La piel no olvida
23 de julio de 2003El sol puede ser una bendición. Ayuda a espantar las depresiones y estimula la producción de vitamina D en el organismo, lo cual es beneficioso para los huesos. Sin embargo, en exceso, la exposición a los rayos solares puede constituir un grave peligro. No por sabida la amenaza deja de ser cierta. Y, como afecta especialmente a los niños, un grupo de especialistas en la materia lanzó hoy una campaña de prevención, con el lema "la piel no olvida".
Efecto tardío
Cerca de 120.000 personas enferman de cáncer a la piel, anualmente, en Alemania. De ellas, mueren aproximadamente 3.000. En muchos de estos casos, el origen del mal se remonta a la infancia. Eckhard Breitbart, de la agrupación de Prevención Dermatológica, explica que los efectos de las quemaduras solares demoran décadas en manifestarse. Pueden pasar 40 años hasta que se presente un cáncer en la piel dañada por el sol.
Por otra parte, los expertos hacen notar que la gente recibe el 80% de la dosis de radicación ultravioleta de toda su vida durante la infancia y la juventud. De acuerdo con los especialistas alemanes, lo ideal es que los niños menores de dos años no tomen en absoluto baños de sol. Los mayores pueden hacerlo, pero con las precauciones del caso. Las recomendaciones prácticas abundan: por ejemplo, utilizar una crema de alto factor de protección y tener en cuenta que estos productos tardan unos 30 minutos en surtir efecto.
Consejos por internet
Eva Kahlbein, representante de la asociación alemana de lucha contra el cáncer, advierte que lo mejor es que los niños se bañen con una camiseta puesta. Junto con afirmar que "el cáncer cutáneo es evitable", recomienda evitar la exposición al sol en la playa entre las 11 y las 15 horas, ya que con ello se elude cerca del 90% de los rayos ultravioletas.
También en internet se encuentran datos útiles para evitar las quemaduras de sol. En Alemania, la Asociación de Dermatólogos y el Centro Alemán de Navegación Aeroespacial desarrollaron en conjunto una página en que los turistas pueden informarse, por ejemplo, de la intensidad de los rayos ultravioletas en diversos lugares de veraneo en Europa. Allí se puede averiguar cuánto tiempo máximo de exposición resulta aconsejable en cada sitio, según la edad y el tipo de piel que se posea. Los datos son actualizados con información satelital sobre la concentración del ozono. Pero, por mucha tecnología a la que se pueda recurrir, lo fundamental es tener conciencia de que un bronceado puede ser saludable, pero una quemadura jamás.