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México-EE. UU.: la importancia de una base democrática

Eva Usi
8 de junio de 2021

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, sostuvo una reunión con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con el tema migratorio como punto principal de la compleja agenda bilateral.

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Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio Nacional, en Ciudad de México. (8.06.2021).
Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el Palacio Nacional, en Ciudad de México. (8.06.2021).Imagen: Jacquelyn Martin/AP/picture alliance

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se reunió con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, este martes (8.06.2021) en Ciudad de México. Después de que ambos gobiernos firmaran un memorándum de cooperación migratoria, Harris destacó que las relaciones bilaterales están entrando en una nueva era.  

"El tema principal es la migración, porque la vicepresidenta ha sido asignada con la misión de atender la raíz que provoca la migración y ver cómo cooperar con México al respecto. Pero hay otros temas en la agenda bilateral, por un lado el tema laboral, el capítulo sobre Derechos Laborales en el nuevo Tratado de Libre Comercio T-MEC, y también la ampliación de la cooperación bilateral, sobre todo en materia de seguridad”, afirma  Maureen Meyer, vicepresidenta para Programas de la Washington Office for Latin America (WOLA), con sede en Washington.

En conversación con DW, la analista destaca la compleja relación bilateral que se aborda a través del diálogo de alto nivel en temas como la cooperación energética, la economía y la seguridad. "Desde nuestra perspectiva preocupa la continua crisis de Derechos Humanos en México y la expansión de la militarización de la seguridad pública en el país. Hay muchos temas en la agenda. Pero la misma vicepresidenta ha enfocado el interés de su visita en atender el problema migratorio”, destaca Meyer.

Una familia migrante en la rivera del río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Una familia migrante en la rivera del río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos. Imagen: Aitor Saez/DW

La migración no se detendrá

Hace unos días, el gobernador republicano de Texas, Greg Abott, reclamó a Biden dar más protección a los ilegales que a los texanos. Texas concentra más de dos terceras partes del flujo migratorio en la frontera común entre México y Estados Unidos. En tres de los cinco puntos de acceso en ese estado se registró un alza de más de 300 por ciento de detenciones de indocumentados en lo que va del año (comparado con 2020). La mayoría han sido mexicanos, hondureños y guatemaltecos. El gobierno de Biden delibera si demandar a Texas por desalojo de menores migrantes. 

Cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) reportan un incremento de más de un 15% de centroamericanos detenidos en Chiapas y Tabasco en los primeros cuatro meses de este año (comparados con 2020), es decir, más de 22.000 personas. El éxodo de personas sigue agravándose por las condiciones de pobreza e inseguridad en Centroamérica, que se agudizaron con la pandemia. Pese a los programas de contención y la militarización de la frontera, analistas advierten que el éxodo migratorio continuará.

Kamala Harris llegó proveniente de Guatemala, donde ofreció el respaldo de Estados Unidos para fortalecer la economía de las regiones más marginadas, y en la lucha contra la corrupción.

La llegada de la vicepresidenta Kamala Harris estuvo precedida por reclamos del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia Estados Unidos por "financiar el golpismo”, debido al respaldo de la agencia USAID a organizaciones civiles, como Mexicanos Contra la Corrupción. "No es ilegal en Estados Unidos, pero aquí sí, porque todos ellos están en campaña en contra de nosotros”, dijo López Obrador el pasado 19 de mayo. Unos días más tarde, Biden aumentó en un 10% el financiamiento a USAID.

"El gobierno de Biden ha dejado en claro que va a seguir apoyando a organizaciones de la sociedad civil en su lucha contra la corrupción. Es una prioridad. La semana pasada el presidente Biden hizo una declaración del compromiso de su gobierno para apoyar la lucha contra la corrupción a nivel global. Y eso también se aplica a México, y continuará la cooperación con organizaciones de la sociedad civil, no con fines políticos, sino para avanzar en la investigación sobre la corrupción, en defensa de los derechos humanos, de la libertad de expresión. Eso no va a cambiar”, destaca Meyer.

Por su parte, Falko Ernst, analista de la organización internacional Crisis Group, que busca la prevención de conflictos, considera que para la Administración Biden es prioritario transmitir a través de su política exterior el valor de la democracia, algo que en Estados Unidos ha tenido muchos problemas, a raíz de la Administración Trump. "Con la canalización de recursos a través de USAID, el mensaje que está enviando es la importancia de construir y mantener una base democrática, sobre todo frente a países como México y los países del Triángulo Norte de Centroamérica”.

La vicepresidenta, Kamala Harris viaja en el Air Force Two.
La vicepresidenta, Kamala Harris viaja en el Air Force Two. Imagen: Jacquelyn Martin/AP Photo/picture alliance

México y EE. UU., una relación compleja

El analista considera que Washington ejercerá mas presión sobre Guatemala, Honduras y El Salvador. "México tiene un peso mayor, económicamente hablando, y el campo de negociación es mucho más complicado. Sobre todo en el campo migratorio. que es muy importante para Estados Unidos, pero también en el tema energético y en lo referente a la industria maquiladora. México tiene más con qué negociar, por lo tanto, la negociación en la relación bilateral será más compleja, y Estados Unidos actuará más cuidadosamente con México que con los países del Triángulo Norte de Centroamérica”.

 Raúl Benítez Manaut, analista del Centro de Investigación para Norteamérica (CISAN), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destaca que el mismo López Obrador apostó por mantener buenas relaciones con Estados Unidos. "AMLO decidió llevarse bien con Estados Unidos, priorizó el Tratado de Libre Comercio T-MEC, y está recibiendo miles de millones de dólares por conceptos de remesas [los envíos de dinero de los migrantes en Estados Unidos a sus familias en México]".

Benítez Manaut advierte que Estados Unidos sí puede presionar al presidente para que detenga su ruta de colisión contra el empresariado y la clase media. "Está perjudicando mucho a las corporaciones transnacionales que él impulsó con la firma del T-Mec. Pero entre los motores de la economía que mueven a México, está Estados Unidos”.

En las pasadas elecciones el partido del presidente, Morena, no obtuvo, ni con sus aliados, la deseada mayoría calificada en el Congreso que le permitiría a López Obrador hacer un cambio constitucional para echar a andar la ley de Hidrocarburos que él impulsó, y que ha sido suspendida por decisión de jueces mexicanos.  

"Kamala Harris le diría: esa ley no va. Está congelada y se queda congelada”, resume Benítez Manaut.

(cp)