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"Hay una brecha entre conservación y desarrollo económico"

Luis García Casas
19 de abril de 2020

Para el investigador Hugo Castillo, "se ha perdido el norte en cuanto a la condición de especie silvestre" de la vicuña. Y reclama un "un manejo bajo estándares de bienestar animal".

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Bolivien Vikunja-Tiere
Mujeres indias aymara limpian lana de vicuña recién cortada.Imagen: picture-alliance/AP/J. Karita

¿Cuál ha sido la evolución de la población de vicuñas en Perú desde que empezó su protección?

La protección de la vicuña en el Perú inició en la década de los sesenta, cuando se estimaba una población entre 5.000 a 10.000 ejemplares como consecuencia de una caza furtiva indiscriminada. En 1967 se oficializa la creación de la Reserva Nacional Pampa Galeras [la primera reserva] a partir de tierras cedidas por la comunidad campesina de Lucanas, en el departamento de Ayacucho, donde habitaban cerca de 800 ejemplares.

El último dato oficial de la población de vicuñas en el Perú es el del IV Censo Nacional realizado el 2012, donde se contabilizaron un total de 208.899 ejemplares. En total se han realizado cuatro censos nacionales oficiales (en 1994: 66.559 ejemplares; en 1997: 103.161; en 2000: 118.678; y la de la 2012). Para este año se tenía previsto realizar el quinto censo (postergado el año pasado), pero con la emergencia sanitaria actual es casi un hecho que será postergado nuevamente.

¿Por qué encontramos cifras dispares sobre la población actual de vicuñas en Perú y cuál es la población en el resto de países en los que se puede encontrar este animal?

Peru Hugo Castillo Doloriert
El investigador Hugo CastilloImagen: Privat

Los datos después de 2012 son estimaciones (subjetivas) realizadas por especialistas o instituciones. Caso similar sucede en otros países sudamericanos, donde la metodología de censos no son homogéneas, existiendo además censos parciales (por regiones o solo en áreas naturales protegidas) o estimaciones poblacionales. Por esta razón, en la XXI Reunión Técnica del Convenio de la Vicuña a realizarse en Ecuador (también postergada) el tema central serán las metodologías censales en vicuñas.

Las poblaciones de vicuñas en otros países, en base a datos de la Lista Roja de la UICN que fue actualizada el 2018 son: Argentina: 72.800-127.072 (estimación realizada el 2006); Bolivia: 112.249 (censo realizado el 2009); Chile: 12.103 (censo de 2016); y Ecuador: 7.185 (censo realizado en 2016).

Lo que parece fuera de duda es que la recuperación de esta especie, desde estar seriamente amenazada a mediados del siglo pasado hasta la situación actual, ha sido un éxito... ¿Cuáles han sido las claves para esta recuperación y los hitos principales?

Entre las claves y/o hitos para la recuperación de la especie podría citar:

