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Israel y Palestina: condiciones imposibles

16 de junio de 2009

Poco puede esperarse de la política exterior del nuevo Gobierno de Israel, pese a la aparente aceptación de un Estado palestino, dice la prensa europea.

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.Imagen: AP

En Fráncfort del Oder, Alemania, el Märkische Oderzeitung: „El primer ministro Benjamin Netanyahu osó pronunciar el término Estado palestino. Y no una, sino tres veces. Pero luego de la euforia inicial en Washington y Bruselas, ambas capitales deben haber caído en la cuenta de que de ningún modo se trató de un paso trascendente. Todos los primeros ministros de Israel, desde Isaac Rabin, han hablado del Estado palestino. Éste aún no existe. Y Netanyahu puso tantas condiciones al citado Estado, que puede dársele por descartado.”

Obama, en aprietos

Desde Fráncfort del Meno, el Frankfurter Allgemeine: “Por primera vez, Netanyahu manifestó su disposición a reconocer un Estado palestino. Pero las condiciones que impuso a tal posibilidad dejan entrever que su visión es a muy largo plazo. Los obstáculos que se han planteado a los palestinos son tan altos, que Israel puede aceptar públicamente la idea de un Estado palestino sin tener que verlo por mucho tiempo. Ello implica también una respuesta muy fría al presidente Obama, que en su discurso de El Cairo mencionó públicamente el compromiso de Israel.”

Sólo de palabra

El Rhein-Neckar Zeitung, de Heidelberg: “Nentanyahu cumple de manera retórica las demandas de Washington cuando reconoce por primera vez la posibilidad de un Estado palestino. Al mismo tiempo, impone a dicha fundación condiciones tan inaceptables, que apenas nos llevarán un poco más allá del status quo. De ninguna manera puede interpretarse tal oferta como un auténtico deseo de reconciliación.”

Lógica de guerra

En Luxemburgo, el Luxemburger Wort: “Estados Unidos y la Unión Europea quieren una implementación rápida de la llamada ‘solución de dos Estados', a fin de eliminar a Oriente Próximo de la lista de regiones que constituyen una amenaza a la paz internacional. A su vez, el oriente Próximo y Medio –de Jerusalén a Beirut y de Damasco a Teherán- opera bajo la lógica de una situación de guerra. El hecho de que Israel sea un país rico y una sede de la alta tecnología, además de una democracia funcional, poco cambia las cosas. Quien tiene a Hizbolá y a Hamas como vecinos, y quien observa las cosas con el tema de la Shoah en la memoria, poco maravillado puede mostrarse ante la fuerza del diálogo.”

Editora: Cristina Papaleo