Kabul debate permanencia de tropas de EE.UU.
21 de noviembre de 2013Más de 2.500 delegados de la Asamblea afgana (Loya Jirga) debatirán en los próximos días en Kabul sobre el acuerdo de seguridad bilateral con EE.UU., para que tropas y unidades de formación estadounidenses permanezcan en el país después de 2014.
Para el acuerdo ya existe un boceto, declaraba John Kerry, secretario de Estado en Washington sin aportar detalles. Por su parte, la página del ministerio afgano de Exteriores publicó el proyecto según el cual, tanto las tropas como sus allegados sólo responderían de sus actos ante los tribunales de EE.UU, al mismo tiempo que Estados Unidos se reservaría la jurisdicción exclusiva sobre la intervención de sus unidades. “El acuerdo está en el orden del día de la Loya Jirga. 50 grupos lo discutirán y tras la votación, el presidente anunciará su decisión”, aclaró Najibullah Amin, vicepresidente del comité de organización.
Largas negociaciones
Desde noviembre de 2011, la Loya Jirga comenzó a plantear sus dudas sobre la prolongación de la presencia estadounidense en el país. “Sus miembros están en contra de la presencia duradera de Estados Unidos en Afganistán. Pero pueden permanecer hasta que Afganistán sea capaz de defender su propio territorio”, decía entonces el comunicado de la Asamblea.
Sin embargo, la supremacía del ejército afgano, el orden legal y las costumbres mostraron que podrían aparecer muchos “problemas”. Aun así, la firma del convenio estratégico entre ambos países en 2012 hizo posponer la decisión sobre la presencia y la cooperación militar hasta 2014.
Jurisdicción y puntos de fricción
Ahora, el presente acuerdo deberá contemplar al detalle los derechos y tareas de las tropas norteamericanas. Entre otros, los más complicados son las competencias en torno a la jurisdicción para los soldados de EE.UU., la intervención en casas privadas y mezquitas y las garantías de seguridad que aporta Estados Unidos (por ejemplo, frente a ataques del exterior).
Según el informe del consejero de seguridad, Rangin Spanta, y el jefe del ejército, Shir Mohammad Karimi, entre 10.000 y 16.000 unidades permanecerán en la base de Bagram, donde EE.UU. quiere mantener su autoridad, y otros puntos del país. Dicha cifra no incluye a trabajadores de empresas de seguridad y servicios secretos. Para Spanta, la difícil pregunta sobre la jurisdicción competente para los soldados se decantará del lado de EE.UU. ya que, en caso contrario, no habría acuerdo.
El camino del Gobierno
El pueblo afgano insiste por una parte en la soberanía de su país y al mismo tiempo depende del apoyo estadounidense ante una posible vuelta de los talibanes. El politólogo Hamidullah Farooqi, de la universidad de Kabul, afirma que la Loya tiene que tomar una decisión: “Firmando el acuerdo los afganos encontraran la vía para salir del caos y la confusión”.
La misma opinión defiende Farooq Bashar, jurista en la Universidad de Kabul. Una retirada de EE.UU. daría paso a una guerra civil”, dice Bashar al tiempo que critica el alto coste y la innecesaria reunión de la Asamblea. Kate Clark, de Afgan Analysts, está segura de la firma del acuerdo, debido a que los delegados son nombrados por el Gobierno y por eso no son independientes: “Creo que confirmarán lo que dice el Gobierno. Al estar nombrados a dedo, le conceden un gran poder”.