  •  La creación de la Reserva Nacional Pampa Galeras, lo cual promovió un crecimiento poblacional importante, pasando de 800 vicuñas cuando se comenzó a crear la reserva en 1964, hasta casi 5,000 ejemplares en 1970.
  • El trabajo realizado por la Cooperación Técnica Alemana en la década de 1970, liderados por Rudolff Hormann. Donde se generó mucha información científica que fue la base para el sistema de manejo de la especie.
  • En 1975, la vicuña fue categorizada en el Apéndice I de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), prohibiéndose la comercialización de su fibra.
  • La década de los 80s no fue muy auspiciosa para la vicuña debido principalmente al terrorismo. Justamente en esa década fue asesinada la ecologista y periodista Bárbara D'Achille por Sendero Luminoso. Ahora en su honor el Área Natural protegida más importante para la vicuña, lleva su nombre: Reserva Nacional Pampa Galeras Bárbara D'Achille. 
  • A mediados de los años noventa, todas las poblaciones de vicuñas del Perú pasaron al Apéndice II de la CITES, es decir se autorizaba la comercialización de la fibra de vicuña obtenida a partir de la esquila.
  • En la década de 1990 hubo dos legislaciones muy importantes, durante el Gobierno de Alberto Fujimori. La primera en 1995, la Ley 26496 (Régimen de propiedad, comercialización y sanciones por la caza de las especies vicuña, guanaco y sus híbridos), donde se otorga la propiedad y usufructo de la vicuña a las comunidades campesinas reconociendo a las mismas como las responsables del control y vigilancia. Esto fue un hecho clave, porque involucró a las comunidades campesinas altoandinas, que comparten hábitat con la vicuña, en la conservación de la especie. Antes de esto, la vicuña era vista como un animal que competía con el ganado doméstico (alpacas, llamas, ovinos y bovinos) por las praderas altoandinas, sin generar aparente beneficio al poblador. Con esta ley las comunidades comenzaron a organizarse en comités de manejo para capturar y esquilar vicuñas y asimismo conformaron brigadas de guardacomunales destinados a la protección de las poblaciones de vicuñas.
  • Decreto Supremo 008-2004-AG (2004), a partir del cual se constituyen organizaciones de manejadores de vicuñas por región y concede el uso de la marca Vicuña-Perú a las empresas encargadas de la transformación y comercialización de productos. Además, se autoriza a que las comunidades campesinas puedan acopiar, transformar y comercializar fibra de vicuña. Con este decreto las comunidades comenzaron a vender la fibra al mejor postor y ya no a través del Consorcio Internacional de la Vicuña (IVC) que hasta ese entonces compraba la producción nacional canalizada por la Sociedad Nacional de la Vicuña a un precio estándar.
  • Hace un par de años se declara el 15 de noviembre como el día nacional de la vicuña.

La explotación económica de la vicuña, ¿está siendo una ventaja o un inconveniente para su conservación?

Si bien es cierto que la población de vicuñas se ha recuperado, lamentablemente se ha perdido el norte en cuanto a su condición de especie silvestre y al tipo de manejo que le corresponde. 

Bolivien Vikunja-Tiere
Separación de ejemplares para ser esquilados tras un 'chaco' en Bolivia.Imagen: picture-alliance/AP/J. Karita

Un año después de la Ley que otorgaba la propiedad y usufructo de la vicuña a las comunidades campesinas, el estado peruano introdujo una nueva modalidad de manejo en "semicautiverio" mediante el empleo de corrales de aproximadamente 1.000 hectáreas, a los cuales se les denominó M.U.S. (Módulos de uso sustentable), que se estimaba podían albergar entre 200 a 300 vicuñas.  Estos módulos brindaban ciertas ventajas en el manejo de la vicuña, como por ejemplo una mayor eficiencia al momento de la captura, mejor control de la caza furtiva (hasta cierto punto) y reducción de conflictos entre comunidades campesinas por el manejo de vicuñas que se encontraban en zonas limítrofes. Pero no consideraba los impactos negativos sobre la biología (en un sentido amplio) de la vicuña. Actualmente podemos encontrar cercos de 600 hectáreas con más de 1.500 vicuñas, con animales subalimentados que no resisten la intensidad de las capturas o soportan el frío de la puna después de la esquila, teniendo como resultados, en ciertos casos, altos índices de mortalidad. 

Más allá de la conservación como especie, otro aspecto de gran importancia es el manejo bajo estándares de bienestar animal. Esto es muy preocupante, ya que es un concepto de relativa reciente introducción en nuestro país, y que requiere un fuerte trabajo de sensibilización en la zona altoandina. Felizmente el Estado peruano viene trabajando en una Norma Técnica al respecto, y de a pocos se van realizando algunas investigaciones.  

¿Qué papel ha tenido la industria textil internacional del lujo en la recuperación de este animal? ¿Ha ayudado la demanda internacional de la lana de vicuña a preservarlo?

