Lafontaine candidato del Partido de la Izquierda

Lafontaine fue nombrado cabeza de lista de ese partido en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Logró ganarse el aprecio con un vibrante discurso y fue elegido con un 80 por ciento de los votos.

Su elección en la lista de dicho estado, el más populoso del país, tenía un aire de revancha, ya que la derrota del Partido Socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schröder en ese estado, en las elecciones regionales del pasado mayo decidió al canciller a pedir el adelanto de las legislativas.

Lafontaine abandonó cuatro días después de esas elecciones el SPD, donde militó durante 39 años, para ponerse a disposición de la alianza de izquierda, bautizada ahora como Partido de la Izquierda, formado a instancias suyas por los postcomunistas del este del país y disidentes socialdemócratas.

¿Logrará detener a Merkel?

La aseveración de que su formación es la única capaz de detener a Merkel, es más que un desafío, a juzgar por los pronósticos. Todos los sondeos apuntan a una clara victoria de los conservadores de Merkel, en coalición con los liberales.

Sin embargo, esa virtual alianza de gobierno podría quedar en nada, si el Partido de la Izquierda logra el 11 por ciento que le atribuyen los sondeos y los conservadores o liberales pierden algún punto de los 49 que ahora se les vaticina.

En ese caso, se abrirían las puertas a una gran alianza -conservadores y socialdemócratas- o a una coalición entre el SPD y sus socios, los Verdes, apuntalada en la nueva formación.

Tanto Lafontaine como Schröder rechazan ser algún día aliados, pues son enemigos acérrimos desde que el primero dimitió como jefe del SPD y como ministro de Finanzas, en 1999, enfrentado al canciller.

Los conservadores se ponen nerviosos

Sin embargo, la remota posibilidad de tal alianza tras los comicios ha puesto nerviosos a los conservadores. Merkel y el líder bávaro Edmund Stoiber arremetieron contra esa coalición en el mitin de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU), celebrado el fin de semana en Múnich.

Tal constelación sería "una catástrofe" para Alemania, dijo Stoiber, el derrotado candidato de los conservadores en las legislativas de 2002. La incorporación de Lafontaine al frente del Partido de la Izquierda es vista con recelos en las mismas filas postcomunistas, que han tenido que renunciar a su nombre -Partido del Socialismo Democrático (PDS)-, para hacerse digerible al electorado del oeste.