Holanda, la austeridad y la extrema derecha

Siete semanas duraron las negociaciones en torno al presupuesto para el 2013 en La Haya. La mayor tarea era lograr recortar 15.000 millones de euros de gasto público para reducir el déficit del 4,5 % del Producto Interior Bruto al 3 %, la frontera tope que imponen los acuerdos con la Comisión Europea.

Pero, la coalición gubernamental no logró el acuerdo necesario: el liberal conservador Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD) y el cristianodemócrata CDA (Christen Democratisch Appèl) recibían un imprescindible apoyo del Partido de la Libertad (PVV) del populista Geert Wilders, la tercera fuerza política del país.

¿Desarrollo, vivienda o la radio?

La polémica surgió por dónde recortar: VVD y CDA proponían hacerlo subiendo el aporte a la caja médica, aumentando la edad de jubilación a 66 años y recortando las deducciones fiscales por compra de vivienda. El PVV –opuesto a lo anterior- proponía recortar el gasto de la ayuda al desarrollo y en el presupuesto de Radio Nederland, la radio y televisión exterior del país.

Después de casi dos meses de negociar cada detalle, Wilders se desmarcó de los planes de ahorro este fin de semana y los catalogó de un “ataque a los ciudadanos mayores de su país, quienes son los que menos deben sufrir por las exigencias sin sentido de Bruselas”.

Desde un comienzo, la coalición gubernamental, con su el líder liberal Mark Rutte, sabía que la apuesta por esta convivencia con el partido de Wilders sería difícil; apenas dos años más tarde –sabiendo que sin el apoyo del PVV, la coalición gubernamental no podrá hacer pasar su plan por la Cámara- la ruptura se hizo inevitable. Y la reina Beatriz recibió el lunes (23.04.20212) a Rütte que llevaba en la mano su dimisión.

La presión de Bruselas

¿Otro gobierno que se rompe bajo la presión de Bruselas exigiendo la austeridad presupuestaria? “No se debe a que las reglas europeas no tengan sentido; el declive económico que estamos observando en España, Grecia y Portugal nos muestra lo que sucede si los países no ponen en práctica las reglas del Pacto de Estabilidad”, afirmaba en un comunicado en Bruselas, Guy Verhofstadt –líder de las bancada liberal en el Parlamento Europeo.

Y con respecto a lo califica de “hipócrita” actitud de Wilders -quien nunca ha tenido reparos en criticar la supuesta falta de voluntad de reformas en Grecia- Verhofstadt se declara simplemente perplejo: “Holanda ha perdido un tiempo precioso negociando con alguien que a todas luces no fue honesto desde el principio. Su actitud es mala para la economía del país”.

Las medidas de austeridad estaban orientadas a conservar su calificación crediticia, hasta ahora excelente. Esto significaría, así analistas, que la eurozona perdería uno de sus puntales en su lucha contra la crisis de la deuda.

El inevitable trago amargo

Como ha sucedido con otros gobiernos europeos, para evitar turbulencias en los mercados financieros y cumplir con lo acordado en el pacto fiscal europeo, sea quien fuere el ganador de las elecciones anticipadas tendrá que pasar por el trago amargo de los recortes presupuestarios. Y las medidas son bastante impopulares entre la población.

Aunque según analistas, Mark Rutte tiene buenas posibilidades de resultar reelegido en unos comicios que, al parecer, tendrán lugar antes de julio, la retórica antieuropeísta de la extrema derecha condiciona el futuro político del país de los tulipanes y ha afectado a una ficha más en el dominó de la crisis europea.

Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia