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La Guerra de los 30 años: un horror que marcó a Alemania

Ralf Bosen
22 de mayo de 2018

La Guerra de los 30 años comenzó hace 400 años: una guerra por la religión, el poder y el territorio. El tratado de paz de 1648 es una inspiración para la resolución de conflictos actuales.

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Jacques Callot, Der Galgenbaum
Imagen: picture-alliance / akg-images

El 23 de mayo de 1618 la nobleza de Bohemia, de mayoría protestante, llegó al Castillo de Praga exigiendo la libertad de religión ya que el Emperador católico del Sacro Imperio Romano, Matías de Habsburgo, había restringido los derechos de los protestantes. Para el Emperador, este hecho fue una declaración de guerra. Mediante la fuerza quería eliminar la rebelión protestante de raíz. Así comienza la Guerra de los 30 años que arrasó con toda Europa. "Esta guerra indudablemente dejó más huellas en Alemania que guerras posteriores, con la excepción de la dos Guerras Mundiales durante el siglo XX”, dijo el politólogo Herfried Münkler de la Universidad Humboldt de Berlín.

Instrumentalización de la religión

Alrededor de 100 años luego del comienzo de la Reforma, los protestantes y los católicos se enfrentaron a una gran rivalidad. "La religión ha sido instrumentalizada con fines políticos”, dice Elisabeth von Hammerstein de la Fundación Körber de Hamburgo. "Había muchos factores políticos,” continúa la politóloga. El Emperador luchó por quién controlaba las fortunas del Imperio. "Los franceses, los Habsburgo, los suecos, los ingleses e incluso los otomanos veían a la religión como algo relevante para su seguridad, lucharon por el poder o para evitar la influencia de otras potencias”. La religión era el aceite, enfatiza Hammerstein, "el cual fue derramado en el fuego para este propósito”.  

La nueva dimensión del horror

Saqueos, torturas y muertes en las ciudades y pueblos.
Saqueos, torturas y muertes en las ciudades y pueblos. Imagen: Imago/United Archives

Los historiadores y los politólogos ven a la Guerra de los 30 años paralelamente con los conflictos actuales, como es el caso de Siria. Inicialmente, en el país árabe había una rebelión local de las fuerzas suníes contra el gobierno. "Rápidamente, el conflicto se convirtió en una guerra por el poder”, dijo Hammerstein, "Siria, Irán, Arabia Saudita, Turquía, Rusia y Estados Unidos persiguen sus propios intereses y complican la situación”.

La Guerra de los 30 años, adquirió una nueva dimensión de horror a medida que más países se involucraron militarmente. Incendiaron ciudades, pueblos, torturaron, masacraron a los habitantes y abusaron de las mujeres.

Víctimas y saqueos

En un testimonio histórico, en el diario del mercenario alemán, Peter Hagendorf escribió "en la diócesis de Liège hay 300 iglesias y monasterios, 18 ciudades, 1800 pueblos, los cuales ya hemos saqueado”. El número de muertos varía dependiendo de las investigaciones pero ronda entre los 3 y 9 millones y con una población estimada entre 15 y 20 millones. En términos relativos, el número de víctimas es mayor que en la Segunda Guerra Mundial.

La Paz de Westfalia, 1648.
La Paz de Westfalia, 1648.Imagen: picture-alliance/akg-images

Luego de 5 años de negociaciones llega la paz

Durante 5 años de negociaciones entre la ciudad protestante de Osnabrück y la ciudad católica de Münster en busca de la paz, por primera vez, los estados de Europa trataron al continente en conjunto. El 24 de octubre de 1648 se firmó el tratado de paz, la Paz de Westfalia. Fue un hecho histórico ya que este tratado fue un compromiso a largo plazo de libertad religiosa.

Entre otras cosas, la paz estableció la igualdad de las creencias cristianas. Hammerstein explica que "el tratado creó una base para una coexistencia pacifica, que parecía imposible luego de tantos años de violencia”.

Una inspiración por la paz actual

La Paz de Westfalia, a menudo, se cita como un ejemplo para la resolución de conflictos. ¿Podría ser una opción para el Medio Oriente? El entonces ministro de Asuntos Exteriores y el actual presidente, Frank-Walter Steinmeier, dijo que "el Ministerio de Asuntos Exteriores utiliza a la Paz de Westfalia como un instrumento para lograr la paz actual”. También enfatizó la importancia de las garantías internacionales y abogó por un "proceso de exploración sin tabúes”. El politólogo Hammerstein ve a la Paz de Westfalia como una fuente de inspiración. "Hay muchos impulsos, ideas y soluciones creativas por la paz". La Paz de Westfalia ha demostrado, que incluso una guerra religiosa, poderosa y cargada de emociones puede resolverse pacíficamente.

Ralf Bosen (BT/EL)