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Sociedad

Iglesia católica alemana busca una salida a la crisis

Sabine Kinkartz | Bettina Marx
25 de enero de 2022

El papa emérito Benedicto XVI corrige una declaración sobre el informe de abusos. Para muchos católicos, esto no es suficiente.

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Asamblea de la Conferencia Episcopal Alemana.
Asamblea de la Conferencia Episcopal Alemana.Imagen: Arne Dedert/dpa/picture-alliance

Un cielo azul sin nubes se despliega sobre la catedral de Aquisgrán. El frío sol de invierno hace brillar la iglesia de más de 1.200 años. Pero tras la magnífica fachada hay incertidumbre. En su sermón del domingo, el obispo de Aquisgrán, Helmut Dieser, habló de rabia y decepción, horror, pena, sufrimiento y duda, describiendo las reacciones al informe de Múnich publicado el pasado jueves (20.01.2022) sobre la forma en que los dirigentes de la Iglesia tratan los casos de abusos sexuales a menores.

En el informe, se incrimina fuertemente al papa emérito Benedicto XVI. Como cardenal, Joseph Ratzinger dirigió la arquidiócesis de Múnich y Freising de 1977 a 1982. Durante este tiempo, participó, entre otras cosas, en una reunión en la que se decidió admitir en la arquidiócesis de Múnich a un sacerdote pederasta con antecedentes penales por abusos sexuales. Allí, el sacerdote volvió a abusar de los niños.

La catedral de Aquisgrán.
La catedral de Aquisgrán.Imagen: Sabine Kinkartz/DW

La incapacidad de admitir la culpa

"Estoy consternado y entristecido, pero también enfadado, por el incalculable alcance de los destinos individuales y el alcance del fracaso del liderazgo, inseparablemente unido a esto, que recae y sigue recayendo en los obispos y sus administraciones", dijo el obispo de Aquisgrán en su sermón. "Y más allá de eso, la incapacidad de sentir la propia responsabilidad y de admitir la culpa y pedir perdón, o al menos de expresar el arrepentimiento y el dolor por la propia parte en la tragedia".

Cuando el obispo Dieser predicó el domingo, Benedicto seguía afirmando que no había participado en la reunión en la que se juzgaba al sacerdote de Essen. Tras conocerse que su nombre figuraba en el acta de la reunión, el expapa rectificó el lunes y habló de un "error" que no tenía "ninguna intención maliciosa".

Incluso un papa puede ser culpable

Pero cada vez son menos las personas en la iglesia católica alemana que quieren conformarse con esas excusas. "No puede ser que los responsables se refugien en referencias a su ignorancia o a otras circunstancias u otros procedimientos de la época", dijo el obispo Dieser en su sermón, en Aquisgrán. "¡Porque es por eso que no se detuvo a los perpetradores y los niños siguieron siendo abusados por ellos!" Incluso un expapa puede ser culpable y debe reconocerlo públicamente, "no solo en la oración o en la confesión".

El cardenal Joseph Ratzinger a su salida de Múnich en 1982.
El cardenal Joseph Ratzinger a su salida de Múnich en 1982.Imagen: picture alliance / --/dpa

Los transeúntes que pasaban por la catedral de Aquisgrán el lunes también se mostraron consternados. "Todos los sacerdotes deberían declarar ahora", exige un anciano. Coincide con su esposa en que el escándalo de los abusos, pero también el hecho de que todo se haya negado y suprimido durante décadas, han hecho un gran daño a la Iglesia. "Estoy segura de que cada vez hay más gente que abandona la Iglesia", dice la mujer.

Irresponsabilidad organizada

"Entre los obispos, también veo a muchos con buena voluntad. Creo que sería muy injusto meterlos a todos en el mismo saco", afirma Irme Stetter-Karp, presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZDK). Ella también está consternada y conmocionada por el alcance del encubrimiento. "La irresponsabilidad organizada" con la que la Iglesia ha reaccionado ante los casos de abusos debe terminar, dijo a DW.

El Comité Central de los Católicos Alemanes es la mayor organización laica de la Iglesia Católica en Alemania. Junto con la Conferencia Episcopal Alemana, la ZDK se ha embarcado en el llamado "camino sinodal", un formato de debate surgido de la confrontación con los casos de abusos en la Iglesia.

A principios de febrero, laicos y clérigos se reunirán en la tercera asamblea sinodal. "De esta asamblea, o bien emanará un paso decisivo de reforma —así lo espero—, o bien nos encontraremos en un punto muy crítico que marcará el fracaso del camino sinodal", explica Stetter-Karp en entrevista con DW. "Veo que, efectivamente, nos enfrentamos a una prueba seria".

Benedicto XVI en 2009.
Benedicto XVI en 2009.Imagen: Getty Images/AFP/V. Pinto

Sobre todo los jóvenes quieren abandonar la Iglesia

"Vemos que los jóvenes hacen preguntas sobre la Iglesia y su fe. Descubren que la institución de la iglesia no cumple lo que promete el Evangelio. Así que hay una división entre su fe y la institución de la Iglesia, y eso puede llevarles a dejar la Iglesia pero seguir siendo creyentes", dice Gregor Podschun, miembro de la junta directiva de la Federación de la Juventud Católica alemana (BDKJ).

En entrevista con DW, Podschun añade que el informe de Múnich no le sorprendió. "La Iglesia está estructurada de manera monárquica, muy centralizada, lo que significa que el sistema de poder está, al fin y al cabo, apoyado y protegido desde el Vaticano, y desde ahí no es de extrañar que se encubran cosas que perjudiquen a la Iglesia." El joven católico espera que la conmoción lleve a la Iglesia a "reflexionar seriamente sobre el arrepentimiento y la conversión".

(gg/rml)