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PolíticaTurquía

Israel y Turquía, una relación llena de altibajos

Burak Ünveren
3 de noviembre de 2023

Hace unas semanas, Erdogan y Netanyahu reían juntos ante las cámaras. Ahora Turquía quiere declarar a Israel criminal de guerra. Un panorama general de las relaciones turco-israelíes en los últimos años.

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Erdogan, micrófono en mano, con una pantalla detrás mostrando una manifestación propalestina en Estambul.
Erdogan lanzó duras acusaciones contra Israel en el curso de una manifestación propalestina en Estambul.Imagen: DHA

"La similitud de nuestras corbatas es señal de que nuestras relaciones bilaterales están mejorando", declaró Benjamin Netanyahu al reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Nueva York, el 20 de septiembre de 2023. Ambos posaron amistosamente ante las cámaras en un ambiente distendido.

La imagen, que hace unas semanas fue considerada como un punto de inflexión en las relaciones turco-israelíes, ya es historia. Las bromas ante las cámaras han sido sustituidas en los últimos días por declaraciones completamente distintas de Erdogan, en las que ha acusado a Israel de ser una fuerza de ocupación y un país al que habría que declarar como criminal de guerra, mientras que Hamás sería un movimiento por la libertad y no una organización terrorista. "Diremos al mundo entero que Israel es un criminal de guerra", dijo Erdogan en una manifestación propalestina en Estambul.

Tras estas acusaciones, Israel retiró a sus diplomáticos de Turquía y el ministro de Exteriores israelí anunció que las relaciones iban a ser "reevaluadas". 

Según círculos diplomáticos de Ankara, se espera que el embajador turco en Tel Aviv pronto sea declarado "persona non grata". "La retirada de diplomáticos habla por sí sola", comenta al respecto DW Gabriel Haritos, analista del Medio Oriente en el Instituto ELIAMEP de Grecia e investigador en el Instituto Ben-Gurion de Israel.

"El papel de mediador nunca fue realista”

Según Haritos, la actitud de la sociedad israelí hacia Turquía está marcada por una ira no oculta. Turquía es vista en la sociedad israelí como un aliado de una organización terrorista que es "una nueva versión del Estado Islámico". "De todos modos, Erdogan ya era impopular aquí", reflexiona Haritos: "Pero ahora su impopularidad es total y absoluta”.

En los primeros días de la crisis, tras los ataques del 7 de octubre contra Israel por parte de Hamás, considerada una organización terrorista por EE. UU., Alemania, la UE y otros países, Turquía se ofreció como mediador, pero su oferta no fue aceptada. Posteriormente, Ankara, claramente, se puso del lado de Hamás.

El embajador emérito Safak Göktürk trabajó durante años en el Departamento del Medio Oriente del Ministerio de Exteriores de Turquía. Göktürk subraya que, desde el principio, quedó claro que Turquía solo podía desempeñar un papel limitado en la búsqueda de una solución, en parte debido a las conexiones ideológicas entre el gobernante partido AKP y Hamás.

En su opinión, el posicionamiento del Gobierno turco debe entenderse principalmente en términos de política interior: "Probablemente, pensó que tenía que satisfacer a sus bases”, y esas bases están formadas predominantemente por votantes musulmanes conservadores.

Intereses comunes

Tras numerosas crisis e intercambios de golpes durante las últimas décadas, el último intento de acercamiento comenzó en 2021, cuando los dos países designaron mutuamente a sus embajadores.

Según Haritos, fue decisión de Erdogan abrir un nuevo capítulo con Israel, con la esperanza de encontrar intereses comunes en el sector energético. "Aunque no hubo confirmación oficial por parte de Israel, Erdogan anunció en Nueva York, después de su reunión con Netanyahu, que se llevarían a cabo perforaciones conjuntas en el Mediterráneo oriental y que los ministros de energía de ambos países se reunirían en noviembre y analizarían proyectos conjuntos", explica Haritos. Ahora ya no es de esperar que se lleve a cabo ninguna reunión de ese tipo.

Buenas relaciones económicas

A pesar de las muchas crisis políticas del pasado, las relaciones económicas bilaterales no solo se han mantenido sólidas, también en tiempos de crisis, sino que incluso han mejorado.

Bozkurt Aran, exembajador y actual director del Centro de Investigación Comercial de la Fundación Turca de Investigación de Política Económica (TEPAV), cree que todavía se puede esperar que las buenas relaciones económicas sobrevivan a la actual crisis política, ya que los dos países se necesitan mutuamente. "Los empresarios de ambos países se conocen desde hace mucho tiempo y existe una confianza mutua", subraya.

Haritos tampoco espera que las relaciones económicas se deterioren: "Al contrario: el fin del romance político resultó ser el comienzo de un matrimonio comercial para los dos países".

Numerosos altibajos

En 1949, Turquía fue el primer país musulmán en reconocer el Estado de Israel. El fundador de Israel, David Ben-Gurion, tenía, entre otras cosas, la ciudadanía otomana, hablaba turco y estudió Derecho en Estambul.

Poco antes de que el partido islamista AKP llegara al poder en Turquía en 2002, el comercio y el turismo estaban en auge en ambas direcciones y la cooperación en materia de defensa iba en aumento. Por ejemplo, los pilotos de combate israelíes practicaban en el espacio aéreo turco y los técnicos israelíes modernizaron aviones de combate turcos.

Las relaciones sufrieron un daño importante cuando, el 31 de mayo de 2010, la Armada israelí abordó la nave turca Mavi Marmara, que transportaba ayuda para la Franja de Gaza. Nueve activistas turcos murieron en el barco. Turquía retiró a su embajador. Netanyahu se disculpó con Erdogan en 2013 y ofreció a Ankara 20 millones de dólares en compensación. Desde entonces, ha habido más crisis, entre otras, cuando el entonces presidente estadounidense Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel.

El futuro de la relación

"Las declaraciones de Erdogan sobre Hamás tendrán, por supuesto, un impacto. No solo en las relaciones con Israel, sino también con Occidente. Eso no se puede evitar", opina Aran.

Haritos, por su parte, enfatiza que el futuro de las relaciones bilaterales solo quedará claro después de la guerra: "La única agenda para la política israelí en estos momentos es ganar esta guerra y destruir a Hamás. Solo después de la guerra, Israel recordará qué gobiernos fueron amigos y cuáles no".

Con la colaboración de Gülsen Solaker

 (ms/ers)