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Merkel en EE.UU.

1 de noviembre de 2009

Angela Merkel será la primera jefa de Gobierno alemana desde Konrad Adenauer en hablar frente al Congreso de Estados Unidos. Un gran honor, igual de grande que las expectativas que pone la administración Obama en ella.

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La química funciona entre la canciller Merkel y el presidente Obama.Imagen: AP

Cuando la canciller Merkel se presente este martes en el Capitolio en Washington habrá logrado algo que sólo un canciller alemán de la posguerra alcanzó: dirigir un discurso a los miembros del Congreso estadounidense.

De hecho el discurso de Konrad Adenauer, el primer canciller de la nueva República Federal de Alemania, frente al Congreso el 28 de mayo de 1957 fue dado en una recepción de la Casa de Representantes, no fue un discurso frente a una sesión plenaria del Congreso. Así que según el protocolo oficial, en realidad es la canciller Merkel la primera política alemana en hacerlo.

El hecho de que la recientemente reelegida canciller sea la segunda dignataria extranjera que hablará frente al Congreso desde que el presidente Barack Obama asumiera la presidencia, subraya la importancia simbólica de este evento. El otro líder al que fue otorgado este privilegio fue el primer Ministro británico, Gordon Borwn.

Bundeskanzlerin Merkel mit Schutzweste im ISAF-Headquarter in Kabul
Angela Merkel en Afganistán (03.11.2007).Imagen: picture alliance/dpa

"Creo que es un gran hecho" indica a la Deutsche Welle John Hulsman, experto en política exterior estadounidense. "Estados Unidos es una República y un país relativamente joven, que no cuenta con muchos símbolos. Hablar en una sesión plenaria del Congreso es uno de los honores más grandes que se le puede dar a un líder extranjero."

Nancy Pelosi, vocera de la Casa de Representantes y anfitriona oficial de Angela Merkel dijo que la canciller alemana fue invitada para conmemorar el 20 aniversario de la Caída del Muro de Berlín.

Líder respetada

Aunque no se ha dicho de forma oficial, la canciller también fue invitada a dirigirse al Congreso por el alto respeto del que goza en Washington. Bajo la presidencia de Barack Obama el prestigio de Merkel ha crecido, especialmente comparado a otros jefes de Gobierno europeos.

"Se estima mucho a la canciller, su competencia, su presencia y su alto reconocimiento internacional", explica Joerg Himmelreich, especialista del German Marshall Fund en Berlín.

"Alemania es definitivamente el poder europeo que necesita Washington como socio para conducir las relaciones trasatlánticas y desarrollar el acercamiento multilateral", una de las metas de la administración Obama, agrega.

En el discurso de Merkel se hablará sobre las futuras relaciones entre Alemania y Estados Unidos, pero también el aspecto histórico será tema.

"Probablemente, y esto es de gran importancia como mensaje a todos los estadounidenses, expresará su gratitud por la invaluable colaboración que el presidente Bush tuvo en la caída del Muro de Berlín y por lo mismo en la unidad de Alemania", explica Himmelreich.

También se espera que la canciller subraye la importancia de las relaciones germano estadounidenses como un pilar de la política exterior del nuevo gobierno alemán.

Merkel probablemente hable sobre los esfuerzos internacionales en el combate contra el cambio climático, un tópico sensible en el que el presidente Obama se muestra mucho más abierto que el Congreso.

Los grandes temas

Con una gran bandera de Estados Unidos a sus espaldas y situada entre el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y la vocera de la Casa de Representantes, Nancy Pelosi, el discurso de Merkel estará saturado de símbolos. Pero mucho más importante que el discurso oficial será el encuentro planeado con el presidente.

Aún cuando Obama y Merkel se reunirán sólo para comer o cenar, este puede ser el momento en el que se ocupen de cuestiones importantes. "Creo que tendrán el tiempo suficiente para hacer demandas específicas, demandas concretas off the record" dice Hulsman.

Existe urgencia en Estados Unidos para iniciar pláticas serias con Berlín. Las elecciones alemanas congelaron muchos tópicos hasta después de los comicios.

"Washington y la nueva administración estadounidense han dado a Merkel un periodo de gracia, pero ahora el presidente Obama quiere saber lo que piensa el nuevo Gobierno alemán sobre las relaciones trasatlánticas y comunicarle sus propias ideas y deseos".

Estrategia afgana

Un punto importante en la agenda de Washington es la cuestión de cómo quiere contribuir el nuevo Gobierno alemán en el futuro de la misión en Afganistán.

Barack Obama und Gordon Brown in der Downing street in London
Imagen: AP

El debate interno en la Casa Blanca entorno a las demandas del comandante estadounidense en Afganistán por incrementar las tropas se encuentra en la fase final y los expertos estiman que Obama hablará sobre el tema con la canciller alemana. Podría pedir a Merkel ofrecer ayuda concreta en Afganistán si es que decide no enviar más tropas.

Otros temas de la agenda serán Irán, el cambio climático y la crisis económica, tópicos que serán discutidos de forma abierta sin temer a posibles desacuerdos. Hace falta este tipo de discusión franca, dice Hulsman. En vez de soluciones políticas concretas las discusiones se han centrado en los desacuerdos estratégicos entre ambos países.

Más que símbolos

Obama no puede encontrar mejor socio que Merkel en opinión de Hulsman.

"La señora Merkel no es una gran oradora, pero es increíblemente efectiva en la reuniones", dice, agregando que con su gran agilidad para concentrarse en los detalles políticos no sólo puede confrontar al presidente Obama sino incluso presionarlo.

"Intelectualmente es capaz de impulsar estas discusiones estratégicas tan necesarias", dice.

El viaje de Merkel será mucho más que un símbolo, podría convertirse en un éxito sostenible si su encuentro con Obama se convierte en señal del comienzo de una nueva fase de intercambio abierto y honesto entre Washington y Berlín.

Autor: Michael Knigge/Claudia Herrera Pahl

Editor: Enrique López