“El éxodo hacia el campo llegó a su fin”, revela un estudio independiente. Los alemanes vuelven a las ciudades, y esperan calidad de vida, seguridad y una amplia oferta cultural.
Vivir en la ciudad, con las ventajas del campo.
Al contrario de lo que sucede en América Latina, donde la gente se muda al campo escapando de la inseguridad y la polución, en Alemania y otros países europeos se está produciendo el fenómeno opuesto: la ciudad se ve revalorizada.
El estudio muestra también que el desafío de las ciudades del futuro consiste en que deberán ofrecer, ante todo, calidad de vida y viviendas en las que haya lugar para la individualidad, sin dejar de lado los espacios comunitarios y la convivencia de varias generaciones.
“Ábrete sésamo”: todo al alcance de la mano
En la década de los años 60 y 70 se difundió una ola de “pesismismo urbano” en Alemania, y se pronosticaba la
Las ciudades deben ser capaces de ofrecer historia y una puerta al futuro.
desaparición de las metrópolis, haciendo que muchos alemanes se mudaran a pequeños pueblos rurales. Actualmente los alemanes están volviendo a las ciudades, huyendo de la falta de esparcimiento y del alto consumo de combustible que implica la vida en el campo. Esto plantea todo un desafío de planeamiento para empresas constructoras, arquitectos e inversores, cuyo objetivo será reinventar las ciudades como centros vitales.
El estudio indica que tres cuartos de la población alemana aprecia el casco histórico de las ciudades como atracción turística (71%), gustan de los parques (71%), y se alegran de poder viajar por transportes públicos al centro (69%).
Asimismo, “atractivo e importante es todo aquello que eleve la calidad de vida”, resume el Dr. Horst Opachowski, director del Instituto BAT de Investigación Sobre Tiempo Libre y autor del libro “La vida en la ciudad del futuro” (en alemán: Editorial Primus, Darmstadt).
Los deseos de la población en cuanto a cómo debe ser la urbe del futuro conforman un amplio abanico de posibilidades: oferta cultural diversa (67%), recreación en calles y plazas (66%), alta calidad de vida en el vecindario (64%), limpieza (68%) y seguridad (62%).
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