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La futura Constitución europea

Emilia Rojas10 de julio de 2003

El borrador de la futura carta fundamental de la Unión Europea está listo. Después de 16 meses de trabajo, los miembros de la Convención estamparon su firma en el documento. Ahora llega el turno de los gobiernos.

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Giscard estudia el borrador definitivo, que lleva su sello.Imagen: AP

Nuevamente hubo aplausos y expresiones de satisfacción: los 105 delegados de la Convención que dirigió el ex-presidente francés Varlery Giscard d’Estaing cumplieron cabalmente la misión que se les había encomendado y que tantos miraban al comienzo con escepticismo. El borrador de la Constitución que ha de regir a la Unión Europea ha quedado oleado, pero no sacramentado. Los autores esperan que su forma definitiva no varíe mayormente de la actual, pero eso dependerá de los jefes de gobierno, que iniciarán los correspondientes debates en octubre. De ahí que el regocijo se mezcle con exhortaciones a no desbaratar el texto, calificado por el ministro de Relaciones Exteriores alemán como un acuerdo "histórico" que hará más transparente y democrática a la UE, y que le permitirá seguir funcionando con 25 miembros.

Los logros de la Convención

Los méritos de la Convención están fuera de duda. En primer lugar, lograron negociar consensos en torno a asuntos que la Unión Europea venía posponiendo desde hace años, debido a la dificultad de conciliar una diversidad de intereses nacionales. No menos relevante es el hecho de que se haya aceptado conferir al modelo propuesto un rango constitucional, que supera al de un tratado como los muchos suscritos. No se trata sólo de una diferencia semántica, porque una carta fundamental convertirá a la Unión Europea en una verdadera comunidad política.

Entre las novedades concretas contempladas en el borrador figuran, por ejemplo, el hecho de que la EU contará con un presidente elegido por varios años, en lugar del sistema de presidencia rotativa empleado hasta el momento. Igualmente habrá un "ministro de Relaciones Exteriores europeo" que merezca el nombre de tal, aun cuando en materia de política exterior los países miembros conservarán su derecho a veto.

La Europa de los ciudadanos

Otro de los objetivos de las innovaciones planteadas por la convención es dotar de mayor transparencia a las instituciones y posibilitar una mayor cercanía a la población. De acuerdo con una encuesta realizada entre más de 16 mil ciudadanos de los 15 miembros actuales de la UE entre abril y marzo de este año, una amplia mayoría (del 63%) respalda la idea de contar con una Constitución Europea. Asimismo, cerca del 64% opina que la Unión necesita la figura de un ministro de Relaciones Exteriores, mientras que un 70% estima incluso que debería contar con un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Algunos desearían probablemente una integración mayor que la prevista en el borrador. Pero, según puntualizó Giscard d’Estaing, el consenso logrado no refleja el mínimo común denominador, sino el resultado más amplio posible de alcanzar. En este sentido, hizo notar que "aquellos que querían ir más lejos, corrían el peligro de desbaratar el trabajo de la Convención". Ahora cabe esperar que no lo hagan los gobiernos nacionales.