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Juicio a un ex guardia nazi ya centenario

Christoph Hasselbach
7 de octubre de 2021

Un antiguo guardia del campo de concentración de Sachsenhausen está acusado de complicidad en el asesinato de más de 3.500 personas.

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Prisioneros en el campo de concentración de Sachsenhausen en diciembre de 1938.
Prisioneros en el campo de concentración de Sachsenhausen en diciembre de 1938.Imagen: Getty Images/Newsmakers/Courtesy of the National Archives

Dentro de un par de años, es posible que no quede nadie para ser juzgado por su papel durante el régimen nazi. O bien los sospechosos de haber participado en los atroces crímenes ya no estarán vivos o no serán aptos para ser juzgados.

Sin embargo, los fiscales en Alemania están investigando posibles cargos contra 17 personas por su presunta participación en los crímenes nazis. Ninguno de ellos tiene menos de 95 años. Y, esta semana, un tribunal regional de la ciudad de Neuruppin, en el norte de Alemania, es el escenario del inicio del juicio contra un antiguo guardia de campo de concentración de 100 años.

Los fiscales le acusan de complicidad en el asesinato de 3.518 reclusos en el campo de Sachsenhausen, cerca de Berlín, entre 1942 y 1945. En concreto, se le acusa de haber ayudado en el fusilamiento de prisioneros de guerra soviéticos, así como en el asesinato de reclusos con gas venenoso. Los fiscales explican que los prisioneros también murieron debido a las "condiciones inhumanas" en que eran mantenidos, de lo que también habría sido corresponsable el acusado.

Información clave de los archivos de Moscú

El campo de Sachsenhausen estaba situado en un barrio de la pequeña ciudad de Oranienburg, a poca distancia al norte de Berlín. Tuvo una importancia especial durante el periodo nazi porque, desde su finalización en 1936, sirvió de modelo para otros campos de concentración. También se convirtió en un campo de entrenamiento para la Schutzstaffel (SS), una tristemente célebre unidad paramilitar.

En la entrada del campo de Sachsenhausen también había un cartel con el cínico mensaje "El trabajo hace libre".
En la entrada del campo de Sachsenhausen también había un cartel con el cínico mensaje "El trabajo hace libre".Imagen: imago/M. Müller

En total, más de 200.000 personas fueron internadas allí. Decenas de miles fueron fusilados, gaseados o perecieron durante horribles experimentos pseudocientíficos, o simplemente como resultado de las espantosas condiciones que reinaban en el campo. A finales de abril de 1945, cuando las fuerzas del Ejército Rojo ya se habían agrupado en las afueras de Oranienburg, las SS obligaron a más de 30.000 prisioneros a participar en las llamadas marchas de la muerte que dejaron miles de víctimas.

El fiscal Thomas Will explicó a DW por qué el juicio contra el ex guardia se celebra finalmente ahora: "No conocíamos al acusado hasta que emprendimos una investigación en el Archivo Militar Estatal de Rusia, en Moscú. Y apareció entre los archivos que fueron saqueados por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. Primero, determinamos su lugar de residencia. Y luego, en marzo de 2019, tras las investigaciones preliminares sobre sus datos personales y el tiempo que sirvió en el campo de Sachsenhausen, entregamos el asunto a los fiscales."

Thomas Will es el jefe de la Oficina Central para la Investigación de los Crímenes Nacionalsocialistas, con sede en la ciudad de Ludwigsburg. Desde su creación en 1958, este organismo recopila información que puede ser utilizada por los fiscales para abrir procedimientos contra hombres y mujeres sospechosos de crímenes relacionados con el nazismo.

El asesinato y la complicidad en el asesinato son imprescriptibles

¿Deben hombres y mujeres centenarios ser juzgados por crímenes cometidos hace ocho décadas, sobre todo si solo fueron una pequeña pieza de la enorme maquinaria asesina nazi? Thomas Will no tiene ninguna duda y su respuesta es afirmativa: "Cuando se reunieron en Stuttgart en junio de 2015, los ministros de Justicia que representan a los 16 estados federales de Alemania acordaron que la Oficina Central debería seguir funcionando en su forma actual mientras quede trabajo por hacer."

Los restos del crematorio en el actual memorial del campo de concentración de Sachsenhausen.
Los restos del crematorio en el actual memorial del campo de concentración de Sachsenhausen.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gambarini

Hasta hace aproximadamente una década, era necesario probar la participación personal directa en los asesinatos para que se iniciara la investigación. Y los antiguos guardias de los campos de concentración sí aparecieron en los juicios contra nazis en los años 60 y 70. Sin embargo, solo como testigos. Eso cambió fundamentalmente en 2011 con la sentencia contra el ex guardia de un campo de concentración John Demjanjuk. Desde entonces, dice Thomas Will, "haber servido generalmente en un campo en el que es claro y evidente que se produjo una matanza sistemática equivale en sí mismo a una complicidad punible, siempre que se presenten suficientes pruebas relevantes en el juicio".

Sentencia contra John Demjanjuk

En 2011, Demjanjuk fue declarado culpable por un tribunal de Múnich de ser cómplice del asesinato de más de 28.000 personas. El hombre de 91 años fue condenado a cinco años de prisión. La sentencia se refería específicamente al hecho de que, al servir en el campo, Demjanjuk se había convertido también en parte de la maquinaria asesina nazi. Mientras tanto, varios otros hombres han sido declarados culpables de participar "a sabiendas y voluntariamente" en el asesinato sistemático de prisioneros o de provocar su muerte al permitir que murieran de hambre.

Recientemente, en julio de 2020, un tribunal de distrito de Hamburgo abrió un expediente a un ex guardia del campo de exterminio de Stutthof, de 93 años, por complicidad en asesinato en 5.232 casos. Se le impuso una sentencia suspendida de dos años.

La posibilidad de que alguno de los pocos casos restantes llegue a juicio depende principalmente de que los ancianos acusados estén o no en condiciones de ser juzgados. Una evaluación médica sugiere que el hombre cuyo juicio comienza el jueves puede participar en las audiencias hasta dos horas o dos horas y media por día. Está previsto que el juicio dure 22 días en su totalidad. Se ha reservado una sala especial de descanso para el acusado.

(gg/er)

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