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Lidias patrocinadas por la UE

Mirra Banchón23 de marzo de 2004

Ante las corridas, las posiciones suelen ser extremas. Varias asociaciones protectoras de animales, sin embargo, luchan en este momento no por suprimirlas, sino porque no se financien con dinero de la UE.

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Logo de la Iniciativa Anti-Corrida (IAC)Imagen: IAC

La crianza de toros de lidia es financiada con fondos europeos, según lo publica la edición electrónica de Der Spiegel. Según investigaciones de la organización muniquesa "Anti-Corrida", anualmente llegan a manos de 1.200 criadores ibéricos 22,5 millones de euros del presupuesto de la Unión Europea. El Consejo de Ministros de Finanzas ha declarado que estas polémicas subvenciones serán mantenidas aún después de la reformas planificadas para el año 2005, aduciendo un apoyo a la agricultura extensiva. Según el informe, la ministra de Agricultura, Renate Künast, del partido de Los Verdes, declaró que aquí se trata de un "incentivo normal" que la Unión concede a todo toro, y que ellos no pueden saber si se van a destinar a lidia.

Argumentos falsos

"Anti-Corrida" alega que tal argumentación sólo puede ser falsa, debido a que cada uno de los 1189 criadores españoles está inscrito en algunas de las cuatro asociaciones existentes. Además, diez días después de nacido un toro de lidia debe ser registrado por el Ministerio del Interior en el "Libro genealógico de la raza bovina de lidia". "Anti-Corrida" junto con la española "Asociación Nacional para la Protección y Bienestar de los Animales" (ANPBA) y la organización británica "Fight against animal cruelty in Europe" (FAACE) y homólogas de Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra y Alemania presentaron en 2003 un juicio en contra de que dinero de los ciudadanos europeos se destine a tan siniestros propósitos.

Historia de la corrida

Stierkampf in Spanien Mann in Bewegung
Imagen: AP

Según diversas fuentes, la corrida de toros se desarrolló en la Edad Media cuando los nobles y los caballeros mostraban sus capacidades a caballo ante el público, mientras los pobres toreaban a pie. La primera corrida oficial tuvo lugar en Vera, Logroño, en 1133, durante la coronación del rey Alfonso VIII. A lo largo de los siglos los caballeros siguieron lidiando, no sólo en los tiempos de los Reyes Católicos, sino también durante el reino del emperador Carlos I. Éste mató un toro de una lanzada en la plaza de Valladolid en celebración del nacimiento de su hijo Felipe II, hecho que creó una tradición seguida hasta Felipe IV. En el año 1700, el año de la toma de posesión de la casa Borbón, empezaron a decaer las corridas. En la corte ya no se practicaba la lidia y entre los caballeros también languideció el deporte. Sin embargo, el pueblo seguía lidiando a pie. Se mantuvo la costumbre y se volvió tradición a lo largo de los siglos; surgieron los reglamentos y las estructuras. También los matadores.

Tradición contra crueldad

Con el mismo tono que los protectores de animales hablan de "crueldad", los defensores de las corridas hablan de "historia" y "tradición". Textos que usan la artillería pesada de la cultura para defender este enfrentamiento de un hombre contra un animal, cuyas fuerzas son muy superiores, hacen gala de clásicos españoles como Fray Luis de León, quien al respecto habría anotado: "las corridas están en la sangre de la gente española, y ellas no pueden parar sin consecuencias graves".

Tradición, ¿con el dinero de quién?

Un defensor contemporáneo de la tauromaquia, el escritor Mario Vargas Llosa, habla de ella como de un arte. "No todos tienen por qué sentir y entender los toros, como no todos los seres humanos comprenden la poesía, la música, la pintura, y gozan con ellas", opina el encumbrado escritor. La crueldad está presente en todo deporte en el cual un animal debe morir -en la caza y la pesca, también- prosigue Vargas Llosa, "como cruel es esa ley de la naturaleza que hace que la vida se nutra de la vida, que el precio de vivir sea morir". Y es ése precisamente el punto de los defensores de los animales: en todos esos deportes no se trata de nutrir la vida, se trata sólo de matar. Y para colmo de males, financiando la fiesta con dineros de ciudadanos europeos. También con los de aquellos que no ven con tan buenos ojos lo de conservar una tradición tan sangrienta.

Stier und Stierkämpfer in Spanien
Imagen: AP