El paso fronterizo de Larsi está saturado de vehículos que intentan cruzar de rusia a Georgia. En su mayoría son hombres que huyen del reclutamiento decretado por el Gobierno. No quieren participar en una guerra que no comparten. En muchas partes del país otros se dedican a protestar en las calles. La justicia ha endurecido las penas para quien deserte o no se presente a filas.