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José Ojeda, de los 33: "El Estado se olvidó de nosotros"

Nicolás Guzmán
12 de octubre de 2020

El séptimo minero en dejar la mina San José vive hoy con 170 euros al mes, tiene neuropatía diabética y problemas de ansiedad que no lo dejan dormir. Dice que apoya la idea de una nueva Constitución para Chile.

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José Ojeda, exminero de "los 33".
José Ojeda, exminero de "los 33".Imagen: Alex F. Catrin/AFP/Getty Images

"Estamos bien los 33”: ese fue el mensaje con el que José Ojeda le informaba al mundo en 2010, desde 700 metros bajo tierra, que todos los mineros de la mina San José seguían vivos. El 5 de agosto de ese año se produjo un derrumbe en una mina, en el norte de Chile, que dejó encerrados durante 69 días a un grupo de hombres que cumplían funciones en una faena minera.

A diez años del rescate que dio vuelta al mundo, el minero número siete en salir a la superficie cuenta a DW cómo ha sido su vida, de las dificultades que ha tenido para encontrar un nuevo trabajo y de lo que espera para Chile en el futuro.

Deutsche Welle: ¿Pensó, en algún momento, que su mensaje "Estamos bien los 33” viajaría más tarde por todo el mundo?

José Ojeda: No, para nada. Si ni siquiera imaginé que iba a volver a salir a la superficie (ríe). Lo único que pensé era que quería informar afuera que estábamos todos bien, los 33. Contar de que no había ningún accidentado. Eso era lo primero. Después, claro, vino el contacto con mi familia, sobre todo con mis sobrinos, que era a quienes más extrañaba.

¿Cómo logró soportar los 69 días bajo tierra?

Pensaba todo el tiempo que ojalá nos pudieran sacar. Tenía fe en que iba a poder reencontrarme con mi familia, eso era lo más importante para mí. Pero también tenía miedo, sobre todo porque veía cómo mi diabetes iba empeorando con el encierro, al no tener los medicamentos que necesitaba. Eso después afectó mucho mi salud.

José Ojeda sostiene una bandera chilena al ser rescatado junto con los 32 otros mineros en Chile.
José Ojeda sostiene una bandera chilena al ser rescatado junto con los 32 otros mineros en Chile.Imagen: AP

¿Qué fue de José Ojeda tras el encierro?

Ha sido muy difícil. Hasta hoy sufro de problemas psicológicos, de mucha ansiedad. Me cuesta dormir, sobre todo en estas fechas en que recuerdo todo. Es difícil. Y por eso no me dan trabajo. ¡Llevó diez años sin trabajar! Vivo con la pensión mínima de 160 mil pesos (unos 170 euros), y con eso no me alcanza para mucho.

Mi señora, en su desesperación, le escribió al presidente (Sebastián Piñera) en enero, para que nos pudiera pagar unos exámenes, no todos, y el gobierno nos ofreció un poco de ayuda. Pero pensar que ellos me van a dar una ayuda real, para que me internen en una clínica, o que me van a pagar el tratamiento, es difícil. Y para nosotros es muy caro.

En más de una oportunidad ha señalado que se les prometió mucho, pero esas promesas nunca llegaron.

Para nada, nunca llegó la ayuda. El Gobierno se comprometió a que nos iban a indemnizar, pero eso nunca pasó.El Estado de Chile se olvidó de nosotros.Solo se acuerdan para las fechas de aniversario, en que nos toman un poco en cuenta y de ahí nada más. Imagínese que después de 10 años vinieron del Gobierno para preguntarme cómo estaba. ¡Diez años!

José Ojeda, exminero de "los 33" mineros chilenos atrapados en la mina de San José, sufre de diabetes y debido a la pandemia no sabe si podrá ir a votar en el plebiscito constitucional en Chile.
José Ojeda, exminero de "los 33" mineros chilenos atrapados en la mina de San José, sufre de diabetes y debido a la pandemia no sabe si podrá ir a votar en el plebiscito constitucional en Chile.Imagen: Alex F. Catrin/AFP/Getty Images

¿Cómo ha sido vivir la cuarentena por coronavirus en su estado de salud?

Nosotros estamos en cuarentena desde marzo con mi señora. Voluntariamente. Creo que las únicas veces que he salido han sido dos, y para ir al supermercado y comprar todo lo que puedo para dos meses. Porque, imagínese si me enfermo. La salud aquí en Chile es cara, hay que tener dinero para enfermarse. Si yo hubiera tenido las condiciones económicas, no estaría tan enfermo como estoy ahora.

¿Comparte las demandas del movimiento social en Chile?

Yo apoyo este movimiento. La gente está cansada, y el presidente se comprometió con muchas cosas y no las ha cumplido, y por eso salieron a protestar a las calles. A luchar por lo que consideran justo. Yo no pude, porque estoy enfermo, pero también lo habría hecho.

¿Y va a poder ir a votar la próxima semana al plebiscito para decidir si Chile debe escribir una nueva Constitución?

Quiero votar, pero depende de cómo me sienta y del número de contagios. Pero tengo muchas ganas. Creo que hay que cambiar la Constitución de Chile, porque hay muchas injusticias y, además, está hecha durante la dictadura de Pinochet. Es verdad, algunos no aprobamos la forma de alguna de las protestas, con los saqueos y la violencia, pero es gente que se aprovecha de este tipo de movimientos, y no tienen nada que ver con lo que se pide.

Después de diez años, ¿sigue en contacto con los otros mineros?

Con los que tengo contacto son con Mario Sepúlveda y Claudio Acuña. Con el resto nunca más. Pero casi ninguno de nosotros está bien. Ninguno está trabajando.

(cp)