La Comunidad Sudamericana: ¿un gesto sin futuro?

Miguel Hernández

En Sudamérica existen aún muchos problemas sociales que deben ser resueltos por los gobiernos de cada país. En países como Perú, las personas migran hacia las grandes ciudades, debido a que no hay buena calidad de vida en las zonas rurales, incrementándose de este modo el problema del desempleo, y disminuyendo la calidad de vida promedio por exceso en la oferta de trabajo. Si esto lo proyectamos a nivel sudamericano, vemos grandes polos de desarrollo en los países con más capacidad, o en los que tienen mejores perspectivas de vida, con la consecuencia del empobrecimiento en otras regiones. Esto está muy lejos del objetivo principal, que consiste en que todos los países tengan óptimas perspectivas de desarrollo al ser parte de un gran bloque. Brasil, Argentina y Chile, con economías muy dinámicas, significarían para el resto de paises una posibilidad de mejorar sus exportaciones.

Gonzalo López

Coincido totalmente con el Profesor Detlef Nolte, en cuanto a que, en primer lugar, habría que hacer funcionar realmente el Mercosur y el CAN antes de pretender llevar adelante el sueño bolivariano. Un país enorme y potencialmente riquísmo, como es Brasil, estará encantado de ser la locomotora de ese tren. Pero dudo mucho que Argentina, aún bajo el gobierno de Kirchner, acepte mantener un perfil más bajo en esa aventura. Mi país, Uruguay, no tiene peso suficiente como para realmente incidir en las grandes decisiones. Yo preferiría que fortalecieran el Mercosur desde el punto de vista económico, dejando de lado la fantasía de una unión política como pretenden mis futuros gobernantes, de modo de que cada país pudiera abrirse al mundo, como lo hizo Chile en los años postdictatoriales, y aumentar así el ingreso per cápita de los habitantes. Lamentablemente, el próximo gobierno se caracteriza por ser antiestadounidense y antiglobalización, lo que dará por tierra con todas las posibilidades de crecimiento en Uruguay. Sumado, claro, al feroz estatismo que llevarán a cabo, contrariando toda la experiencia mundial sobre el tema.

Jorge Landívar

La unión de los pueblos latinoamericanos tiene futuro, y es un camino obligatorio, de supervivencia cultural y política en un mundo organizado en torno a bloques continentales. Seguramente, se producirán grandes retrocesos y algunos avances, y Europa no debiera sorprenderse ni ser escéptica: debería mirar mejor su propia historia. Finalmente, este es un continente colonizado por Europa, y nuestros mayores recién van en camino a lograr su propia unión, con enormes dificultades e interrogantes. De esa experiencia, los latinoamericanos sabemos que tenemos derecho al optimismo a largo plazo, aunque el camino sea escarpado y complejo.

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