Las impresionantes fotografías del concurso Vida Silvestre 2018
Desde icebergs hasta insectos, colibríes y peces voladores, las fotografías de los ganadores del concurso Vida Silvestre 2018 destacan lo preciosa que es la naturaleza. A continuación, las impresionantes fotos ganadoras.
La pareja dorada, de Marsel van Oosten
El holandés, gran ganador del Título 2018, muestra a una pareja de monos dorados con nariz respingada de Qinling observando atentamente un altercado que se produce en el valle entre machos de otros dos grupos. Era primavera en el templado bosque de las montañas Qinling de China, el único lugar donde viven estos monos en peligro de extinción.
Duelo soñado, de Michel d’Oultremont
Cuando los nubarrones se acumularon sobre el bosque de las Ardenas de Bélgica, el rugido de dos ciervos rojos resonó entre los árboles. Bien igualados, la contienda se convirtió en un ruidoso choque de astas. Al final, los ciervos aparecieron en la cresta de la montaña, con la silueta de sus cornamentas entrecruzadas. El fotógrafo belga obtuvo el premio Portafolio Revelación.
Leopardo holgazán, de Skye Meaker
El sudafricano Skye Meaker, gran ganador del Título 2018 en la categoría 15 a 17 años, capturó una fotografía de Mathoja, un leopardo de ocho años que descansa en la rama de un árbol de Nyala. La casa de Mathoja es la Reserva de Caza Mashatu de Botswana. En Bantu, Mathoja significa "el que camina cojeando". Skye la llama así porque cojea debido a una lesión que tuvo cuando era cachorra.
Pato de los sueños, de Carlos Pérez Naval
En la península de Varanger, en la costa norte del mar de Barents en Noruega, este joven fotógrafo español capturó un momento de tranquilidad con un pato de cola larga en el gélido mes de marzo. Acercarse lo suficiente para fotografiar a los patos significaba un paseo en barco temprano por la mañana. Sin embargo, valió la pena, Carlos fue el ganador en la categoría 11 a 14 años.
Lechuzas en la tubería, de Arshdeep Singh
Acurrucados en la apertura de un viejo tubo de desagüe, dos mochuelos manchados miran hacia la lente de este joven fotógrafo hindú. Él y su padre vieron a los búhos cuando conducían en Kapurthala, una ciudad en el estado indio de Punjab. Esta imagen muestra una especie que se ha adaptado a la vida urbana. Arshdeep ganó en en la categoría 10 años a menos.
Lecho de focas, de Cristobal Serrano
Las focas cangrejeras, que se alimentan casi exclusivamente de krill, descansan en un témpano de hielo en el Canal Errera en la Antártida. Estas son una de las focas más abundantes y no hay evidencia de su declive. Sin embargo, dependen del hielo marino para descansar, reproducirse y evitar a los depredadores. El fotógrafo español ganó en la categoría Animales en su entorno.
La piscina de hielo, de Cristóbal Serrano
Otra foto ganadora de este fotógrafo, pero esta vez en la categoría Visiones creativas. La imagen del Canal Errera en la costa oeste de la Península Antártica muestra focas cangrejeras nadando y descansando alrededor de un iceberg. Esta foto hecha desde un drone revela cómo el hielo ha sido tallado por los fuertes vientos y mares polares.
Avispas de barro rodando en el barro, de Georgina Steytler
El pozo de agua en la Reserva Natural de Walyormouring en Australia zumbó en el calor del verano. Estas esbeltas, trabajadoras y delgadas avispas de barro estaban ocupadas cavando agujeros para sus nidos. Estas avispas colocan los cuerpos paralizados de arañas tejedoras para que sus larvas recién nacidas se alimenten. La australiana obtuvo el galardón en la categoría Comportamiento: Invertebrados.
Sediento de sangre, de Thomas P. Peschak
Cuando las semillas y los insectos se secan en la Isla Wolf de las islas Galápagos, los pinzones de tierra de pico afilado se convierten en vampiros. Sus objetivos son los piqueros de Nazca. Picoteando las plumas del piquero, beben su sangre para sobrevivir. La pérdida de sangre no parece causar daño permanente. El fotógrafo alemán/sudafricano ganó en la categoría Comportamiento: Aves.
