búhos no solo tienen una excelente visión nocturna y la capacidad de rotar su cabeza 360 grados, sino que también tienen una audición notable. Los búhos pueden escuchar en forma asimétrica, así que cuando vuelan, un oído recoge los sonidos de arriba mientras el otro escucha los de abajo. Este sistema que trabaja en tándem con su visión nocturna les garantiza que su presa siempre sea atrapada.
Algunas personas invidentes “navegan” como los murciélagos
Algunos ciegos han aprendido a usar la ecolocalización para "escuchar" su entorno. Una forma de hacerlo es haciendo chasquidos con la boca y luego escuchando reverberaciones para estimar el tamaño de una habitación o la distancia a una pared o una valla. Algunos dicen que pueden describir un lugar basándose sólo en la ecolocalización.