Más allá de la transacción comercial de la fibra de vicuña, su papel es poco o nulo. Es cierto que producto de esta transacción las comunidades campesinas obtienen dividendos económicos que les permiten financiar las actividades de captura y esquila, así como las acciones de vigilancia. Pero son pocas las comunidades que pueden introducir dinero al sistema económico local a través de aportes a núcleos familiares o mediante obras comunitarias. Hay una brecha por cubrir entre los esfuerzos de conservación y el desarrollo socioeconómico de las poblaciones humanas involucradas en el manejo sostenible de la vicuña. Asimismo, en la relación entre la industria textil y las comunidades campesinas debería primar los principios del comercio justo, así como reconocer un valor agregado a la fibra de vicuña por provenir de una especie silvestre y ser obtenida mediante una técnica ancestral y sostenible como es el "chaccu". 

¿Qué problemas afronta todavía la vicuña? ¿Sigue habiendo caza furtiva y, dado que su lana es tan apreciada, gente que la comercialice fuera de los cauces legales?

Peru Hugo Castillo Doloriert
Hugo Castillo, durante la realización de trabajo de campo.Imagen: Privat

Actualmente uno de los problemas más graves que afronta la vicuña es el tema sanitario, en particular una epidemia de sarna que afecta no solo a Perú, sino también a poblaciones de vicuñas de Bolivia, Chile y Argentina. En la última reunión técnica del Convenio Internacional de la Vicuña, llevada a cabo en Argentina a fines de 2018, se dedicó un día entero a discutir sobre el impacto de esta enfermedad. En el Perú, casi la mitad de las regiones donde se distribuye la vicuña están afectas con sarna. La población de vicuñas de la Reserva Nacional Pampa Galeras y alrededores ha sido duramente golpeada por la enfermedad llegando a casos extremos donde la prevalencia de sarna superaba el 50 % de vicuñas afectadas. No se ha encontrado relación entre el surgimiento de brotes de sarna y el tipo de manejo (con o sin cercos), aunque se vislumbra una relación entre la densidad de las poblaciones y la diseminación de la enfermedad, lo cual tiene mucho sentido. Durante los últimos años se han generado controversias en torno a la gestión de la enfermedad, y ante la ausencia de una normativa (actualmente en desarrollo) algunas comunidades han tomado diversas acciones sin respaldo técnico. Por ejemplo, en Ayacucho comenzaron a untar aceite quemado a todas las vicuñas, enfermas y sanas a modo de tratamiento y prevención. Felizmente está práctica ya no se realiza en la actualidad.   

La caza furtiva sigue estando presente, pero con un impacto menor que años anteriores. Es complicado que las comunidades campesinas puedan vigilar eficientemente un territorio tan vasto como son las praderas altoandinas. Son pocas las comunidades campesinas bien organizadas que cuentan con personal capacitado y equipado para llevar a cabo las acciones de vigilancia. Al ser una práctica ilegal no existe una data precisa sobre la cantidad de vicuñas cazadas en los últimos años. Anteriormente el CONACS (Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos) llevaba un registro de esas incidencias, pero desde el 2007 esta institución dejó de funcionar.  

¿Qué más se podría hacer para proteger a la vicuña?

Aún queda mucho por hacer, trabajar en varios niveles, tomadores de decisiones, comunidades campesinas y personal técnico. La academia desde su "trinchera" debe generar mayor conocimiento científico, que permita dar sustento a las diferentes acciones o normativas en torno al manejo de la vicuña para que este sea realmente sostenible. Argentina y Chile generan mucha información científica sobre la vicuña, pero en el Perú tenemos nuestros propios problemas consecuencia de un manejo mucho más intensivo. Acá se necesitaría mayor financiamiento para investigaciones. Se podrían establecer mesas técnicas de trabajo entre los diferentes niveles, que es algo que de a pocos se viene haciendo, y en particular con los tomadores de decisiones, los que elaboran las normas o las leyes. Pero el punto crucial es sensibilizar y concientizar a los manejadores de vicuñas sobre los principios fundamentales de manejo de fauna silvestre bajo estándares de bienestar animal. (few)     

Hugo Castillo Dorotiert es docente de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima-Perú), Investigador asociado del Instituto de Investigación y Desarrollo de Camélidos Sudamericanos (CONOPA), y miembro del Grupo Especialista en Camélidos Sudamericanos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (GECS-UICN).

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