La furia huracanada de la tormenta Burglind azotó Alemania
Con vientos huracanados, el fenómeno meteorológico causó toda clase de problemas en distintas regiones del país. Trenes paralizados, árboles caídos y daños cuantiosos se cuentan entre sus consecuencias.
Sin techo en la A1
El destruido acoplado de un camión bloquea la carretera A1 en Hagen (Renania del Norte-Westfalia). Una de las tantas ráfagas de viento que caracterizaron a la tormenta Burglind sacó el techo del vehículo, lanzándolo sobre la pista. Por suerte nadie resultó herido.
Caminos cortados
Un bus de la línea 742 en Haan (Renania del Norte-Westfalia) impactó contra un árbol que había caído recientemente sobre la pista. Afortunadamente el vehículo, que resultó seriamente dañado, viajaba sin pasajeros. El conductor, sin embargo, quedó en estado de shock tras la experiencia.
Mojada por arriba y por abajo
A duras penas, una ciclista se abre paso en Fráncfort del Meno (Hessen) a través de un charco de agua. La tormenta no solo trajo vientos huracanados, sino también fuertes lluvias en varias regiones del país.
Incansables sierras eléctricas
Dos policías sacan, por trozos, un árbol caído sobre una calle en Colonia (Renania del Norte-Westfalia). En numerosas ciudades alemanas los agentes policiales y los bomberos tuvieron que trabajar horas extra para responder a todas las llamadas de emergencia que recibieron. Las sierras eléctricas cortaron troncos sin parar, como pocas veces antes.
Árboles caídos
En Ratingen (Renania del Norte-Westfalia) se registró uno de los tantos casos de árboles que cayeron sobre casas. "El suelo está saturado con las aguas de las lluvias de los últimos días, lo que facilita enormemente la caída de los árboles", dijo Robert Hausen, especialista del Servicio Meteorológico Alemán.
Líneas eléctricas afectadas
Un operario en Stuttgart (Baden-Württemberg) corta las líneas eléctricas del tranvía, paso esencial para repararlas y reponer el servicio de ese importante medio de transporte. La tormenta Burglind causó destrozos similares en varias ciudades, dificultando el traslado de miles de personas. En este caso, unos pedazos de techo que volaron por los aires dañaron las líneas.
Pedazos de techo por doquier
Otra vez en Stuttgart: en esta ocasión, un grupo deoperarios saca trozos de un techo que cayeron a la calle tras una ráfaga especialmente poderosa. Se calcularon vientos de hasta 100 kilómetros por hora en algunas regiones del país.
Lindo, muy lindo
En estos casos, los fotógrafos tienen escenas para inmortalizar en todas partes. Pueden jugar con la luz, el rocío, el agua e incluso es posible hallar belleza en la destrucción. Esta escena de la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, demuestra que hasta en los temporales hay espacio para una mirada distinta.