Kuhirwa llora a su bebé, de Ricardo Núñez Montero
Esta gorila de montaña en el impenetrable bosque Bwindi de Uganda no quería abandonar a su bebé muerto. Semanas después, ella se comió lo que quedaba del cadáver. Sus reacciones al duelo son eco de las respuestas a la muerte en otras especies. Hay evidencia de que muchos animales se comportan de manera que expresan dolor. Gran captura del español ganador en la categoría Comportamiento: Mamíferos.
Empecinado, de David Herasimtschuk
Una serpiente de agua está sujeta firmemente en las fauces de esta hambrienta salamandra americana gigante. En el río Tellico de Tennessee, esta salamandra acuática ha disminuido significativamente debido a la degradación de su hábitat. Su presencia indica un ecosistema de agua dulce saludable. El fotógrafo estadounidense se coronó en la categoría Comportamiento: Anfibios y reptiles.
El triste payaso, de Joan de la Malla
Timbul, un joven macaco de cola larga, se lleva la mano a la cara para tratar de aliviar la incomodidad de su máscara. Su dueño lo está entrenando para su espectáculo callejero. Cuando no está entrenando o actuando, Timbul vive encadenado junto a una vía férrea en Surabaya, en la isla indonesia de Java. El fotógrafo español ganó en la categoría Fotoperiodismo de vida silvestre.
Árbol de firmas, de Alejandro Prieto
Un jaguar macho deja su firma en un árbol en la Sierra de Vallejo en el estado mexicano de Nayarit. Los jaguares necesitan vastos territorios para acceder a presas suficientes. En México, su hábitat se está perdiendo rápidamente y ello puede afectar la búsqueda de alimento y pareja de esta especie. El premio fue para México en la categoría Fotoperiodista de vida silvestre: Historia.
Reliquia del desierto, Jen Guyton
Oriunda de Namibia y Angola, la welwitschia soporta condiciones duras y áridas, generalmente a 150 kilómetros de la costa, por lo que puede capturar la humedad de la niebla marina. Con una tasa de crecimiento lenta y con especímenes que alcanzan más de 8 metros, algunos viven hasta 1,000 años o más. La ciudadana de EE.UU. y Alemania ganó en la categoría Plantas y hongos.
Azotados por el viento, de Orlando Fernandez Miranda
En lo alto de una duna en la costa desértica de Namibia, un trío de elementos climáticos convergen. Los vientos fríos de la corriente de Benguela fluyen hacia el norte desde el Cabo de Buena Esperanza, mezclados con el calor del árido desierto de Namib para dar lugar a una espesa niebla que regularmente envuelve la costa. La fotografía del español ganó en la categoría Entornos de la Tierra.
Vuelo nocturno, de Michael Patrick O'Neill
En la playa de Palm Beach en Florida, este fotógrafo capturó un pez volador en la noche. Por el día, es casi imposible acercarse a estos peces. Son presa de muchos animales, pero tienen la capacidad de correr lejos del peligro, batiendo rápidamente sus colas de forma irregular para aumentar la velocidad y elevarse por encima del agua. El estadounidense sobresalió en la categoría Bajo el agua.
Madre protectora, de Javier Aznar González de Rueda
Un gran saltador de árboles Alchisme cuida a sus ninfas cuando se alimentan de una planta solanácea en la reserva de El Jardín de los Sueños en Ecuador. Después de que rompen el cascarón de los huevos, estos se desarrollan a lo largo de cinco etapas y ella los vigila con mucho celo durante todo ese tiempo. El ciudadano español ganó en la categoría Portafolio de Fotógrafos de Vida Silvestre.
Caminos que se cruzan, de Marco Colombo
En un pueblo de los Abruzos, en las montañas Apeninas de Italia, un oso pardo marsicano cruza la carretera. La mayoría de los marsicanos, una subespecie aislada, no agresiva y en peligro de extinción, evita a los humanos. Solo quedan unos 50 ejemplares. Fotografía realizada por el italiano ganador en la categoría Vida silvestre urbana.
La visión de Jan van der Greef
Perfectamente balanceado, las alas vibran, la cola se abre y se cierra y con las diminutas patas que apenas tocan la punta de la flor, un colibrí montañero oriental extrae el néctar de los flósculos de un lirio de antorcha en el sur del Perú. El fotógrafo holandés fue ganador en la categoría Blanco y negro.